Saludos, Rodrigo Sánchez.
LA DEMOCRACIA IMPOSIBLE.-NECESIDAD DEL GOBIERNO FUERTE
Y CENTRALIZADOR.-GOBERNANTES EJEMPLARIZADORES
“A mí las cosas políticas no me interesan, pero como buen
ciudadano puedo opinar con toda libertad y aún censurar los
actos del Gobierno. La Democracia, que tanto pregonan los
ilusos, es un absurdo en los países como los americanos, llenos
de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como
es necesario para establecer una verdadera República. La Monarquía
no es tampoco el ideal americano: salimos de una terrible
para volver a otra y qué ganamos? La República es el
sistema que hay que adoptar; ¿pero sabe cómo yo la entiendo
para estos países? Un Gobierno fuerte, centralizador, cuyos
hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y
así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de
las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga el Gobierno
completamente liberal, libre y lleno de ideales, donde tengan
parte todos los ciudadanos. Esto es lo que yo pienso y todo
hombre de mediano criterio pensará igual”.
Lima, Marzo de 1822,
a J. M. Cea.
LOS PELIGROS DE UNA DESERCI0N.-LIBERTAD QUE AUTORIZA
EL EXTRAVIO
Todos, todos, temen que cansados Uds. de oposición e in- .
gratitudes, abandonen sus propósitos de sacrificarse al bien público,
y sólo traten de prepararse y de prevenir cada uno en
particular, los males que sucederían, sin duda, a la variación.
En vano he procurado desvanecerles esta sospecha, que no 113-
ce a Uds. aire alguno en cuanto se les cree tan desnaturalízados
que sean capaces de entregarnos a una facción y de envolvernos
en todo género de desgracias. Sí, señor, éstas son las circunstancias
en que nos ha puesto (permítame Ud. decir) la
absoluta libertad con que se quiere mantener a los hombres
recién nacidos, y autorizarlos a los extravíos propios de su edad.
17 de Diciembre de 1824,
a D. J. Benavente.
De esta y de otras cartas de Portales (fragmentos 3,
4, 5, 49, etc.) queda en claro que hubo entre él y don
Diego José Benavente la más estrecha amistad política y
un grado de comprensión humana que contribuyó no poco
a hacer de aquélla una de las fuerzas más activas de‘ ~
la revolución de 1829 y de los sucesos que inmediatamente
la siguieron.
TESTIMONIO DE UNA AMISTAD SINCERA.-NO ES OPORTUNO
RETIRARSE DEL GOBIERNO.
Mil veces he solicitado a Ud. en su casa, creyendo en cada
una de ellas encontrarle ya de vuelta de su paseo; pero entiendo
que va largo, según una carta suya que he visto casualmente.
Me he resuelto a escribirle sin otro objeto que para recordarle
y asegurarle de nuevo que en mí tiene un amigo que,
si no es el más importante, al menos es uno de los que con más
sinceridad le dan este título. El me hace atreverme a prevenirle
que no ha dejado de minorar su concepto en algunos sujetos
de fundamento, su retiro absoluto del Gobierno en las circunstancias
más tristes y en que privadamente podían haberse
ejercitado en beneficio público, su consejo y ascendiente. Yo no
me entrometo a acusarle ni absolverle, sólo hago la indicación
para que Ud. entre a consultar su conciencia, y obre de conformidad
con ella.
Santiago, 23 de Febrero de 1825,
a D. J. Benavente.
APRENSIONES SOBRE EL PORVENIR POLITIC0.-“LO EXIGE EL
BIEN DEL PAIS”. .
En este momento (5 1/4 de la tarde) acabo de saber que
sale un mozo para ésa, y que sólo espera esta carta. Por esta
causa no puedo decir a Ud. otra cosa que, si no quiere per-
y acaso para siempre, se venga lo más pronto posible. Yo
creo que no estamos lejos de experimentar reversiones formidables,
que pueden evitarse si se hace algo y se toman medidas
oportunas. Puede ser que el miedo precipite mi opinión
sobre este pormenor, pero no la de que Ud. debe venir. Venga,
pues, venga; le será fácil evadirse del Ministerio a que es
llamado; y aun cuando así no fuera, este temor no debe importar.
Cuánto siento que vaya a entrar en batalla con El Znsurgente.
1No ve Ud. que las fuerzas son tan desiguales! Ha dicho
ya que Ud. es ladrón, mañana dirá que le vi6 cometer un asesinato
alevoso. Ud. contestará que es falso. (Y quién habrá
ganado? Si un Gobierno cual debía ser, hubiese separado de
sus destino a esos jueces del Tribunal de Imprenta que no
quieren cumplir con su deber, si los hubiese perseguido de
un modo que ejemplarizase a los que le sucediesen, entonces
podríamos contestar con éxito a esos malvados, y pelear
siempre con las ventajas que nos dan la tranquilidad de nuestra
conciencia y la honradez que no hemos abandonado alguna
vez. Mucho me abstengo de dar consejos y más al que no
los ha menester, pero la amistad me violenta a veces.
Valparaíso, 21 de Marzo
de 1827, a D. J. Benavente.
DESIGNIOS SECRETOS DE LA PROVIDENCIA RESPECTO DEL PUEBLO
CHILENO.-SUMISION Y CONFORMIDAD.
Cuando reflexiono sobre un con junto de circunstancias
que a usted no se ocultan, me persuado que la mano invisible
que gobierna a los hombres y a los pueblos tiene, respecto
del nuestro, sus designios secretos, de cuyo desarrollo debemos
estar a la expectativa. Entre tanto, seamos tan sumisos al
destino como lo son nuestros huasos, que sin entender el sig-
- nificado de esta palabra, le atribuyen cuanto les sucede de
malo. Así conseguiremos una conformidad que preserve al
hombre físico y al moral de agitaciones sin duda de peor consecuencia
que la calma.
Valparaíso, 26 de Noviembre
de 1831, a J. V. Bustillos.
FRAGILIDAD DEL EDIFICIO GUBERNATIVO.-PRUDENCIA, DIGNIDAD
Si es así, el hombre va a llevar una marcha que lo precipita
en un abismo, y lo que es peor, que nos precipita a todos.
Recuerde usted que constantemente he aconsejado a los
amigos que lo lleven por bien, y es necesario que se le sometan,
como la sumisión no llegue hasta un punto que toque
en degradación; porque si se le ponen muy tirantes, si quieren
ser siempre optimistas, no estaría muy lejos de buscar
en cimientos carcomidos que destruyesen el edificio,
dolo a él con quienes nunca estarán de buena fe, y
a nosotros nos harían tortillas. Para evitar este mal a via,
serían necesarios otros mayores que estremecen, y
algún buen chileno puede ni debe desear: es preciso,
empeñarse en prevenir y no en reparar los males: mudencia
acompañada con aquella dosis de dignidad y
que nunca puede faltar al hombre de bien.
Valparaíso, 30 de Noviembre
1831, a Garfias.
En el momento en que Portales escribía esta carta, el
Presidente Prieto había llamado a su lado como Ministro
del Interior a don Ramón Errázuriz. Portales conocía
mucho a Errázuriz, ya que desde luego éste había sido
socio suyo en el Estanco y más tarde le había acompañado
en las escaramuzas de la revolución. Pero con
razón o sin ella, temía que Errázuriz encabezara una política
de conciliación que a su juicio estaba llamada a ba-
enar la base del gobierno.
