sábado, 19 de mayo de 2007

Cartas Diego Portales

Estimados, recopilé, desde el libro "Ideas y Confesiones de Portales" de Raúl Silva Castro (1954), una gran cantidad de cartas redactadas por Diego Portales.




Saludos, Rodrigo Sánchez.




LA DEMOCRACIA IMPOSIBLE.-NECESIDAD DEL GOBIERNO FUERTE
Y CENTRALIZADOR.-GOBERNANTES EJEMPLARIZADORES

“A mí las cosas políticas no me interesan, pero como buen
ciudadano puedo opinar con toda libertad y aún censurar los
actos del Gobierno. La Democracia, que tanto pregonan los
ilusos, es un absurdo en los países como los americanos, llenos
de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como
es necesario para establecer una verdadera República. La Monarquía
no es tampoco el ideal americano: salimos de una terrible
para volver a otra y qué ganamos? La República es el
sistema que hay que adoptar; ¿pero sabe cómo yo la entiendo
para estos países? Un Gobierno fuerte, centralizador, cuyos
hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y
así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de
las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga el Gobierno
completamente liberal, libre y lleno de ideales, donde tengan
parte todos los ciudadanos. Esto es lo que yo pienso y todo
hombre de mediano criterio pensará igual”.
Lima, Marzo de 1822,
a J. M. Cea.

LOS PELIGROS DE UNA DESERCI0N.-LIBERTAD QUE AUTORIZA
EL EXTRAVIO

Todos, todos, temen que cansados Uds. de oposición e in- .
gratitudes, abandonen sus propósitos de sacrificarse al bien público,
y sólo traten de prepararse y de prevenir cada uno en
particular, los males que sucederían, sin duda, a la variación.
En vano he procurado desvanecerles esta sospecha, que no 113-
ce a Uds. aire alguno en cuanto se les cree tan desnaturalízados
que sean capaces de entregarnos a una facción y de envolvernos
en todo género de desgracias. Sí, señor, éstas son las circunstancias
en que nos ha puesto (permítame Ud. decir) la
absoluta libertad con que se quiere mantener a los hombres
recién nacidos, y autorizarlos a los extravíos propios de su edad.
17 de Diciembre de 1824,
a D. J. Benavente.

De esta y de otras cartas de Portales (fragmentos 3,
4, 5, 49, etc.) queda en claro que hubo entre él y don
Diego José Benavente la más estrecha amistad política y
un grado de comprensión humana que contribuyó no poco
a hacer de aquélla una de las fuerzas más activas de‘ ~
la revolución de 1829 y de los sucesos que inmediatamente
la siguieron.

TESTIMONIO DE UNA AMISTAD SINCERA.-NO ES OPORTUNO
RETIRARSE DEL GOBIERNO.

Mil veces he solicitado a Ud. en su casa, creyendo en cada
una de ellas encontrarle ya de vuelta de su paseo; pero entiendo
que va largo, según una carta suya que he visto casualmente.
Me he resuelto a escribirle sin otro objeto que para recordarle
y asegurarle de nuevo que en mí tiene un amigo que,
si no es el más importante, al menos es uno de los que con más
sinceridad le dan este título. El me hace atreverme a prevenirle
que no ha dejado de minorar su concepto en algunos sujetos
de fundamento, su retiro absoluto del Gobierno en las circunstancias
más tristes y en que privadamente podían haberse
ejercitado en beneficio público, su consejo y ascendiente. Yo no
me entrometo a acusarle ni absolverle, sólo hago la indicación
para que Ud. entre a consultar su conciencia, y obre de conformidad
con ella.
Santiago, 23 de Febrero de 1825,
a D. J. Benavente.


APRENSIONES SOBRE EL PORVENIR POLITIC0.-“LO EXIGE EL
BIEN DEL PAIS”. .

En este momento (5 1/4 de la tarde) acabo de saber que
sale un mozo para ésa, y que sólo espera esta carta. Por esta
causa no puedo decir a Ud. otra cosa que, si no quiere per-
y acaso para siempre, se venga lo más pronto posible. Yo
creo que no estamos lejos de experimentar reversiones formidables,
que pueden evitarse si se hace algo y se toman medidas
oportunas. Puede ser que el miedo precipite mi opinión
sobre este pormenor, pero no la de que Ud. debe venir. Venga,
pues, venga; le será fácil evadirse del Ministerio a que es
llamado; y aun cuando así no fuera, este temor no debe importar.
Cuánto siento que vaya a entrar en batalla con El Znsurgente.
1No ve Ud. que las fuerzas son tan desiguales! Ha dicho
ya que Ud. es ladrón, mañana dirá que le vi6 cometer un asesinato
alevoso. Ud. contestará que es falso. (Y quién habrá
ganado? Si un Gobierno cual debía ser, hubiese separado de
sus destino a esos jueces del Tribunal de Imprenta que no
quieren cumplir con su deber, si los hubiese perseguido de
un modo que ejemplarizase a los que le sucediesen, entonces
podríamos contestar con éxito a esos malvados, y pelear
siempre con las ventajas que nos dan la tranquilidad de nuestra
conciencia y la honradez que no hemos abandonado alguna
vez. Mucho me abstengo de dar consejos y más al que no
los ha menester, pero la amistad me violenta a veces.
Valparaíso, 21 de Marzo
de 1827, a D. J. Benavente.

DESIGNIOS SECRETOS DE LA PROVIDENCIA RESPECTO DEL PUEBLO
CHILENO.-SUMISION Y CONFORMIDAD.

Cuando reflexiono sobre un con junto de circunstancias
que a usted no se ocultan, me persuado que la mano invisible
que gobierna a los hombres y a los pueblos tiene, respecto
del nuestro, sus designios secretos, de cuyo desarrollo debemos
estar a la expectativa. Entre tanto, seamos tan sumisos al
destino como lo son nuestros huasos, que sin entender el sig-
- nificado de esta palabra, le atribuyen cuanto les sucede de
malo. Así conseguiremos una conformidad que preserve al
hombre físico y al moral de agitaciones sin duda de peor consecuencia
que la calma.
Valparaíso, 26 de Noviembre
de 1831, a J. V. Bustillos.

FRAGILIDAD DEL EDIFICIO GUBERNATIVO.-PRUDENCIA, DIGNIDAD Y FIRMEZA.


Si es así, el hombre va a llevar una marcha que lo precipita

en un abismo, y lo que es peor, que nos precipita a todos.

Recuerde usted que constantemente he aconsejado a los

amigos que lo lleven por bien, y es necesario que se le sometan,

como la sumisión no llegue hasta un punto que toque

en degradación; porque si se le ponen muy tirantes, si quieren

ser siempre optimistas, no estaría muy lejos de buscar

en cimientos carcomidos que destruyesen el edificio,

dolo a él con quienes nunca estarán de buena fe, y

a nosotros nos harían tortillas. Para evitar este mal a via,

serían necesarios otros mayores que estremecen, y

algún buen chileno puede ni debe desear: es preciso,

empeñarse en prevenir y no en reparar los males: mudencia

acompañada con aquella dosis de dignidad y

que nunca puede faltar al hombre de bien.

Valparaíso, 30 de Noviembre

1831, a Garfias.


En el momento en que Portales escribía esta carta, el

Presidente Prieto había llamado a su lado como Ministro

del Interior a don Ramón Errázuriz. Portales conocía

mucho a Errázuriz, ya que desde luego éste había sido

socio suyo en el Estanco y más tarde le había acompañado

en las escaramuzas de la revolución. Pero con

razón o sin ella, temía que Errázuriz encabezara una política

de conciliación que a su juicio estaba llamada a ba-

enar la base del gobierno.