En esta carta hay, por lo demás, claras insinuacioles
acerca de que algunos de los “amigos” de Portales habrían
visto con agrado que Prieto dejara la Presidencia,
especie contra la cual se alza en términos tan enérgicos
como claros.
RESOLUCIONES
Entre los oficiales dados de bajo del ejército en Abril
de 1830 como partícipes de la batalla de Lircay a las órdenes
de Freire, figuraba el teniente don Manuel Vicente
Morote, y entre los que más tarde se negaron a reconocer
al gobierno el capitán don Ignacio Morote. Como
no hay más detalles en esta carta, no puede decidirse a
cuál de los dos se refiere Portales.
Alguna vez hemos visto impresa esta carta con “Maroto”
en lugar de Morote, error que podría llevar a pensar
en que ella se refiere a don Rafael Maroto. El más
ligero conocimiento de la historia de Chile hacia 1831
puede despejar la duda.
Bilbao es don Rafael, que logró regresar a Chile desde
Lima, en donde se encontraba por simple previsión
suya y no por resolución de la autoridad. Inició entonces
una carrera de conspirador en que no tuvo buen éxito:
desterrado por el gobierno volvió a Lima, y no tardó en
comprometer parte de su fortuna ($ 30.000 según algunas
noticias de la tradición) ayudando a la expedición
con que Freire confiaba poner término al gobierno de,
Prieto y al ministerio de Portales. No retornó a Chile hasta
1839, esto es, dos años después de asesinado su adversario.
Más que su carrera de frustrado conspirador da
cierta notoriedad a don Rafael Bilbao el hecho de que
fué padre de los escritores don Manuel y don Francisco.
haya asegurado que nunca había dicho que se pos-
Campino por no ascender a Cruz; pero que le dijese
a esa mi opinión, es un equívoco. Si para hacer un
isticia ha de ser necesario hacer una injusticia, más
no hacer nada.
Tengo a Dios por testigo que no me mueve contra Cruz
alguna pasión baja; siento que después de habérsele
con la efectividad de coronel los servicios pocos o
que hizo en la campaña de 1830, se quiera ahora preinfidencias
y traiciones y su empecinamiento, con el
General. Conozco todas las consecuencias que trae
Este ejemplo, porque a todos darán ganas de ser mas
considerados, y la sangre de Lircay se habrá ver- .
estérilmente y habría sido mejor haberla economiestá
al aguaite de darnos de palos, de mancomum et
con D.Bernardo, y D. Joaquín, que lo sabe, piensa
a lo Pinto con el grado de General, cuando vea su marcha
ni trayéndolo al Ministerio de
, para el que puede servir de portero.
Valparaíso, 5 de Enero a A. Garfias.
DE PORTALES Y EGAÑA.-NECESIDAD DE REFORMAR (CODIGOS.-UNA OBRA URGENTE)
Mariano Egaña, asegure no puede excederme en los deseos de vernos;
pero que yo le excedo en mucfio en el entrañable afecto con que
cada día estoy queriendo más a mi primer amigo.
Dígale en reserva que van a convocarse extraordinariamente
las Cámaras, y que, como hijo de vecino, le agradecería
escribir sobre la necesidad y conveniencia de reformar los
códigos; y que entregue a Ud. los borradores para remitírmelos,
y que puede contar con el sigilo: yo me encargaré de publicarlos
oportunamente y haremos lo posible para que después
de interesada la opinión general, se hagan a un lado las
pasiones para dejar pasar el proyecto presentado por el Gobierno.
Valparaíso, 5 de Enero de 1832, a A. Garfias.
Estando Egaña en Londres como Ministro de Chile,
más de una vez se dolió ante las autoridades y ante su
padre (ver las cartas de don Mariano publicadas por la Sociedad
de Bibliófilos Chilenos) de que la sociedad del
Estanco no cumpliera con la entrega de las cantidades de
dinero que debían aplicarse al pago de intereses y a la
amortización del empréstito contratado por Irisarri. Egaña
creía entonces, inclusive, que Portales y Cea se daban
la gran vida con el dinero que cobraban a través del Estanco...
Posteriormente, vuelto a Chile, Egaña conoció en
sus pormenores la gestión de la sociedad del Estanco y
se dio cuenta de que ella había estado en la imposibilidad
absoluta de pagar lo que tenía prometido. Y se hizo,
en fin, grande admirador de la política de Portales y la
secundó en forma muy efectiva y sincera.
CHILENOS Y EXTRANJEROS.-SERVICIO EN LA GUARDIA CIVICA.-
Las tropelías que según he sabido se han cometido en esa
capital tomando de un modo violento e indistintamente a todos
los extranjeros, dan un pretexto para las reclamaciones
de SUS respectivos cónsules; pero es muy extraño que también
las hayan hecho los cónsules de Valparaíso, pues hasta ahora
no he intimado a ningún extranjero a que se aliste. Siempre
he pensado manejar este asunto de un modo que produzca
una perfecta igualdad entre chilenos y extranjeros, porque
es muy vergonzoso al país que sus hijos sean de peor condición
que los extranjeros; pero siempre he pensado también
proceder con una discreción cual conviene para no causar alarmas
que aunque injustas y de ninguna importancia es mejor
que no las haya. El pulpero, el tendero y todos los extranjeros
empleados en el país en giros u ocupaciones que no les
son permitidas por la ley sino a los hijos del país, deben servir
con éstos en la guardia cívica; si se resisten, es preciso que
dejen esas ocupaciones o que se derogue la Ley que se las
prohibe declarando con la derogación que son los extranjeros
de mejor condición que los chilenos, pues que gozan de todos
los beneficios que se conceden a éstos sin ninguno de los gravámenes.
En conclusión, esté usted seguro de que nunca le irá de
. por acá una reclamación a que no pueda usted contestar victoriosamente.
Hagamos justicia a los extranjeros, démosles toda
la hospitalidad que sea posible; pero nunca hasta colocarlos
sobre los chilenos. Es preciso que les hagamos también entender
que no podemos ser la befa ni el desprecio de ellos, y
que los contengamos en sus limites, antes que pasando más
tiempo quieran hacer proscribir las Leyes.
Valparaiso, 16 de Enero
de 1832, a J. Tocornal.
INDÉCISION DEL PRESIDENTE-QUE VENGA PORTALES PARA
QUE CARGUE CON LOS ENEMIGOS.-"EL QUE OFENDE A PORTALES
ME OFENDE A MI".
Aunque no estoy bien instruído de pormenores que ocurren
en ésa, pero, por lo que veo por encima de la ropa, todo
cuanto se lamenta en Santiago viene o tiene su origen en la
indecisión del Presidente y en la falta de un carácter pronunciado.
Dice y conoce, v. gr., que no puede marchar con
tal Ministro, y por qué no lo cambia? Porque es preciso que
venga Portales a mover el cambio y que se le atribuya a él
para que cargue con los enemigos; pero no se adelantaría más
que salir a mi costa de un mal paso: se curaría la enfermedad
o diré mejor se alcanzaría por el momento, ¿y qué se avanza?
{Se conseguiría por esto el que se estableciese la marcha firme,
decidida, franca y laboriosa, sin lo cual nada bueno puede
hacerse?
Pradel y Uriondo dicen que están de acuerdo con el Presidente
para destruir mi reputación: no lo creo por supuesto;
pero lo creerán los incautos que han visto volver a Pradel por
una orden de Prieto, y que notan que este señor no se pronuncia.
Si don Joaquín fuese capaz de decir en alta voz (hablando
en términos vulgares): el que ofende a Portales me
ofende a mi, su enemigo lo es también mio, vería usted que
esos pobres bichos se meterían en sus cuevas, pero creen que
lo halagan ofendiéndome y ofendiendo, por consiguiente, la
buena causa con quien estoy identificado: la falta de pronunciamiento
se lo hace entender así, y hétemelos aquí alentados
para promover la desorganización y todos los males que
empiezan a asomar; y enorgullecidos con esa tácita aprobación
de sus porquerías que les hace concebir la falta de decisión
del Presidente, nos irán echando pequeñas vainas, que
vayan llamando y disponiendo una tan grande que no haya
c... que la resista.
Valparaíso, 25 de Febrero
de 1832, a A. Garfias.
Al señor Ministro de Estado
en el Departamento del Interior.
Con igual sorpresa que desagrado acabo de saber que en esta
noche el senador don Manuel José Gandarillas, en la sesión tenida
por el h a d o y en defensa del senador Benavente, alegó que el
ilustre e inmortal don Diego Portales le habfa dicho, en mi presencia,
una injuria tan soez contra la Cámara Legislativa que sería
indecente repetirla.
Como miembro de la legislatura. como amigo sincero y fiel del
hombre que no existe por desgracia de mi patria, y como amante
de la verdad y de la justicia, sería yo altamente criminal si dejase
correr, autorizándola con mi silenao, una imputación tan atroz,
cual es la que ha hecho don Manuel J& Gandarillas a su merecido
amigo el señor don Diego Portales: imputación dirigida contra
una persona que ya no existe, y que si tuviese el menor viso de
certidumbre (que no lo tiene), pasaría en el concepto de todo hombre
delicado por una infracción de las confianzas íntimas y de las
leyes de decencia que se observan en las relaciones sociales; imputación
que introducida sin objeto en la causa que defendía, parece
encaminado solamente a manchar la pura y acrisolada conducta pública
del más ilustre chileno; imputación, en fin, que creo de mi
deber apresurame a desmentir ante la Honorable Cámara que V. E.
preside, suplicando se le dé la publicidad conveniente.
Dios guarde a V. E. muchos años.
Antonio Garfias. '
Santiago, 7 de Agosto de 1837.
S. E. el Presidente
de la Cámara de Senadores.
LA ESCUADRA Y EL EJERCITO.-CONVENIENCIAS POLITICAS Y
ADMINISTRATIVAS DE UNA ARMADA DE GUERRA QUE VISITE
LAS COSTAS.
Yo encuentro más necesario en nuestra posición un buquede
guerra que un ejército. Por grande y bueno que éste sea,
podremos ser insultados impunemente en nuestras costas y en
nuestros puertos mismos por un acorazado de 4 cañones, que
mientra8 armábamos un buque desarmado estaría ya en disposición
de partirse con sus presas sin zozobra. Diga Ud. al Ministro
que si yo me inclinara a hacer fortuna sin reparar en
medios, nunca pensaría en otra cosa que en poner 100 hombres
armados a bordo de uno o más buques mercantes para ir
con toda flema y calma a sacarme de 10 a 12 mil quintales de
cobre que nunca faltan en los puertos despablados'de la provincia
de Coquimbo. A ésta e iguales empresas alienta el saber
que en la República no hay un buque de guerra de algún
respeto. Por otra parte es de necesidad, en mi concepto, que
el Gobierno esté siempre en contacto, lo diré así, con los pueblos
por medio de un buque de guerra. Se les infunde respeto
y también gratitud cuando se les haga ver esta medida por el
lado de que tiende a cuidarlos y protegerlos.
Valparaíso, 17 de Abril
de 1832, a A. Garfias.
AVERSION A LOS NEGOCIOS PUBLICOS.-"USTED NO PERMITIRA
QUE SE HAGA MAL".-EL BIEN SE HACE CON EJEMPLOS.-
DIFICULTADES DE LA ORGANIZACION POLÍTICA
Usted no puede formarse idea del odio que tengo a los
negocios públicos, y de la incomodidad que me causa el oír solo
hablar sobre ellos; sea éste el efecto del cansancio o del egoísmo
que no puede separarse del hombre, séalo de mis rarezas
con que temo caer en el ridículo, porque éste debe ser el resultado
de la singularidad con que suelo ver las cosas; en fin, séalo
de lo que fuere, lo cierto es que existe esa aversión de que
yo me felicito y de que otros forman crítica. En este estado, y no
siendo por desgracia de los que más saben vencerse, qué debe
usted esperar de mí en la línea de advertencia, aún cuando
quiera suponerme con la capacidad de hacerlas? Convengamos,
pues, desde ahora, en que usted sólo puede contar conmigo para
todo lo que sea en su servicio personal.
Sin embargo, no concluiré esta carta sin decirle con la
'franqueza que acostumbro, que mi opinión es que usted, sin
hacer nada en el Ministerio, hace más que cualquiera otro que
pretendiera hacer mucho!
Todos confían en que usted no hará mal ni permitirá que
se haga: a esto están limitadas las aspiraciones de los hombres
de juicio y que piensan. Por otra parte, el bien no se hace sólo
tirando decretos y causando innovaciones que, las más veces,
no producen efectos o los surten perniciosos. A cada paso hará
usted bienes en su destino, que usted mismo no conoce, y
que todos juntos vendrán a formar una masa de bienes que el
tiempo hará perceptibles; en cada resolución, en cada consejo,
etc., dará usted un buen ejemplo de justificación, de imparcialidad,
de orden, de respeto a la ley, etc., etc., que insensiblemente
irá fijando una marcha conocida en el Gobierno.
Valparaíso, 16 de Julio
de 1832, a J. Tocornal.
El orden social se mantiene en Chile por la tradición y porque
no tenemos hombres sutiles, hábiles y quisquillosos: la tendencia casi
general de la masa al reposo es la garantía de la tranquilidad
pública.
Hablar del “peso de la noche” no envuelve ninguna
amenaza ni quiere decir en sustancia sino que el gobernante
confía en que la tradición de amor al orden que
persiste en el cuerpo social, a pesar de los intentos de
ciertos ideólogos para cambiarla o abatirla, ha de prevalecer
en definitiva y aliviará, por lo tanto, el trabajo de
ordenación que las autoridades toman a su cargo. Portales
percibió a tiempo esta propensión de la sociedad chilena,
y gracias a ello su labor resultó relativamente fácil.
La historia de los sucesos políticos ocurridos desde sus
días hasta los nuestros, prueba por lo demás que tenía
razón. El desorden no persiste en Chile y vive sólo horas,
y la “masa” vuelve al reposo en forma espontánea, sin
brusquedad y sin que sea necesario empujarla.
“ESTOY MUY LEJOS DE QUERER MEDIDAS VIOLENTAS”.-LO QUE
DESANIMA EN LA CONDUCTA DEL GOBIERNO.
Por su apreciada de ayer veo que no nos entendemos; pero
tampoco el asunto merece perder, en ventilarlo, un tiempo
que ambos necesitamos tanto. Yo he estado y estoy muy lejos
de querer medidas violentas, soy muy decidido por los trámitese
legales cuando las circunstancias lo permiten: lo que he
querido decir es que desalienta ver castigar a los pícaros por sediciosos
y ver, al mismo tiempo, al Gobierno acompañándose
del Coronel López, que no es menos pícaro ni menos sedicioso
que los demás.