En esta carta hay, por lo demás, claras insinuacioles

acerca de que algunos de los “amigos” de Portales habrían

visto con agrado que Prieto dejara la Presidencia,

especie contra la cual se alza en términos tan enérgicos

como claros.


RESOLUCIONES CONSEJADAS-POR LA JUSTICIA Y LA CONVENIENCIA PULICA.


Entre los oficiales dados de bajo del ejército en Abril

de 1830 como partícipes de la batalla de Lircay a las órdenes

de Freire, figuraba el teniente don Manuel Vicente

Morote, y entre los que más tarde se negaron a reconocer

al gobierno el capitán don Ignacio Morote. Como

no hay más detalles en esta carta, no puede decidirse a

cuál de los dos se refiere Portales.

Alguna vez hemos visto impresa esta carta con “Maroto”

en lugar de Morote, error que podría llevar a pensar

en que ella se refiere a don Rafael Maroto. El más

ligero conocimiento de la historia de Chile hacia 1831

puede despejar la duda.

Bilbao es don Rafael, que logró regresar a Chile desde

Lima, en donde se encontraba por simple previsión

suya y no por resolución de la autoridad. Inició entonces

una carrera de conspirador en que no tuvo buen éxito:

desterrado por el gobierno volvió a Lima, y no tardó en

comprometer parte de su fortuna ($ 30.000 según algunas

noticias de la tradición) ayudando a la expedición

con que Freire confiaba poner término al gobierno de,

Prieto y al ministerio de Portales. No retornó a Chile hasta

1839, esto es, dos años después de asesinado su adversario.

Más que su carrera de frustrado conspirador da

cierta notoriedad a don Rafael Bilbao el hecho de que

fué padre de los escritores don Manuel y don Francisco.

Joaquín Tocornal está muy equivocado: puede ser

haya asegurado que nunca había dicho que se pos-

Campino por no ascender a Cruz; pero que le dijese

a esa mi opinión, es un equívoco. Si para hacer un

isticia ha de ser necesario hacer una injusticia, más

no hacer nada.

Tengo a Dios por testigo que no me mueve contra Cruz

alguna pasión baja; siento que después de habérsele

con la efectividad de coronel los servicios pocos o

que hizo en la campaña de 1830, se quiera ahora preinfidencias

y traiciones y su empecinamiento, con el

General. Conozco todas las consecuencias que trae

Este ejemplo, porque a todos darán ganas de ser mas

considerados, y la sangre de Lircay se habrá ver- .

estérilmente y habría sido mejor haberla economiestá

al aguaite de darnos de palos, de mancomum et

con D.Bernardo, y D. Joaquín, que lo sabe, piensa

a lo Pinto con el grado de General, cuando vea su marcha

ni trayéndolo al Ministerio de

, para el que puede servir de portero.

Valparaíso, 5 de Enero a A. Garfias.

DE PORTALES Y EGAÑA.-NECESIDAD DE REFORMAR (CODIGOS.-UNA OBRA URGENTE)


Mariano Egaña, asegure no puede excederme en los deseos de vernos;

pero que yo le excedo en mucfio en el entrañable afecto con que

cada día estoy queriendo más a mi primer amigo.

Dígale en reserva que van a convocarse extraordinariamente

las Cámaras, y que, como hijo de vecino, le agradecería

escribir sobre la necesidad y conveniencia de reformar los

códigos; y que entregue a Ud. los borradores para remitírmelos,

y que puede contar con el sigilo: yo me encargaré de publicarlos

oportunamente y haremos lo posible para que después

de interesada la opinión general, se hagan a un lado las

pasiones para dejar pasar el proyecto presentado por el Gobierno.

Valparaíso, 5 de Enero de 1832, a A. Garfias.

Estando Egaña en Londres como Ministro de Chile,

más de una vez se dolió ante las autoridades y ante su

padre (ver las cartas de don Mariano publicadas por la Sociedad

de Bibliófilos Chilenos) de que la sociedad del

Estanco no cumpliera con la entrega de las cantidades de

dinero que debían aplicarse al pago de intereses y a la

amortización del empréstito contratado por Irisarri. Egaña

creía entonces, inclusive, que Portales y Cea se daban

la gran vida con el dinero que cobraban a través del Estanco...

Posteriormente, vuelto a Chile, Egaña conoció en

sus pormenores la gestión de la sociedad del Estanco y

se dio cuenta de que ella había estado en la imposibilidad

absoluta de pagar lo que tenía prometido. Y se hizo,

en fin, grande admirador de la política de Portales y la

secundó en forma muy efectiva y sincera.

CHILENOS Y EXTRANJEROS.-SERVICIO EN LA GUARDIA CIVICA.- NORMAS DE HOSPITALIDAD RAZONABLE.


Las tropelías que según he sabido se han cometido en esa

capital tomando de un modo violento e indistintamente a todos

los extranjeros, dan un pretexto para las reclamaciones

de SUS respectivos cónsules; pero es muy extraño que también

las hayan hecho los cónsules de Valparaíso, pues hasta ahora

no he intimado a ningún extranjero a que se aliste. Siempre

he pensado manejar este asunto de un modo que produzca

una perfecta igualdad entre chilenos y extranjeros, porque

es muy vergonzoso al país que sus hijos sean de peor condición

que los extranjeros; pero siempre he pensado también

proceder con una discreción cual conviene para no causar alarmas

que aunque injustas y de ninguna importancia es mejor

que no las haya. El pulpero, el tendero y todos los extranjeros

empleados en el país en giros u ocupaciones que no les

son permitidas por la ley sino a los hijos del país, deben servir

con éstos en la guardia cívica; si se resisten, es preciso que

dejen esas ocupaciones o que se derogue la Ley que se las

prohibe declarando con la derogación que son los extranjeros

de mejor condición que los chilenos, pues que gozan de todos

los beneficios que se conceden a éstos sin ninguno de los gravámenes.

En conclusión, esté usted seguro de que nunca le irá de

. por acá una reclamación a que no pueda usted contestar victoriosamente.

Hagamos justicia a los extranjeros, démosles toda

la hospitalidad que sea posible; pero nunca hasta colocarlos

sobre los chilenos. Es preciso que les hagamos también entender

que no podemos ser la befa ni el desprecio de ellos, y

que los contengamos en sus limites, antes que pasando más

tiempo quieran hacer proscribir las Leyes.

Valparaiso, 16 de Enero

de 1832, a J. Tocornal.


INDÉCISION DEL PRESIDENTE-QUE VENGA PORTALES PARA

QUE CARGUE CON LOS ENEMIGOS.-"EL QUE OFENDE A PORTALES

ME OFENDE A MI".


Aunque no estoy bien instruído de pormenores que ocurren

en ésa, pero, por lo que veo por encima de la ropa, todo

cuanto se lamenta en Santiago viene o tiene su origen en la

indecisión del Presidente y en la falta de un carácter pronunciado.

Dice y conoce, v. gr., que no puede marchar con

tal Ministro, y por qué no lo cambia? Porque es preciso que

venga Portales a mover el cambio y que se le atribuya a él

para que cargue con los enemigos; pero no se adelantaría más

que salir a mi costa de un mal paso: se curaría la enfermedad

o diré mejor se alcanzaría por el momento, ¿y qué se avanza?