Valparaíso, 15 de Marzo
de 1833, a R. Cavareda.
“MANDAR AL QUE MANDA”.-ESTUPIDEZ Y CEGUEDAD.
Con la misma reserva le comunico que sé por muy buen
fiera conmigo. Su estupidez y ceguedad llegan hasta el extremo
de figurarse y estar cerrado en que yo soy el autor de los
artículos de El Mercurio, y dice que lo sabe positivamente.
Compadezcamos a este pobre hombre y deseemos que resta- .
blezca su salud para alivio de su familia. Dice que yo quiero
algo más que mandar, pues pretendo mandar al que
manda.
origen de que el pobre tuerto G. está en qE 1 Monte hecho una
Valparaiso, 29 de Noviembre
de 1934, a A. Garfias.
El personaje aludido en esta carta es don Manuel
José Gandarillas. Portales y él fueron grandes amigos:
figuraron juntos en algunas aventuras periodísticas y políticas,
y finalmente aquella hermandad pareció consolidarse
cuando el omnipotente ministro designó a Gandarillas
redactor de El Araucano recién fundado en 1830. En
el período a que se refiere esta carta, Gandarillas era señalado
por los corrillos de Santiago como uno de los organizadores
del grupo político filopolita, en quien vio
Portales, con razón o sin ella, un serio obstáculo para la
prosecución de la obra de gobierno que había dejado
iniciada. No se conoce otro motivo para explicarse el distanciamienta
de ambos personajes, agravado sin duda por
el carácter de Gandarillas, que uno de sus biógrafos llama
“vehemente e impulsivo” precisamente al recordar
que fué uno de los redactores de El Hambriento (Amunátegui
Solar,’Recrierdos Biográficos, p. 133).
"LOS HOMBRES SE APURAN POCO POR SER BUENOS".-UN SERMON
QUE PUEDE EXTENDERSE.
El peor mal que encuentro yo en no apalear al malo, es
que los hombres se apuran poco por ser buenos, porque lo
mismo sacan de serlo como de ser malos. El Gobierno ha acomodado
a un capitán Zañartu en la Inspección: yo le predigo
a Ud. desde ahora, y acuérdese de mi profecía, que a la vuelta
de muy poco tiempo va a arrepentirse de tal colocación.
Ya me voy metiendo mucho en el sermón, e iba calentándome
como los Padres en sus sermones de tres horas. Más de
cuatro veces o, por mejor decir, casi todos los días, he estado
diciendo a Cavareda y a todos, que los presidarios de Juan
Fernández iban a saquear a Huasco o Copiapó, y a largarse
con el botín al otro lado, buscando la protección de Quiroga
y Pincheira. Era el mejor, por no decir el único partido que
se les presentaba..
Valparaíso, 14 de Enero
de 1832, a A. Garfias.
UNA PEQUEÑEZ PUERIL: DONACION DE TERRENOS PLANOS EN
PLAYA ANCHA AL CABILDO DE VALPARAISO.
Hay pequeñeces en que puerilmente suelo tomar tanto
empeño, que postergo por ellas cosas de entidad. Me propuse
conseguir que por el propietario de Playa Ancha se hiciese
una donación gratuita al Cabildo, de todos los planes que
hay en aquel terreno, así para asegurar a este pueblo oprimido
el único lugar a que puede salir a extenderse, y de cuyo
recreo podría ser privado por el propietario el día que le diese
la gana, como para formar en la parte más aparente de
esos planes un campo de instrucción para las milicias. Ya se
ha conseguido todo: ayer ha comenzado con el presidio el trabajo
de la compostura del camino, y seguirá con la del campo.
Los viajes a Playa Ancha, las conversaciones y conferencias
sobre este asunto me han llevado el tiempo en estos días,
y no he contestado por esto sus apreciadas 3 y 4 del que rige,
que tengo a la vista, con la de fecha 7.
Valparaíso, 8 de Junio
de 1833, a F. Urízar.
La donación de los terrenos de Playa Ancha para el
común disfrute de la población de Valparaíso, que Portales
califica modestamente como una “pequeñez pueril”,
deja ver que el gobernador de ese puerto estaba dominado
por ambiciosas vistas como urbanizador. No sabemos
que indicios tan importantes hayan sido debidamente
aprovechados hasta hoy por los historiadores de Valparaíso.
“TOQUE EN LA EDAD DE LAS PASIONES AMORTIGUADAS”.-TEMOR
AL RIDICULO.
Don Antonio, usted me ha merecido el concepto de hombre
de buen juicio, pero cuando veo que habla con seriedad
en los términos que lo hace acerca de la Mueno, me voy arrepintiendo
de tal concepto. (Me cree usted capaz de abrigar
una pasión estéril? ¿Qué resultado podría prometerme en tal
empresa? Toqué en la edad en que el hombre conoce lo poco
que vale en materias de galanteo, y en que las pasiones amortiguadas
le advierten que no tiene derecho a querer, porque
no lo tiene para exigir correspondencia. El hombre en mis circunstancias
no inspira afecto, y debe abstenerse de profesar
cariño, si no quiere caer en ridículo. Yo cogería (perdone usted
la grosería) a la Mueno, es verdad; pero como esto es imposible,
pienso tanto en ello como en montar sobre una estrella.
Si a esto llama pasión, estoy apasionado de alguna de las
hermanas de usted y de todas las mujeres que me agradan y
me parecen bien para el efecto. No quiero extenderme más
sobre la materia, porque de ello sacará usted argumento para
convencerme del delito de pasión.
Valparaíso, 10 de Septiembre
de 1833, a A. Garfias.
“NO EJERZO NI QUIERO EJERCER LA MAS PEQUEÑA INFLUENCIA”.-
AMOR A LA PAZ.
Por lo que se me escribe de Santiago y se oye en ésta, el
público cree que no soy malvado; que no puedo tener envidia
ni temor a su hermano; que no tengo mañas que él pueda
descubrirme; que no tengo crímenes ni remordimientos;
que estoy tan saciado de influencia, que no ejerzo ni quiero
ejercer la más pequeña, ni en el Gobierno ni en persona alguna;
que quiero paz; que no deseo revueltas ni para figurar
ni para sacar ventajas; en fin, que no grito ni escribo,
dice que al retirarme yo a La Placilla lo hago con la intención
de no volverla a ver más. La pobre Constanza no comprendi6
que si doy este paso, es inspirado únicamente en el
deseo de ver manera de rehacer mi fortuna en el nuevo campo
de operaciones en que me inicio, para ver manera de dejarles
algo a los frutos de mis indiscreciones con Constanza, y
también a ella misma para que nunca le falte el dinero que
tanto necesita.
Hace mucho tiempo Constanza está persuadida que me
he alejado de ella, porque ha perdido con los años su belleza
física. Deberá usted convencerla de lo contrario, y si llegase
el momento, usted le hablará con esta claridad: dígale
que a mi edad el valor de la belleza física de una mujer no
puede impresionarme con la fuerza que produce en la juventud
ese extraordinario atractivo de la mujer. Que ella para
mí se encuentra tanto mejor que antes, porque la jovencita
que hace años conocí, ha adquirido toda su verdadera condición
femenina, de modo que, juzgando en conciencia a la
Constanza de ese tiempo con la de ahora, mi juicio le sería
enteramente favorable. La Constanza de hoy sería preferida
a la de ayer.