{Se conseguiría por esto el que se estableciese la marcha firme,

decidida, franca y laboriosa, sin lo cual nada bueno puede

hacerse?

Pradel y Uriondo dicen que están de acuerdo con el Presidente

para destruir mi reputación: no lo creo por supuesto;

pero lo creerán los incautos que han visto volver a Pradel por

una orden de Prieto, y que notan que este señor no se pronuncia.

Si don Joaquín fuese capaz de decir en alta voz (hablando

en términos vulgares): el que ofende a Portales me

ofende a mi, su enemigo lo es también mio, vería usted que

esos pobres bichos se meterían en sus cuevas, pero creen que

lo halagan ofendiéndome y ofendiendo, por consiguiente, la

buena causa con quien estoy identificado: la falta de pronunciamiento

se lo hace entender así, y hétemelos aquí alentados

para promover la desorganización y todos los males que

empiezan a asomar; y enorgullecidos con esa tácita aprobación

de sus porquerías que les hace concebir la falta de decisión

del Presidente, nos irán echando pequeñas vainas, que

vayan llamando y disponiendo una tan grande que no haya

c... que la resista.

Valparaíso, 25 de Febrero

de 1832, a A. Garfias.

Santiago, Agosto 9 de 1837.


Al señor Ministro de Estado

en el Departamento del Interior.

Con igual sorpresa que desagrado acabo de saber que en esta

noche el senador don Manuel José Gandarillas, en la sesión tenida

por el h a d o y en defensa del senador Benavente, alegó que el

ilustre e inmortal don Diego Portales le habfa dicho, en mi presencia,

una injuria tan soez contra la Cámara Legislativa que sería

indecente repetirla.

Como miembro de la legislatura. como amigo sincero y fiel del

hombre que no existe por desgracia de mi patria, y como amante

de la verdad y de la justicia, sería yo altamente criminal si dejase

correr, autorizándola con mi silenao, una imputación tan atroz,

cual es la que ha hecho don Manuel J& Gandarillas a su merecido

amigo el señor don Diego Portales: imputación dirigida contra

una persona que ya no existe, y que si tuviese el menor viso de

certidumbre (que no lo tiene), pasaría en el concepto de todo hombre

delicado por una infracción de las confianzas íntimas y de las

leyes de decencia que se observan en las relaciones sociales; imputación

que introducida sin objeto en la causa que defendía, parece

encaminado solamente a manchar la pura y acrisolada conducta pública

del más ilustre chileno; imputación, en fin, que creo de mi

deber apresurame a desmentir ante la Honorable Cámara que V. E.

preside, suplicando se le dé la publicidad conveniente.

Dios guarde a V. E. muchos años.

Antonio Garfias. '

Santiago, 7 de Agosto de 1837.

S. E. el Presidente

de la Cámara de Senadores.


LA ESCUADRA Y EL EJERCITO.-CONVENIENCIAS POLITICAS Y

ADMINISTRATIVAS DE UNA ARMADA DE GUERRA QUE VISITE

LAS COSTAS.


Yo encuentro más necesario en nuestra posición un buquede

guerra que un ejército. Por grande y bueno que éste sea,

podremos ser insultados impunemente en nuestras costas y en

nuestros puertos mismos por un acorazado de 4 cañones, que

mientra8 armábamos un buque desarmado estaría ya en disposición

de partirse con sus presas sin zozobra. Diga Ud. al Ministro

que si yo me inclinara a hacer fortuna sin reparar en

medios, nunca pensaría en otra cosa que en poner 100 hombres

armados a bordo de uno o más buques mercantes para ir

con toda flema y calma a sacarme de 10 a 12 mil quintales de

cobre que nunca faltan en los puertos despablados'de la provincia

de Coquimbo. A ésta e iguales empresas alienta el saber

que en la República no hay un buque de guerra de algún

respeto. Por otra parte es de necesidad, en mi concepto, que

el Gobierno esté siempre en contacto, lo diré así, con los pueblos

por medio de un buque de guerra. Se les infunde respeto

y también gratitud cuando se les haga ver esta medida por el

lado de que tiende a cuidarlos y protegerlos.

Valparaíso, 17 de Abril

de 1832, a A. Garfias.


AVERSION A LOS NEGOCIOS PUBLICOS.-"USTED NO PERMITIRA

QUE SE HAGA MAL".-EL BIEN SE HACE CON EJEMPLOS.-

DIFICULTADES DE LA ORGANIZACION POLÍTICA


Usted no puede formarse idea del odio que tengo a los

negocios públicos, y de la incomodidad que me causa el oír solo

hablar sobre ellos; sea éste el efecto del cansancio o del egoísmo

que no puede separarse del hombre, séalo de mis rarezas

con que temo caer en el ridículo, porque éste debe ser el resultado

de la singularidad con que suelo ver las cosas; en fin, séalo

de lo que fuere, lo cierto es que existe esa aversión de que

yo me felicito y de que otros forman crítica. En este estado, y no

siendo por desgracia de los que más saben vencerse, qué debe

usted esperar de mí en la línea de advertencia, aún cuando

quiera suponerme con la capacidad de hacerlas? Convengamos,

pues, desde ahora, en que usted sólo puede contar conmigo para

todo lo que sea en su servicio personal.

Sin embargo, no concluiré esta carta sin decirle con la

'franqueza que acostumbro, que mi opinión es que usted, sin

hacer nada en el Ministerio, hace más que cualquiera otro que

pretendiera hacer mucho!

Todos confían en que usted no hará mal ni permitirá que

se haga: a esto están limitadas las aspiraciones de los hombres

de juicio y que piensan. Por otra parte, el bien no se hace lo

tirando decretos y causando innovaciones que, las más veces,

no producen efectos o los surten perniciosos. A cada paso hará

usted bienes en su destino, que usted mismo no conoce, y

que todos juntos vendrán a formar una masa de bienes que el

tiempo hará perceptibles; en cada resolución, en cada consejo,

etc., dará usted un buen ejemplo de justificación, de imparcialidad,

de orden, de respeto a la ley, etc., etc., que insensiblemente

irá fijando una marcha conocida en el Gobierno.

Valparaíso, 16 de Julio

de 1832, a J. Tocornal.


El orden social se mantiene en Chile por la tradición y porque

no tenemos hombres sutiles, hábiles y quisquillosos: la tendencia casi

general de la masa al reposo es la garantía de la tranquilidad

pública.

Hablar del “peso de la noche” no envuelve ninguna

amenaza ni quiere decir en sustancia sino que el gobernante

confía en que la tradición de amor al orden que

persiste en el cuerpo social, a pesar de los intentos de

ciertos ideólogos para cambiarla o abatirla, ha de prevalecer

en definitiva y aliviará, por lo tanto, el trabajo de

ordenación que las autoridades toman a su cargo. Portales

percibió a tiempo esta propensión de la sociedad chilena,

y gracias a ello su labor resultó relativamente fácil.

La historia de los sucesos políticos ocurridos desde sus

días hasta los nuestros, prueba por lo demás que tenía

razón. El desorden no persiste en Chile y vive sólo horas,

y la “masa” vuelve al reposo en forma espontánea, sin

brusquedad y sin que sea necesario empujarla.


“ESTOY MUY LEJOS DE QUERER MEDIDAS VIOLENTAS”.-LO QUE

DESANIMA EN LA CONDUCTA DEL GOBIERNO.


Por su apreciada de ayer veo que no nos entendemos; pero

tampoco el asunto merece perder, en ventilarlo, un tiempo

que ambos necesitamos tanto. Yo he estado y estoy muy lejos

de querer medidas violentas, soy muy decidido por los trámitese

legales cuando las circunstancias lo permiten: lo que he

querido decir es que desalienta ver castigar a los pícaros por sediciosos

y ver, al mismo tiempo, al Gobierno acompañándose

del Coronel López, que no es menos pícaro ni menos sedicioso

que los demás.

Valparaíso, 15 de Marzo

de 1833, a R. Cavareda.


“MANDAR AL QUE MANDA”.-ESTUPIDEZ Y CEGUEDAD.


Con la misma reserva le comunico que por muy buen

fiera conmigo. Su estupidez y ceguedad llegan hasta el extremo

de figurarse y estar cerrado en que yo soy el autor de los

artículos de El Mercurio, y dice que lo sabe positivamente.

Compadezcamos a este pobre hombre y deseemos que resta- .

blezca su salud para alivio de su familia. Dice que yo quiero

algo más que mandar, pues pretendo mandar al que

manda.

origen de que el pobre tuerto G. está en qE 1 Monte hecho una

Valparaiso, 29 de Noviembre

de 1934, a A. Garfias.


El personaje aludido en esta carta es don Manuel

José Gandarillas. Portales y él fueron grandes amigos:

figuraron juntos en algunas aventuras periodísticas y políticas,

y finalmente aquella hermandad pareció consolidarse

cuando el omnipotente ministro designó a Gandarillas

redactor de El Araucano recién fundado en 1830. En

el período a que se refiere esta carta, Gandarillas era señalado

por los corrillos de Santiago como uno de los organizadores

del grupo político filopolita, en quien vio

Portales, con razón o sin ella, un serio obstáculo para la

prosecución de la obra de gobierno que había dejado

iniciada. No se conoce otro motivo para explicarse el distanciamienta

de ambos personajes, agravado sin duda por

el carácter de Gandarillas, que uno de sus biógrafos llama

“vehemente e impulsivo” precisamente al recordar

que fué uno de los redactores de El Hambriento (Amunátegui

Solar,’Recrierdos Biográficos, p. 133).

"LOS HOMBRES SE APURAN POCO POR SER BUENOS".-UN SERMON

QUE PUEDE EXTENDERSE.


El peor mal que encuentro yo en no apalear al malo, es

que los hombres se apuran poco por ser buenos, porque lo

mismo sacan de serlo como de ser malos. El Gobierno ha acomodado

a un capitán Zañartu en la Inspección: yo le predigo

a Ud. desde ahora, y acuérdese de mi profecía, que a la vuelta

de muy poco tiempo va a arrepentirse de tal colocación.

Ya me voy metiendo mucho en el sermón, e iba calentándome

como los Padres en sus sermones de tres horas. Más de

cuatro veces o, por mejor decir, casi todos los días, he estado

diciendo a Cavareda y a todos, que los presidarios de Juan

Fernández iban a saquear a Huasco o Copiapó, y a largarse

con el botín al otro lado, buscando la protección de Quiroga

y Pincheira. Era el mejor, por no decir el único partido que

se les presentaba..

Valparaíso, 14 de Enero

de 1832, a A. Garfias.


UNA PEQUEÑEZ PUERIL: DONACION DE TERRENOS PLANOS EN

PLAYA ANCHA AL CABILDO DE VALPARAISO.


Hay pequeñeces en que puerilmente suelo tomar tanto

empeño, que postergo por ellas cosas de entidad. Me propuse

conseguir que por el propietario de Playa Ancha se hiciese

una donación gratuita al Cabildo, de todos los planes que

hay en aquel terreno, así para asegurar a este pueblo oprimido

el único lugar a que puede salir a extenderse, y de cuyo

recreo podría ser privado por el propietario el día que le diese

la gana, como para formar en la parte más aparente de

esos planes un campo de instrucción para las milicias. Ya se

ha conseguido todo: ayer ha comenzado con el presidio el trabajo

de la compostura del camino, y seguirá con la del campo.

Los viajes a Playa Ancha, las conversaciones y conferencias

sobre este asunto me han llevado el tiempo en estos días,

y no he contestado por esto sus apreciadas 3 y 4 del que rige,

que tengo a la vista, con la de fecha 7.

Valparaíso, 8 de Junio

de 1833, a F. Urízar.


La donación de los terrenos de Playa Ancha para el

común disfrute de la población de Valparaíso, que Portales

califica modestamente como una “pequeñez pueril”,

deja ver que el gobernador de ese puerto estaba dominado

por ambiciosas vistas como urbanizador. No sabemos

que indicios tan importantes hayan sido debidamente

aprovechados hasta hoy por los historiadores de Valparaíso.


“TOQUE EN LA EDAD DE LAS PASIONES AMORTIGUADAS”.-TEMOR

AL RIDICULO.


Don Antonio, usted me ha merecido el concepto de hombre

de buen juicio, pero cuando veo que habla con seriedad

en los términos que lo hace acerca de la Mueno, me voy arrepintiendo

de tal concepto. (Me cree usted capaz de abrigar

una pasión estéril? ¿Qué resultado podría prometerme en tal

empresa? Toqué en la edad en que el hombre conoce lo poco

que vale en materias de galanteo, y en que las pasiones amortiguadas

le advierten que no tiene derecho a querer, porque

no lo tiene para exigir correspondencia. El hombre en mis circunstancias

no inspira afecto, y debe abstenerse de profesar

cariño, si no quiere caer en ridículo. Yo cogería (perdone usted

la grosería) a la Mueno, es verdad; pero como esto es imposible,

pienso tanto en ello como en montar sobre una estrella.

Si a esto llama pasión, estoy apasionado de alguna de las

hermanas de usted y de todas las mujeres que me agradan y

me parecen bien para el efecto. No quiero extenderme más

sobre la materia, porque de ello sacará usted argumento para

convencerme del delito de pasión.

Valparaíso, 10 de Septiembre

de 1833, a A. Garfias.


“NO EJERZO NI QUIERO EJERCER LA MAS PEQUEÑA INFLUENCIA”.-

AMOR A LA PAZ.


Por lo que se me escribe de Santiago y se oye en ésta, el

público cree que no soy malvado; que no puedo tener envidia

ni temor a su hermano; que no tengo mañas que él pueda

descubrirme; que no tengo crímenes ni remordimientos;

que estoy tan saciado de influencia, que no ejerzo ni quiero

ejercer la más pequeña, ni en el Gobierno ni en persona alguna;

que quiero paz; que no deseo revueltas ni para figurar

ni para sacar ventajas; en fin, que no grito ni escribo,

dice que al retirarme yo a La Placilla lo hago con la intención

de no volverla a ver más. La pobre Constanza no comprendi6

que si doy este paso, es inspirado únicamente en el

deseo de ver manera de rehacer mi fortuna en el nuevo campo

de operaciones en que me inicio, para ver manera de dejarles

algo a los frutos de mis indiscreciones con Constanza, y

también a ella misma para que nunca le falte el dinero que

tanto necesita.

Hace mucho tiempo Constanza está persuadida que me

he alejado de ella, porque ha perdido con los años su belleza

física. Deberá usted convencerla de lo contrario, y si llegase

el momento, usted le hablará con esta claridad: dígale

que a mi edad el valor de la belleza física de una mujer no

puede impresionarme con la fuerza que produce en la juventud

ese extraordinario atractivo de la mujer. Que ella para

mí se encuentra tanto mejor que antes, porque la jovencita

que hace años conocí, ha adquirido toda su verdadera condición

femenina, de modo que, juzgando en conciencia a la

Constanza de ese tiempo con la de ahora, mi juicio le sería

enteramente favorable. La Constanza de hoy sería preferida

a la de ayer.