Esto se lo dirá como referencia de viejas conversaciones
que he tenido con usted, y con lo cual usted no mentirá porque
afirmo algo cierto de mi muy peculiar entender en cuanto
a la Constanza.
Procurará usted hacerla comprender todavía que al retirarme
a La Placilla me impongo un sacrificio que Constanza
jamás podrá apreciar, porque siento por esta mujer la más
fuerte afección y el más sincero sentimiento de cariño. Yo no
se lo he demostrado, porque mi natural me lleva a la reserva
y porque también no es nada de agradable para un hombre
de mi situación hacer alarde de amor, cosa propia de jóvenes
sin experiencia. Pero que a Constanza le guardo ese amor, no
es cosa que pueda yo discutir conmigo mismo, porque a veces
he sentido los ímpetus de romper con todas las conveniencias
e irme a vivir a su lado para que ella no sufra, ni yo tampoco
haga sangrar tan amargamente mi corazón. Me retiene mi
pobreza y mi deseo de poder corresponderla dignamente a
ella y a nuestros hijos, cuando me sonría la fortuna que con
tan peregrina suerte he buscado.
Constanza le observará a usted la inconsecuencia de mis
procedimientos con estas declaraciones, que usted desenvolverá
en el tono de conversaciones conmigo en diferentes ocasiones.
No dejará usted de decirla que esas inconsecuencias resultan
de la misma angustiada situación en que vivimos. Que
el querer lo manda inexorablemente así, y que {cómo podría
yo a su lado mantener el rango de ella y nuestra familia cuando
me falta a mí para lo más preciso para mi vida? El sacrificio
que me he impuesto está precisamente en esta determinación.
Hace años cargo con la pesadumbre de que a Constanza
le he impuesto con toda injusticia una terrible vía crucis;
quisiera reparar el mal, y daría mi existencia por hacerlo.
(Pero, cómo cambiar el rumbo de las cosas? La sé desdeñada
por mi culpa, la sé perseguida por mis indiscreciones.
Sé todavía que mis ligerezas se han prolongado en ,nuestros
hijos, a quienes se respetará mientras los cubra en vida el
nombre del padre. Cuando piensa en esta dolorosa y tremenda
situación, su amigo Diego Portales concluye en la desesperación.
Noches enteras he pasado sin pegar mis ojos, sintiendo
a Constanza a mi lado, teniendo a los niños cercanos a
nosotros, unidos todos en un familiar afecto. Pero hasta esta
dulce satisfacción no puedo dármela, porque no tengo con
qué hacerlo ni cuento con medios para mantenerla. Desgraciado
como soy, sólo quedaba que Constanza creyera que mis
intenciones eran falsas. Disuádala usted, pues, de sus opiniones
y dígale que tenga alguna fe en el hombre que la estima
como su buena compañera.
Rompa esta carta. No quiero que Constanza la lea, porque
su lectura la hará sufrir demasiado. Apréndala usted de
memoria, si fuera posible, para repetírsela palabra por palabra,
en el tono de viejas conversaciones conmigo.
Valparaíso, 13 de Diciembre
de 1834, a A. Garfias.
Ha corrido mucho en la tradición popular y hasta en
obras que pretenden ser históricas, la especie de que Por-
tales fué un libertino en sus relaciones con las mujeres.
Vicuña Mackenna, que tenía la costumbre de apuntar sólo
una vez que ya habfa disparado, escribió en esta materia
una forma de apotegma: “Era la pasión dominante de
Portales, como él mismo lo confiesa en revelaciones que
ya hemos publicado (?), la mujer”.
Las tales revelaciones no pasan de ser párrafos de
cartas en que Portales confía a su íntimo escudero Garfias
algunas comisiones de poca monta. La verdad es que
ahora que se ha dado a conocer con mayor amplitud el
Epistolurio de Portales, queda en claro que sólo tuvo en
su vida dos historias sentimentales. En la primera se le
ve unido, en plena juventud, con una de sus primas hermanas.
El matrimonio es fecundo, pero los hijos que de
él nacen mueren de corta edad. La madre misma, acaso
más débil de lo conveniente para las tareas maternales,
muere también a los dos años de unión. Todo indica que
Portales procedió entonces empujado por una pasión sincera
y espontánea. En la segunda de aquellas historias, es
Constanza Nordenflycht la protagonista, la misma mujer
colérica y caprichosa a que se refiere la carta sobre
que versa esta nota.
Fuera de estas dos pasiones, las dnicas dignas de tal
nombre, Portales no cayó al parecer sino en amoríos muy
propios de un hombre que en plena madurez hace vida
de soltero como él tuvo el capricho de hacerla. En Lima
se sabe que nació un hijo a que aludía Portales cuando,
fracasados sus negocios, se retiraba del Perú. No hay más
noticias de él, ni menos sobre quién fué su madre. Han
creído algunos que se trata de doña Constanza, lo que
es un error muy fácil de desvanecer, ya que el primer fruto
de la unión de ésta y de Portales fué doña Rosalía,
que nació en Santiago en 1824.
Contrariamente a todo lo que se ha dicho, la correspondencia
revela que Portales era débil sexualmente, y que
se dejaba absorber y dominar por el trabajo antes que
por la voluptuosidad se refiere Portales con optimismo
al porvenir de su fortuna, a pesar de que la mayor parte
de los negocios emprendidos hasta entonces habían escollado
en forma lamentable. El comercio en el Perú hubo
de ser suspendido; la liquidación del Estanco no fué
más brillante, y las operaciones de orden agrícola y minero
estuvieron muy distantes de ser ventajosas para Portales.
Más de una vez en las cartas se nota la inquietud
del hombre probo y digno que no quiere ser sorprendido
por sus acreedores, a fin de que no sufra el crédito de
que podrá necesitar más adelante. Así y todo, hay testimonio
de que Portales gastó grandes sumas en los movimientos
políticos y particularmente en la revolución
de Campino de 1827 (para contribuir a sofocarla) y en
la gran campaña del ejército restaurador de 1830.
A su muerte, la situación no era más halagadora. Las
sumas del activo alcanzaban a $ 63.367, contra $ 54.016 de
pasivo, de modo que restaba un saldo partible entre los
herederos, de $ 9.351. En suma, la miseria lisa y llana.
DECRETO QUE ORDENA A LOS EMPLEADOS PUBLICOS
SINCERARSE DE LOS CARGOS QUE LES HAGA
LA PRENSA.
Santiago, 14 de Junio de 1830.
Considerando que la imprenta bien dirigida es uno de
los medios más poderosos para mantener la regularidad y pureza
de los empleados en el desempeño de sus funciones públicas;
Considerando que el escandaloso abuso que se ha hecho
de ella, convirtiéndola en un instrumento de pasiones maléficas,
la incapacita para ejercitar este saludable influjo, y la hace
más a propósito para extraviar que para dirigir la opinión;
que aun las acusaciones fundadas que se lanzan por la imprenta
contra aquellos que abusan de sus facultades en daño
del público, no excitarán la atención que debieran, vertiéndose
por un órgano habitualmente depravado; que los acusados
se escudan con la licenciosidad de la prensa para no sincerar
su conducta; y que este orden de cosas, confundiendo a
los buenos servidores del Estado con los prevaricadores, compromete
igualmente el honor de todos ellos y cede en desdoro
del Gobierno.