Esto se lo dirá como referencia de viejas conversaciones

que he tenido con usted, y con lo cual usted no mentirá porque

afirmo algo cierto de mi muy peculiar entender en cuanto

a la Constanza.

Procurará usted hacerla comprender todavía que al retirarme

a La Placilla me impongo un sacrificio que Constanza

jamás podrá apreciar, porque siento por esta mujer la más

fuerte afección y el más sincero sentimiento de cariño. Yo no

se lo he demostrado, porque mi natural me lleva a la reserva

y porque también no es nada de agradable para un hombre

de mi situación hacer alarde de amor, cosa propia de jóvenes

sin experiencia. Pero que a Constanza le guardo ese amor, no

es cosa que pueda yo discutir conmigo mismo, porque a veces

he sentido los ímpetus de romper con todas las conveniencias

e irme a vivir a su lado para que ella no sufra, ni yo tampoco

haga sangrar tan amargamente mi corazón. Me retiene mi

pobreza y mi deseo de poder corresponderla dignamente a

ella y a nuestros hijos, cuando me sonría la fortuna que con

tan peregrina suerte he buscado.

Constanza le observará a usted la inconsecuencia de mis

procedimientos con estas declaraciones, que usted desenvolverá

en el tono de conversaciones conmigo en diferentes ocasiones.

No dejará usted de decirla que esas inconsecuencias resultan

de la misma angustiada situación en que vivimos. Que

el querer lo manda inexorablemente así, y que {cómo podría

yo a su lado mantener el rango de ella y nuestra familia cuando

me falta a mí para lo más preciso para mi vida? El sacrificio

que me he impuesto está precisamente en esta determinación.

Hace años cargo con la pesadumbre de que a Constanza

le he impuesto con toda injusticia una terrible vía crucis;

quisiera reparar el mal, y daría mi existencia por hacerlo.

(Pero, cómo cambiar el rumbo de las cosas? La desdeñada

por mi culpa, la perseguida por mis indiscreciones.

todavía que mis ligerezas se han prolongado en ,nuestros

hijos, a quienes se respetará mientras los cubra en vida el

nombre del padre. Cuando piensa en esta dolorosa y tremenda

situación, su amigo Diego Portales concluye en la desesperación.

Noches enteras he pasado sin pegar mis ojos, sintiendo

a Constanza a mi lado, teniendo a los niños cercanos a

nosotros, unidos todos en un familiar afecto. Pero hasta esta

dulce satisfacción no puedo dármela, porque no tengo con

qué hacerlo ni cuento con medios para mantenerla. Desgraciado

como soy, sólo quedaba que Constanza creyera que mis

intenciones eran falsas. Disuádala usted, pues, de sus opiniones

y dígale que tenga alguna fe en el hombre que la estima

como su buena compañera.

Rompa esta carta. No quiero que Constanza la lea, porque

su lectura la hará sufrir demasiado. Apréndala usted de

memoria, si fuera posible, para repetírsela palabra por palabra,

en el tono de viejas conversaciones conmigo.

Valparaíso, 13 de Diciembre

de 1834, a A. Garfias.


Ha corrido mucho en la tradición popular y hasta en

obras que pretenden ser históricas, la especie de que Por-

tales fué un libertino en sus relaciones con las mujeres.

Vicuña Mackenna, que tenía la costumbre de apuntar lo

una vez que ya habfa disparado, escribió en esta materia

una forma de apotegma: “Era la pasión dominante de

Portales, como él mismo lo confiesa en revelaciones que

ya hemos publicado (?), la mujer”.

Las tales revelaciones no pasan de ser párrafos de

cartas en que Portales confía a su íntimo escudero Garfias

algunas comisiones de poca monta. La verdad es que

ahora que se ha dado a conocer con mayor amplitud el

Epistolurio de Portales, queda en claro que sólo tuvo en

su vida dos historias sentimentales. En la primera se le

ve unido, en plena juventud, con una de sus primas hermanas.

El matrimonio es fecundo, pero los hijos que de

él nacen mueren de corta edad. La madre misma, acaso

más débil de lo conveniente para las tareas maternales,

muere también a los dos años de unión. Todo indica que

Portales procedió entonces empujado por una pasión sincera

y espontánea. En la segunda de aquellas historias, es

Constanza Nordenflycht la protagonista, la misma mujer

colérica y caprichosa a que se refiere la carta sobre

que versa esta nota.

Fuera de estas dos pasiones, las dnicas dignas de tal

nombre, Portales no cayó al parecer sino en amoríos muy

propios de un hombre que en plena madurez hace vida

de soltero como él tuvo el capricho de hacerla. En Lima

se sabe que nació un hijo a que aludía Portales cuando,

fracasados sus negocios, se retiraba del Perú. No hay más

noticias de él, ni menos sobre quién fué su madre. Han

creído algunos que se trata de doña Constanza, lo que

es un error muy fácil de desvanecer, ya que el primer fruto

de la unión de ésta y de Portales fué doña Rosalía,

que nació en Santiago en 1824.

Contrariamente a todo lo que se ha dicho, la correspondencia

revela que Portales era débil sexualmente, y que

se dejaba absorber y dominar por el trabajo antes que

por la voluptuosidad se refiere Portales con optimismo

al porvenir de su fortuna, a pesar de que la mayor parte

de los negocios emprendidos hasta entonces habían escollado

en forma lamentable. El comercio en el Perú hubo

de ser suspendido; la liquidación del Estanco no fué

más brillante, y las operaciones de orden agrícola y minero

estuvieron muy distantes de ser ventajosas para Portales.

Más de una vez en las cartas se nota la inquietud

del hombre probo y digno que no quiere ser sorprendido

por sus acreedores, a fin de que no sufra el crédito de

que podrá necesitar más adelante. Así y todo, hay testimonio

de que Portales gastó grandes sumas en los movimientos

políticos y particularmente en la revolución

de Campino de 1827 (para contribuir a sofocarla) y en

la gran campaña del ejército restaurador de 1830.

A su muerte, la situación no era más halagadora. Las

sumas del activo alcanzaban a $ 63.367, contra $ 54.016 de

pasivo, de modo que restaba un saldo partible entre los

herederos, de $ 9.351. En suma, la miseria lisa y llana.


DECRETO QUE ORDENA A LOS EMPLEADOS PUBLICOS

SINCERARSE DE LOS CARGOS QUE LES HAGA

LA PRENSA.


Santiago, 14 de Junio de 1830.


Considerando que la imprenta bien dirigida es uno de

los medios más poderosos para mantener la regularidad y pureza

de los empleados en el desempeño de sus funciones públicas;

Considerando que el escandaloso abuso que se ha hecho

de ella, convirtiéndola en un instrumento de pasiones maléficas,

la incapacita para ejercitar este saludable influjo, y la hace

más a propósito para extraviar que para dirigir la opinión;

que aun las acusaciones fundadas que se lanzan por la imprenta

contra aquellos que abusan de sus facultades en daño

del público, no excitarán la atención que debieran, vertiéndose

por un órgano habitualmente depravado; que los acusados

se escudan con la licenciosidad de la prensa para no sincerar

su conducta; y que este orden de cosas, confundiendo a

los buenos servidores del Estado con los prevaricadores, compromete

igualmente el honor de todos ellos y cede en desdoro

del Gobierno.

He venido en decretar y decreto:

19 Todo funcionario público cuya conducd, en lo que

toca al ejercicio de su empleo, fuere atacada por la imprenta,

debe acusar, por o por apoderado, al autor o editor del

impreso, ante el tribunal competente y en el término de la

ley.

20 El que así no lo hiciere, queda suspenso de hecho en

el ejercicio de su empleo, y el fiscal le acusará con el mismo

impreso ante el tribunal competente.

30 El Ministro del Interior queda encargado del cumplimiento

de este decreto. Imprímase para que llegue a noticia

de todos.

Ovalle.

Diego Portales.


Portales, como se sabe, fué periodista en diferentes

épocas de su vida, y de allí que pusiera empeño muy especial

en que las indicaciones de la prerisa no fueran desestimadas

por el gobierno. El decreto que corresponde a

esta nota, uno de los más famosos que expidió Portales,

propende a dar a la prensa la respetabilidad que de rigor

le corresponde en una democracia. No es por lo demás

el Único rasgo que se le debe en esta materia.

He aquí un caso concreto en que Portales veló por

la libertad de imprenta al mismo tiempo que atendía a

que se pusiera coto a una especie que podía alcanzar ingratas

repercusiones para el gobierno. Al Intendente de

Santiago, Cavareda, dirigía Portales siendo Ministro el

siguiente oficio con fecha 6 de Junio de 1836:

En el número 31 del periódico titulado El Bardmetro se encuentra

un artículo en que se afirma que por un golpe de autoridad,

no 9610 se mandaron romper en la imprenta donde se publica

los pocos ejemplares que se,habían tirado de un impreso, sino

que también se hicieron desarmar las formas del .tipo con los vigilantes

de la policía.

El gobierno no puede desentenderse de este denuncio por su

gravedad, y encarga a Usía le informe circunstanciadamente y con

la brevedad posible de cuanto haya ocurrido sobre el particular.

Dios guarde a Usia.

Diego Portales.


COMISION A M. GAY PARA QUE ESTUDIE Y

DESCRIBA EL TERRITORIO NACIONAL


En un país como Chile, apenas conocido de las demás naciones

por su situación geográfica, y del cual son casi absolutamente

ignoradas dentro y fuera de él sus producciones naturales,

sus riquezas y cuanto debiera -contribuir a apreciarlo

y engrandecerlo, atrayendo la industria y capitales de otros

pueblos para beneficiar sus productos, nada es más ventajoso

que promover el estudio de todos estos ramos, repetidas veces

emprendido por las anteriores administraciones a costa

de grandes sumas, pero infructuoso hasta ahora por la negligencia

y mala elección de las personas a quienes se confió este

delicado encargo. Cuando se pensaba en dar un impulso a

este trabajo útil, se ha presentado M. Claudio Gay con el memorial

que se acompaña, prometiendo llenar los deseos del

Gobierno. Los conocimientos de este individuo sobre la materia,

su infatigable aplicación, su desprendimiento y demás

cualidades necesarias para trabajar con fruto en el importante

objeto de que se trata, hacen presagiar al Gobierno de que

serían completamente satis sus deseos si se le confiere

esta comisión. Informado, al efecto, de la verdad de cuanto expone M. Gay en

su representación, respecto de los trabajos que tiene avanzados,

no teme ser burlado en sus esperanzas, y mucho menos,

cuando para su seguridad admitirá la oferta que hace al Gobierno

de dejar en depósito su librería y demás efectos que

posee, pertenecientes a la ciencia que profesa.

Si este proyecto fuere de la aprobación del Congreso, el

Gobierno debe contribuir al expresado Gay con el sueldo

anual de mil quinientos pesos, por el tiempo que durare su

comisibn, que sin duda no podrá pasar de tres años y medio,

renta demasiado moderada si se compara con la que han tenido

Lavaysse y Lozier, sin que en el dilatado tiempo que la disfrutan

hubiesen presentado algún trabajo que mereciese la

atención del público, y la cual deberá entenderse sin perjuiás,

por los individuos nomcio

del premio que le conceda el Gobierno que exista, cuando

presente los resultados satisfactorios que deben esperarse

de su comisión.

El Gobierno considera también de la mayor utilidad

aprovechar esta ocasión para que rectifiquen sus conocimientos

teóricos uno o dos jóvenes de los que más se distingan en

alguno de los ramos cuya investigación abraza el viaje científico

de M. Gay; y para conceder esta corta protección a las

luces, necesita que el Congreso de Plenipotenciarios le faculte

para asignarles algún sueldo con que subvenir cómodamente

a los gastos del viaje.

No duda el Gobierno que este proyecto, que sin pasar

largo tiempo verá realizado, porque sabrá asegurar su éxito,

llamará la atención del Congreso y merecerá su aprobación.

El Gobierno saluda al Congreso de Plenipotenciarios con

su acostumbrado respeta-

Santiago, Agosto 19 de 1830.-JOSE

TOMAS O VALLE.-Diego Portales.-Al Congreso Nacional

de Plenipotenciarios.


EL GOBIERNO SE EMPERA EN REPRIMIR LA

CRIMINALIDAD Y EN PREVENIRLA


Santiago, Enero 15 de 1831.



El Gobierno recibe frecuentes y amargas quejas de varios

pueblos de la República por la continua alarma en que pone

a sus vecinos la repetición de atroces asesinatos y robos

inauditos. Los hombres honrados se ven en la necesidad de

halagar a los malhechores para ponerse a cubierto de los riesgos

a que están expuestas sus propiedades y sus vidas. Los

jueces contemporizan con los malvados que pudieran aprehender,

porque temen que quedando impunes la misma impunidad

les aliente para descargar su saña sobre sus aprehensores.

El Intendente de Colchagua asegura al Gobierno que

se estremece el oír tantos y tan enormes excesos como se cometen

diariamente en los. diversos departamentos de la provincia.

En una visita de cárcel que practicó en Curicó, dice

háber encontrado dieciocho facinerosos de los cuales el que

menos había cometido dos muertes; entre ellos había uno que

contaba ya veinte asesinatos, incluso el que perpetró en su

propia mujer. Anuncia tener en su poder el sumario levanta-.

do a un reo que confiesa llanamente haber cometido un asesinato

en Guacargüe, sin más motivo que el gusto de asesinar,

y acompaña a este crimen la notable circunstancia de haberse

. detenido en picar los ojos al cadáver del degollado. Otro individuo

del mismo paraje mató a su padrastro por solo haberle

reprendido de palabra, según su propia confesión. Noticia

igualmente al Gobierno, hallarse plagada la provincia. de

los más temibles facinerosos, que tienen sobrecogidos a los

jueces, y se pasean causando luto y amargura por todas partes,

y en mismos dan testimonio de que la administración

de justicia se halla en un estado deplorable. La buena índole

de los habitantes se ve contradicha por sucesos que algunos

atribuyen con horror al abandono del ramo más importante

de la administración. El intendente de Colchagua anuncia,

por último, que el bandido Pincheira contará siempre con un

apoyo formidable en los facinerosos de la provincia.