He venido en decretar y decreto:
19 Todo funcionario público cuya conducd, en lo que
toca al ejercicio de su empleo, fuere atacada por la imprenta,
debe acusar, por sí o por apoderado, al autor o editor del
impreso, ante el tribunal competente y en el término de la
ley.
20 El que así no lo hiciere, queda suspenso de hecho en
el ejercicio de su empleo, y el fiscal le acusará con el mismo
impreso ante el tribunal competente.
30 El Ministro del Interior queda encargado del cumplimiento
de este decreto. Imprímase para que llegue a noticia
de todos.
Ovalle.
Diego Portales.
Portales, como se sabe, fué periodista en diferentes
épocas de su vida, y de allí que pusiera empeño muy especial
en que las indicaciones de la prerisa no fueran desestimadas
por el gobierno. El decreto que corresponde a
esta nota, uno de los más famosos que expidió Portales,
propende a dar a la prensa la respetabilidad que de rigor
le corresponde en una democracia. No es por lo demás
el Único rasgo que se le debe en esta materia.
He aquí un caso concreto en que Portales veló por
la libertad de imprenta al mismo tiempo que atendía a
que se pusiera coto a una especie que podía alcanzar ingratas
repercusiones para el gobierno. Al Intendente de
Santiago, Cavareda, dirigía Portales siendo Ministro el
siguiente oficio con fecha 6 de Junio de 1836:
En el número 31 del periódico titulado El Bardmetro se encuentra
un artículo en que se afirma que por un golpe de autoridad,
no 9610 se mandaron romper en la imprenta donde se publica
los pocos ejemplares que se,habían tirado de un impreso, sino
que también se hicieron desarmar las formas del .tipo con los vigilantes
de la policía.
El gobierno no puede desentenderse de este denuncio por su
gravedad, y encarga a Usía le informe circunstanciadamente y con
la brevedad posible de cuanto haya ocurrido sobre el particular.
Dios guarde a Usia.
Diego Portales.
COMISION A M. GAY PARA QUE ESTUDIE Y
DESCRIBA EL TERRITORIO NACIONAL
En un país como Chile, apenas conocido de las demás naciones
por su situación geográfica, y del cual son casi absolutamente
ignoradas dentro y fuera de él sus producciones naturales,
sus riquezas y cuanto debiera -contribuir a apreciarlo
y engrandecerlo, atrayendo la industria y capitales de otros
pueblos para beneficiar sus productos, nada es más ventajoso
que promover el estudio de todos estos ramos, repetidas veces
emprendido por las anteriores administraciones a costa
de grandes sumas, pero infructuoso hasta ahora por la negligencia
y mala elección de las personas a quienes se confió este
delicado encargo. Cuando se pensaba en dar un impulso a
este trabajo útil, se ha presentado M. Claudio Gay con el memorial
que se acompaña, prometiendo llenar los deseos del
Gobierno. Los conocimientos de este individuo sobre la materia,
su infatigable aplicación, su desprendimiento y demás
cualidades necesarias para trabajar con fruto en el importante
objeto de que se trata, hacen presagiar al Gobierno de que
serían completamente satis sus deseos si se le confiere
esta comisión. Informado, al efecto, de la verdad de cuanto expone M. Gay en
su representación, respecto de los trabajos que tiene avanzados,
no teme ser burlado en sus esperanzas, y mucho menos,
cuando para su seguridad admitirá la oferta que hace al Gobierno
de dejar en depósito su librería y demás efectos que
posee, pertenecientes a la ciencia que profesa.
Si este proyecto fuere de la aprobación del Congreso, el
Gobierno debe contribuir al expresado Gay con el sueldo
anual de mil quinientos pesos, por el tiempo que durare su
comisibn, que sin duda no podrá pasar de tres años y medio,
renta demasiado moderada si se compara con la que han tenido
Lavaysse y Lozier, sin que en el dilatado tiempo que la disfrutan
hubiesen presentado algún trabajo que mereciese la
atención del público, y la cual deberá entenderse sin perjuiás,
por los individuos nomcio
del premio que le conceda el Gobierno que exista, cuando
presente los resultados satisfactorios que deben esperarse
de su comisión.
El Gobierno considera también de la mayor utilidad
aprovechar esta ocasión para que rectifiquen sus conocimientos
teóricos uno o dos jóvenes de los que más se distingan en
alguno de los ramos cuya investigación abraza el viaje científico
de M. Gay; y para conceder esta corta protección a las
luces, necesita que el Congreso de Plenipotenciarios le faculte
para asignarles algún sueldo con que subvenir cómodamente
a los gastos del viaje.
No duda el Gobierno que este proyecto, que sin pasar
largo tiempo verá realizado, porque sabrá asegurar su éxito,
llamará la atención del Congreso y merecerá su aprobación.
El Gobierno saluda al Congreso de Plenipotenciarios con
su acostumbrado respeta-
Santiago, Agosto 19 de 1830.-JOSE
TOMAS O VALLE.-Diego Portales.-Al Congreso Nacional
de Plenipotenciarios.
EL GOBIERNO SE EMPERA EN REPRIMIR LA
CRIMINALIDAD Y EN PREVENIRLA
Santiago, Enero 15 de 1831.
El Gobierno recibe frecuentes y amargas quejas de varios
pueblos de la República por la continua alarma en que pone
a sus vecinos la repetición de atroces asesinatos y robos
inauditos. Los hombres honrados se ven en la necesidad de
halagar a los malhechores para ponerse a cubierto de los riesgos
a que están expuestas sus propiedades y sus vidas. Los
jueces contemporizan con los malvados que pudieran aprehender,
porque temen que quedando impunes la misma impunidad
les aliente para descargar su saña sobre sus aprehensores.
El Intendente de Colchagua asegura al Gobierno que
se estremece el oír tantos y tan enormes excesos como se cometen
diariamente en los. diversos departamentos de la provincia.
En una visita de cárcel que practicó en Curicó, dice
háber encontrado dieciocho facinerosos de los cuales el que
menos había cometido dos muertes; entre ellos había uno que
contaba ya veinte asesinatos, incluso el que perpetró en su
propia mujer. Anuncia tener en su poder el sumario levanta-.
do a un reo que confiesa llanamente haber cometido un asesinato
en Guacargüe, sin más motivo que el gusto de asesinar,
y acompaña a este crimen la notable circunstancia de haberse
. detenido en picar los ojos al cadáver del degollado. Otro individuo
del mismo paraje mató a su padrastro por solo haberle
reprendido de palabra, según su propia confesión. Noticia
igualmente al Gobierno, hallarse plagada la provincia. de
los más temibles facinerosos, que tienen sobrecogidos a los
jueces, y se pasean causando luto y amargura por todas partes,
y en sí mismos dan testimonio de que la administración
de justicia se halla en un estado deplorable. La buena índole
de los habitantes se ve contradicha por sucesos que algunos
atribuyen con horror al abandono del ramo más importante
de la administración. El intendente de Colchagua anuncia,
por último, que el bandido Pincheira contará siempre con un
apoyo formidable en los facinerosos de la provincia.
El Gobierno para precaverse y prevenir estos estragos,
sabiendo que la inseguridad de las cárceles de los pueblos de
fuera, y la dificultad de formar los sumarios a los reos, por
la clase de personas a quienes por necesidad se encargan las
judicaturas territoriales, tienen mucha parte en la impunidad
de los delitos que se observan con escándalo; y viendo además
cometer todos los días atroces asesinatos y robos, sin que se
oiga hablar de un escarmiento, ni de un castigo condigno, se
.\dirigió al Cohgreso de Plenipotenciarios en 14 de Julio del
año próximo pasado, exponiéndole la necesidad de crear comisiones
ambulantes de justicia, que repartiéndose por los
campos pusiesen algún término a la multitud de crímenes que
se cometen, y el Congreso tuvo a bien disponer se cometiese
a la Suprema Corte la formación de un proyecto de ley o reglamento
sobre la breve sustanciación de causas criminales,
y especialmente las de asesinato y salteo, con lo demás que
aparece en el oficio del Congreso de 2 de Julio que se tras
cesario el Vice-Presidente fijar la consideración sobre la naturaleza
del hecho. El Congreso tiene presentes las circunstancias
en que se hallaba entonces la capital y una gran parte
de su territorio; y sabe que el atentado contra el Cónsul
no fué el Único de su especie en aquella época desastrosa. Ejecutado
por una partida de facinerosos, sin autorización ni carácter
público, no es en sí mismo imputable al Gobierno, ni
constituye una ofensa de nación a nación. Tampoco puede
pretenderse que las autoridades chilenas le hayan hecho en
algún modo suyo, dejando de castigarlo. Gran número de individuos
fueron aprehendidos por sospechas de complicidad
y sufrieron el suplicio ignominioso de azotes en la plaza pública
de Santiago. Otros han sido después confinados por el
mismo motivo al presidio de Juan Fernández. Si el señor Cónsul
General de Francia ha notado omisión o incuria en la
persecución de los reos, si ha tenido datos o indicios particulares
para averiguar quiénes fueron, al mismo Cónsul tocaba,
sin duda, manifestarlos al Gobierno o hacer valer sus derechos
por las vías y trámites ordinarios de la justicia. Su silencio
es la mejor prueba de que los funcionarios públicos
han desempeñado cumplidamente sus deberes.
Abiertos estaban .al Cónsul los Tribunales para acusar
a los individuos que habían cometido la ofensa. En vez de
valerse de este medio, que e3 el ordinario a que recurren los
funcionarios de su clase en casos de reclamaciones contra los
súbditos del Estado en que residen, ha preferido dirigirse en primera instancia al Gobierno, que, según la Constitución del
país, no puede intervenir en la administración de justicia. La
satisfacción dada a las leyes por las autoridades chilenas ha
sido por consiguiente espontánea.
El Gobierno, en virtud de lo expuesto, conceptúa que la
conducta de los magistrados, unida al grito unánime de reprobación
y horror pronunciado por la nación chilena luego
que se tuvo noticia del hecho, y al lenguaje uniforme de las
autoridades en sus comunicaciones al Cónsul, una de ellas
publicada por la prensa, han sido suficientes para desagraviar
el pundonor nacional más delicado; y se cree fundado en
S.-Siiva.
una generosa indemnización pecuniaria, pero sin que sirviese
de ejemplo para iguales reclamaciones en adelante. Con este
motivo ocurre al Congreso Nacional de Plenipotenciarios para
que, si lo tiene por conveniente, se sirva autorizar la erogación.
Se inclina el Ejecutivo a esta medida, tanto porque parece
indicada en las comunicaciones de la Junta provisoria
y del Presidente don Francisco Ruiz Tagle al Cónsul General
de Francia, como porque el Ejecutivo ha dado orden antes
de ahora a uno de sus agentes en Europa, para explicarse
con el Gobierno de S. M. Cma. en el mismo sentido.
El Ejecutivo reproduce al Congreso sus respetos y consideraciones.-
Santiago, 15 de Enero de 1831.- ]OSE TOMAS
EL GOBIERNO PROPONE AL CONGRESO UN VOTO DE
AGRADECIMIENTO A PORTALES.
Al Presidente de la Cámara de Senadores.
Santiago, 27 de Agosto de 1832.
El Presidente tiene el honor de participar a las Cámaras
del Congreso Nacional, que habiendo repetido don Diego Portales
la renuncia del Ministerio de la Guerra y Marina que
tan dignamente desempeñaba, y convencido el Gobierno de
los graves motivos que le obligan a ello, y de que no sería
conforme a la justicia, después de tan grandes servicios, demandarle
nuevos sacrificios, ha creído necesario, aunque con
sentimiento y repugnancia, admitirla.
El Congreso reconoce, como el Gobierno, la deuda de
gratitud que ha contraído la nación para con este patriota
distinguido que, abandonando sus intereses particulares,
y consagrando sus desvelos al servicio del Estado, en
una época de calamidad y crisis, contribuyó tan señalada y
eficazmente a la restauración del orden, y al establecimiento
de la administración ejecutiva sobre bases sólidas que han
hecho revivir el imperio de las leyes y la confianza pública.
El Presidente cree que el premio más digno que puede
llevar este benemérito ciudadano al reposo de la vida privada,
es la expresión del reconocimiento nacional, por el órgano
del Congreso.
El Presidente, en esta virtud, propone a las Cámaras que,
si su opinión en este punto es conforme con la del Gobierno,
como no puede dudarlo, se sirva decretar un voto de
gracias a don Diego Portales, en los términos que estimare
correspondientes a sus grandes servicios.
Dios guarde a V. E..
JOAQUIN PRIETO.
BIBLIOTECA NACIONAL
EL GOBIERNO COMUNICA A PORTALES EL ACUERDO
DEL CONGRESO.
Santiago, 24 de Septiembre de 1832.
Con fecha 27 del pasado, S. E. el Presidente de la República
puso en noticia del Congreso Nacional haber admitido
la renuncia que V. hizo de los Ministerios de Guerra y Marina,
que estaban a su cargo; y en 20 del que rige ha recibido
en contestación el siguiente 'decreto:
"El Congreso Nacional, teniendo en consideración que
don Diego Portales entró a servir los Ministerios del despacho
del Interior y de la Guerra en la época más angustiada
de la patria, cuando, destruído el imperio de las leyes y encendida
la guerra civil, la anarquía y el desorden amenazaban
la ruina política de la nación, en cuyas lamentables circunstancias,
desplegando un celo, vigor y patriotismo extraordinarios,
consiguió, con la sabiduría de sus consejos y el
acierto de las medidas que proponía en el Gabinete, restablecer
gloriosamente la tranquilidad pública, el orden y el respeto
a las instituciones nacionales, decreto:
Que el Presidente de la República dé las gracias a don
Diego Portales a nombre del pueblo chileno, y le presente
este decreto como un testimonio de la gratitud nacional debida
al celo, rectitud y acierto con que desempeñó aquellos Ministerios,
y a los generosos esfuerzos que ha consagrado al
restablecimiento del orden y tranquilidad de que hoy disfruta
la patria".
Dios guarde a V.
Rúbrica de S. E.
Al señor don Diego Portales.
Joaquin Tocornal.
CONTESTACION AL OFICIO ANTERIOR.
Santiago, 26 de Septiembre de 1832.