El Gobierno para precaverse y prevenir estos estragos,

sabiendo que la inseguridad de las cárceles de los pueblos de

fuera, y la dificultad de formar los sumarios a los reos, por

la clase de personas a quienes por necesidad se encargan las

judicaturas territoriales, tienen mucha parte en la impunidad

de los delitos que se observan con escándalo; y viendo además

cometer todos los días atroces asesinatos y robos, sin que se

oiga hablar de un escarmiento, ni de un castigo condigno, se

.\dirigió al Cohgreso de Plenipotenciarios en 14 de Julio del

año próximo pasado, exponiéndole la necesidad de crear comisiones

ambulantes de justicia, que repartiéndose por los

campos pusiesen algún término a la multitud de crímenes que

se cometen, y el Congreso tuvo a bien disponer se cometiese

a la Suprema Corte la formación de un proyecto de ley o reglamento

sobre la breve sustanciación de causas criminales,

y especialmente las de asesinato y salteo, con lo demás que

aparece en el oficio del Congreso de 2 de Julio que se tras

cesario el Vice-Presidente fijar la consideración sobre la naturaleza

del hecho. El Congreso tiene presentes las circunstancias

en que se hallaba entonces la capital y una gran parte

de su territorio; y sabe que el atentado contra el Cónsul

no fué el Único de su especie en aquella época desastrosa. Ejecutado

por una partida de facinerosos, sin autorización ni carácter

público, no es en mismo imputable al Gobierno, ni

constituye una ofensa de nación a nación. Tampoco puede

pretenderse que las autoridades chilenas le hayan hecho en

algún modo suyo, dejando de castigarlo. Gran número de individuos

fueron aprehendidos por sospechas de complicidad

y sufrieron el suplicio ignominioso de azotes en la plaza pública

de Santiago. Otros han sido después confinados por el

mismo motivo al presidio de Juan Fernández. Si el señor Cónsul

General de Francia ha notado omisión o incuria en la

persecución de los reos, si ha tenido datos o indicios particulares

para averiguar quiénes fueron, al mismo Cónsul tocaba,

sin duda, manifestarlos al Gobierno o hacer valer sus derechos

por las vías y trámites ordinarios de la justicia. Su silencio

es la mejor prueba de que los funcionarios públicos

han desempeñado cumplidamente sus deberes.

Abiertos estaban .al Cónsul los Tribunales para acusar

a los individuos que habían cometido la ofensa. En vez de

valerse de este medio, que e3 el ordinario a que recurren los

funcionarios de su clase en casos de reclamaciones contra los

súbditos del Estado en que residen, ha preferido dirigirse en primera instancia al Gobierno, que, según la Constitución del

país, no puede intervenir en la administración de justicia. La

satisfacción dada a las leyes por las autoridades chilenas ha

sido por consiguiente espontánea.

El Gobierno, en virtud de lo expuesto, conceptúa que la

conducta de los magistrados, unida al grito unánime de reprobación

y horror pronunciado por la nación chilena luego

que se tuvo noticia del hecho, y al lenguaje uniforme de las

autoridades en sus comunicaciones al Cónsul, una de ellas

publicada por la prensa, han sido suficientes para desagraviar

el pundonor nacional más delicado; y se cree fundado en

S.-Siiva.

una generosa indemnización pecuniaria, pero sin que sirviese

de ejemplo para iguales reclamaciones en adelante. Con este

motivo ocurre al Congreso Nacional de Plenipotenciarios para

que, si lo tiene por conveniente, se sirva autorizar la erogación.

Se inclina el Ejecutivo a esta medida, tanto porque parece

indicada en las comunicaciones de la Junta provisoria

y del Presidente don Francisco Ruiz Tagle al Cónsul General

de Francia, como porque el Ejecutivo ha dado orden antes

de ahora a uno de sus agentes en Europa, para explicarse

con el Gobierno de S. M. Cma. en el mismo sentido.

El Ejecutivo reproduce al Congreso sus respetos y consideraciones.-


Santiago, 15 de Enero de 1831.- ]OSE TOMAS de 0VALLE.-D. Portales.- Al Congreso Nacional de Plenipotenciarios.


EL GOBIERNO PROPONE AL CONGRESO UN VOTO DE

AGRADECIMIENTO A PORTALES.


Al Presidente de la Cámara de Senadores.

Santiago, 27 de Agosto de 1832.


El Presidente tiene el honor de participar a las Cámaras

del Congreso Nacional, que habiendo repetido don Diego Portales

la renuncia del Ministerio de la Guerra y Marina que

tan dignamente desempeñaba, y convencido el Gobierno de

los graves motivos que le obligan a ello, y de que no sería

conforme a la justicia, después de tan grandes servicios, demandarle

nuevos sacrificios, ha creído necesario, aunque con

sentimiento y repugnancia, admitirla.

El Congreso reconoce, como el Gobierno, la deuda de

gratitud que ha contraído la nación para con este patriota

distinguido que, abandonando sus intereses particulares,

y consagrando sus desvelos al servicio del Estado, en

una época de calamidad y crisis, contribuyó tan señalada y

eficazmente a la restauración del orden, y al establecimiento

de la administración ejecutiva sobre bases sólidas que han

hecho revivir el imperio de las leyes y la confianza pública.

El Presidente cree que el premio más digno que puede

llevar este benemérito ciudadano al reposo de la vida privada,

es la expresión del reconocimiento nacional, por el órgano

del Congreso.

El Presidente, en esta virtud, propone a las Cámaras que,

si su opinión en este punto es conforme con la del Gobierno,

como no puede dudarlo, se sirva decretar un voto de

gracias a don Diego Portales, en los términos que estimare

correspondientes a sus grandes servicios.

Dios guarde a V. E..

JOAQUIN PRIETO.

BIBLIOTECA NACIONAL


EL GOBIERNO COMUNICA A PORTALES EL ACUERDO

DEL CONGRESO.


Santiago, 24 de Septiembre de 1832.


Con fecha 27 del pasado, S. E. el Presidente de la República

puso en noticia del Congreso Nacional haber admitido

la renuncia que V. hizo de los Ministerios de Guerra y Marina,

que estaban a su cargo; y en 20 del que rige ha recibido

en contestación el siguiente 'decreto:

"El Congreso Nacional, teniendo en consideración que

don Diego Portales entró a servir los Ministerios del despacho

del Interior y de la Guerra en la época más angustiada

de la patria, cuando, destruído el imperio de las leyes y encendida

la guerra civil, la anarquía y el desorden amenazaban

la ruina política de la nación, en cuyas lamentables circunstancias,

desplegando un celo, vigor y patriotismo extraordinarios,

consiguió, con la sabiduría de sus consejos y el

acierto de las medidas que proponía en el Gabinete, restablecer

gloriosamente la tranquilidad pública, el orden y el respeto

a las instituciones nacionales, decreto:

Que el Presidente de la República dé las gracias a don

Diego Portales a nombre del pueblo chileno, y le presente

este decreto como un testimonio de la gratitud nacional debida

al celo, rectitud y acierto con que desempeñó aquellos Ministerios,

y a los generosos esfuerzos que ha consagrado al

restablecimiento del orden y tranquilidad de que hoy disfruta

la patria".

Dios guarde a V.

Rúbrica de S. E.

Al señor don Diego Portales.

Joaquin Tocornal.


CONTESTACION AL OFICIO ANTERIOR.


Santiago, 26 de Septiembre de 1832.

El oficio que V. S. se ha servido dirigirme con fecha 24

del que rige, y el decreto del Congreso inserto en él, manifestándome

la aceptación que han merecido mis servicios, son

una recompensa que excede en mucho al valor de ellos. Obligado

a entrar en la vida pública contra mis deseos e inclinaciones,

y mientras no me fiié permitido dejarla, creo no haber

hecho más que cumplir imperfectamente, aunque del mejor

modo que pudieran mis débiles fuerzas, con las obligaciones

que todo ciudadano debe a su patria. Permítame V. S.

pues, que, penetrado del más profundo reconocimiento por

esta demostración, le manifieste mi sorpresa por una honra

tan inesperada, y que le ruegue sea el órgano por donde exprese

mi gratitud a este generoso testimonio de la indulgencia

de S. E. el Presidente y del Congreso, no.menos que de mi

confusión por no haber acertado a merecerlo.

Dios guarde a V. S. muchos años.

Diego Portales.


PORTALES RENUNCIA LA GOBERNACION DE VALPARAISO

Y TODOS SUS CARGOS Y COMISIONES ANTE

UNA INFRACCION CONSTITUCIONAL.


Valparaíso, 26 de Junio de 1833.


Señor Ministro:

Es ya demasiado público que entre los días 19 y 3 del corriente,

S. E. el Presidente de la República, sin precedente

acuerdo, mandó a un oficial del Ministerio de la Guerra tirar

el despacho de Teniente Coronel a un Sargento Mayor del

Ejército, y que después de haberlo firmado, lo remitió a V. S.

para que lo refrendase. Se sabe también que, habiéndose negado

V. S. a suscribirlo, S. E. por medio del mismo oficial de

la secretaría del cargo de V. S., le intimó que haría firmar el

título a un oficial, si V. S. continuaba en su negativa, y que

V. S. contestó dignamente: “que no pudiendo ceder sin traicionar

su conciencia, dispusiese S. E. del Ministerio”.

Se ha tomado razón en las oficinas respectivas del despacho

autorizado con la firma del primer oficial de la secretaría,

y V. S. presentó su dimisión, que ha retirado después,

según se dice, por evitar mayores males, que yo no alcanzo a

divisar, porque me parece que no hay otros de un orden superior

que los que deben nacer de un atropellamiento del

Código fundamental; y, sea lo que fuere, se ha infringido

abiertamente el artículo 86 de la Constitución, en los mismos

días en que ha sido jurada; infracción que se hace más notable

cuando el Presidente de la República pudo legalmente

haber cumplido sus deseos, pidiendo a V. S. los sellos y nombrando

otro Ministro, en cuyo juicio fuese justa la orden que

V. S. no encontraba así en el suyo.

Se ha permitido, además, o diré mejor, se ha presentado

a los jefes de las oficinas donde se ha tomado razón del despacho

y al inspector del Ejército que le puso el sello y visa, la

ocasión de quebrantar el mismo artículo constitucional que

dispone expresamente que no pueden ser obedecidas las órdenes

del Presidente de la República que carezcan del esencial

requisito de la firma de Ministro.

Ha corrido cerca de un mes sin que haya habido un diputado

que, conforme al artículo 82 de la Carta, haya formalizado

la acusación que debe hacerse a V. s., por más inocente

que aparezca, ni se ha visto que algún funcionario acuse a

los empleados infractores que obedecieron la orden.

Esto da lugar a esperar que la Constitución va a quedar

impunemente atropellada, y abierta la puerta para quebrantarla

en la sucesivo.

Habiendo sido yo uno de los que esforzaron más grito

contra los infractores e infracciones de 1828 y 1829; cuando

en los destinos que me he visto en la necesidad de servir, he

procurado con el ejemplo, el consejo, y con cuanto ha estado

a mi alcance, volver a las leyes el vigor que habían perdido

casi del todo, conciliarles el respeto, e inspirar un odio santo

a las transgresiones que trajeron tantas desgracias a la República,

y que nunca podrán cometerse sin iguales resultados:

cuando hasta hoy no he bajado la voz que alcé con la

sana mayoría de la nación, contra las infracciones de la Constitución

del 28; cuando no debo olvidar que ellas fueron la

primera y principal razón que justificó y aseguró el éxito de

la empresa sellada con la sangre vertida en Lircay, no puedo

manifestarme impasible en estas circunstancias, ni continuar

desempeñando destinos públicos, sin presentarme aprobando,

o al menos, avenido ahora con las infracciones que combatí

poco antes a cara descubierta.

Para no aparecer, pues, caído en tal inconsecuencia, y para

contribuir al sostén de las instituciones por el único medio

que está-en mis facultades, hago de todos y cada uno de

los distintos cargos y comisiones que el Gobierno tuvo a bien

confiarme, la más formal renuncia, cuya admisión tengo derecho

a esperar tan pronto como V. S. se sirva dar cuenta a

S. E. de esta petición. Y al hacerlo, ruego a V. E. tenga a bien

asegurarle que en el retiro de la vida privada a que soy llamado

para siempre, serán incesantes mis votos por el acierto

del Gobierno y la prosperidad de la República.

Ojalá V. S. fuese tan feliz que lograse persuadir a S. E.

el Presidente de que su propia reputación y la suerte de los

chilenos que más se han empeñado en darle pruebas inequívocas

de distinción y de una ilimitada confianza, le demandan

la reparación del daño que les ha inferido una resolución

suya, tomada sin duda por no haberse fijado en su valor

y consecuencia; y de que nada le sería más honroso y nada

más conducente a la consolidación del orden público y del

Código Constitucional, que aparecer vindicándolo con la can-

123

celación del despacho expedido y el castigo de los empleados

que no se opusieron a su curso.

Diego Portales.

Dios guarde a V. S.

TENTATIVA DE EMPRESTITO INTERNO PARA ADQUIRIR Y

ORGANIZAR UNA ESCUADRA.

- Santiago, 27 de Mayo de 1836.

El gobierno creería contraer una grave responsabilidad

si desatendiese por más tiempo la necesidad en que se halla

la República de una fuerza naval que guarde nuestras extensas

costas, desprovistas de todo género de defensa, que vigile

la puntual observancia de las leyes fiscales, y proteja nuestro

comercio exterior. Y no bastando a llenar nuestro objeto las

rentas ordinarias del Estado, que no es posible aumentar sin

la embarazosa imposición de nuevas cargas y contribuciones,

el gobierno, antes de recurrir a este último arbitrio, ha querido

probar si sería posible levantar entre los capitalistas chilenos

y los extranjeros establecidos en Chile, un empréstito

del valor de 400,000 pesos, suma que juzga bastaría para la

compra y avío de una fuerza naval competente. Antes de dirigirse

al cuerpo legislativo a fin de que le faculte para realizar

este plan y señale fondos para el pago de los intereses y

amortización del empréstito, ha tenido a bien dirigirse previamente

a aquellos individuos en quienes supone facilidad y

disposición para proporcionar al Estado esta suma, con la mira

de saber de ellos de un modo positivo el número de acciones

con que podrían suscribirse a ella. El gobierno no se halla en

el caso de ofrecer condiciones que pudiesen presentar un aliciente

a la codicia. Dirigiéndose a V., como a los demás habitantes

a quienes cree no pueden ser un objeto indiferente la

seguridad del Estado y la observancia de sus leyes, cuenta solo

con su desprendimiento y su espíritu público, y con la evidencia

de las ventajas que la ejecución de este proyecto debe

producir al país.

La demostración que acompaño instruirá a V. de sus pormenores.

Si V., como lo espera el Gobierno, toma parte en él,

se servirá expresar a continuación y bajo su firma, el número

de acciones con que se suscriba.

Dios guarde a V.

Diego Portales.