El oficio que V. S. se ha servido dirigirme con fecha 24
del que rige, y el decreto del Congreso inserto en él, manifestándome
la aceptación que han merecido mis servicios, son
una recompensa que excede en mucho al valor de ellos. Obligado
a entrar en la vida pública contra mis deseos e inclinaciones,
y mientras no me fiié permitido dejarla, creo no haber
hecho más que cumplir imperfectamente, aunque del mejor
modo que pudieran mis débiles fuerzas, con las obligaciones
que todo ciudadano debe a su patria. Permítame V. S.
pues, que, penetrado del más profundo reconocimiento por
esta demostración, le manifieste mi sorpresa por una honra
tan inesperada, y que le ruegue sea el órgano por donde exprese
mi gratitud a este generoso testimonio de la indulgencia
de S. E. el Presidente y del Congreso, no.menos que de mi
confusión por no haber acertado a merecerlo.
Dios guarde a V. S. muchos años.
Diego Portales.
PORTALES RENUNCIA LA GOBERNACION DE VALPARAISO
Y TODOS SUS CARGOS Y COMISIONES ANTE
UNA INFRACCION CONSTITUCIONAL.
Valparaíso, 26 de Junio de 1833.
Señor Ministro:
Es ya demasiado público que entre los días 19 y 3 del corriente,
S. E. el Presidente de la República, sin precedente
acuerdo, mandó a un oficial del Ministerio de la Guerra tirar
el despacho de Teniente Coronel a un Sargento Mayor del
Ejército, y que después de haberlo firmado, lo remitió a V. S.
para que lo refrendase. Se sabe también que, habiéndose negado
V. S. a suscribirlo, S. E. por medio del mismo oficial de
la secretaría del cargo de V. S., le intimó que haría firmar el
título a un oficial, si V. S. continuaba en su negativa, y que
V. S. contestó dignamente: “que no pudiendo ceder sin traicionar
su conciencia, dispusiese S. E. del Ministerio”.
Se ha tomado razón en las oficinas respectivas del despacho
autorizado con la firma del primer oficial de la secretaría,
y V. S. presentó su dimisión, que ha retirado después,
según se dice, por evitar mayores males, que yo no alcanzo a
divisar, porque me parece que no hay otros de un orden superior
que los que deben nacer de un atropellamiento del
Código fundamental; y, sea lo que fuere, se ha infringido
abiertamente el artículo 86 de la Constitución, en los mismos
días en que ha sido jurada; infracción que se hace más notable
cuando el Presidente de la República pudo legalmente
haber cumplido sus deseos, pidiendo a V. S. los sellos y nombrando
otro Ministro, en cuyo juicio fuese justa la orden que
V. S. no encontraba así en el suyo.
Se ha permitido, además, o diré mejor, se ha presentado
a los jefes de las oficinas donde se ha tomado razón del despacho
y al inspector del Ejército que le puso el sello y visa, la
ocasión de quebrantar el mismo artículo constitucional que
dispone expresamente que no pueden ser obedecidas las órdenes
del Presidente de la República que carezcan del esencial
requisito de la firma de Ministro.
Ha corrido cerca de un mes sin que haya habido un diputado
que, conforme al artículo 82 de la Carta, haya formalizado
la acusación que debe hacerse a V. s., por más inocente
que aparezca, ni se ha visto que algún funcionario acuse a
los empleados infractores que obedecieron la orden.
Esto da lugar a esperar que la Constitución va a quedar
impunemente atropellada, y abierta la puerta para quebrantarla
en la sucesivo.
Habiendo sido yo uno de los que esforzaron más grito
contra los infractores e infracciones de 1828 y 1829; cuando
en los destinos que me he visto en la necesidad de servir, he
procurado con el ejemplo, el consejo, y con cuanto ha estado
a mi alcance, volver a las leyes el vigor que habían perdido
casi del todo, conciliarles el respeto, e inspirar un odio santo
a las transgresiones que trajeron tantas desgracias a la República,
y que nunca podrán cometerse sin iguales resultados:
cuando hasta hoy no he bajado la voz que alcé con la
sana mayoría de la nación, contra las infracciones de la Constitución
del 28; cuando no debo olvidar que ellas fueron la
primera y principal razón que justificó y aseguró el éxito de
la empresa sellada con la sangre vertida en Lircay, no puedo
manifestarme impasible en estas circunstancias, ni continuar
desempeñando destinos públicos, sin presentarme aprobando,
o al menos, avenido ahora con las infracciones que combatí
poco antes a cara descubierta.
Para no aparecer, pues, caído en tal inconsecuencia, y para
contribuir al sostén de las instituciones por el único medio
que está-en mis facultades, hago de todos y cada uno de
los distintos cargos y comisiones que el Gobierno tuvo a bien
confiarme, la más formal renuncia, cuya admisión tengo derecho
a esperar tan pronto como V. S. se sirva dar cuenta a
S. E. de esta petición. Y al hacerlo, ruego a V. E. tenga a bien
asegurarle que en el retiro de la vida privada a que soy llamado
para siempre, serán incesantes mis votos por el acierto
del Gobierno y la prosperidad de la República.
Ojalá V. S. fuese tan feliz que lograse persuadir a S. E.
el Presidente de que su propia reputación y la suerte de los
chilenos que más se han empeñado en darle pruebas inequívocas
de distinción y de una ilimitada confianza, le demandan
la reparación del daño que les ha inferido una resolución
suya, tomada sin duda por no haberse fijado en su valor
y consecuencia; y de que nada le sería más honroso y nada
más conducente a la consolidación del orden público y del
Código Constitucional, que aparecer vindicándolo con la can-
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celación del despacho expedido y el castigo de los empleados
que no se opusieron a su curso.
Diego Portales.
Dios guarde a V. S.
TENTATIVA DE EMPRESTITO INTERNO PARA ADQUIRIR Y
ORGANIZAR UNA ESCUADRA.
- Santiago, 27 de Mayo de 1836.
El gobierno creería contraer una grave responsabilidad
si desatendiese por más tiempo la necesidad en que se halla
la República de una fuerza naval que guarde nuestras extensas
costas, desprovistas de todo género de defensa, que vigile
la puntual observancia de las leyes fiscales, y proteja nuestro
comercio exterior. Y no bastando a llenar nuestro objeto las
rentas ordinarias del Estado, que no es posible aumentar sin
la embarazosa imposición de nuevas cargas y contribuciones,
el gobierno, antes de recurrir a este último arbitrio, ha querido
probar si sería posible levantar entre los capitalistas chilenos
y los extranjeros establecidos en Chile, un empréstito
del valor de 400,000 pesos, suma que juzga bastaría para la
compra y avío de una fuerza naval competente. Antes de dirigirse
al cuerpo legislativo a fin de que le faculte para realizar
este plan y señale fondos para el pago de los intereses y
amortización del empréstito, ha tenido a bien dirigirse previamente
a aquellos individuos en quienes supone facilidad y
disposición para proporcionar al Estado esta suma, con la mira
de saber de ellos de un modo positivo el número de acciones
con que podrían suscribirse a ella. El gobierno no se halla en
el caso de ofrecer condiciones que pudiesen presentar un aliciente
a la codicia. Dirigiéndose a V., como a los demás habitantes
a quienes cree no pueden ser un objeto indiferente la
seguridad del Estado y la observancia de sus leyes, cuenta solo
con su desprendimiento y su espíritu público, y con la evidencia
de las ventajas que la ejecución de este proyecto debe
producir al país.
La demostración que acompaño instruirá a V. de sus pormenores.
Si V., como lo espera el Gobierno, toma parte en él,
se servirá expresar a continuación y bajo su firma, el número
de acciones con que se suscriba.
Dios guarde a V.
Diego Portales.