miércoles, 30 de mayo de 2007

Boca Bien Cerrada - si su marido le saca la cresta no se queje, si le regala flores tampoco

Secretos para un matrimonio exitoso
Trataré con sencillez y franqueza sobre la vida del matrimonio, de su éxito o fracaso.
Pienso dirigirme a los esposos y esposas, al hombre de quien depende tanto la felicidad del hogar como de su esposa a quien la ama y respeta. Sin embargo tantas veces descuida de su bienestar.
Hago esta explicación porque, aún cuando la formación de un hogar depende de dos, es la esposa la que con su supervigilancia y esmero proporciona las comodidades y hace el agrada de su casa.
Empezaré p0or dirigirme a los esposos:
Amigo mío, no arriesgue su felicidad por descuidar las pequeñas atenciones a su esposa que acostumbra ofrecerle con frecuencia antes del matrimonio.
He conocido a muchos hombres que habrían dado su vida por sus esposas si fuera necesario, sin embargo olvidaban constantemente todas las reglas de cortesía. Sus maneras han sido tan desatentas que más de una de ellas, herida en su orgullo se preguntaba en el interior de su corazón: ¿Qué se había hecho el amor de su menor descortesía de su marido en presencia de extraños. Esta regla no tiene excepción. Si la comida es buena y la mesa está linda, hágale un cumplido a su esposa y por el contrario si otro día la cocinera ha echado a perder la comida, desatiéndase, pues puede este seguro que la molestia es mayor para la señora.
La felicidad depende en parte de pequeñeces; así es que no hay que descuidar en ningún sentido la sensibilidad y delicadeza de su esposa. Desgraciadamente son muy numerosos los hombres que ignoran hasta demasiado tarde, que la felicidad de la mujer depende más de pequeñas cosas que parecen nimiedades, que de grandes actos de devoción que ocurren rara vez en la vida. Consejos a las esposas:
Un señor Chesterton en un libro recién publicado observa que la felicidad suprema del matrimonio no empieza hasta después de la luna de miel.
Hablemos en confianza con la esposa, quien después de pasada la pompa y el lujo de la ceremonia se prepara para pasar la vida de dulzura y felicidad.
Ahora que usted posee la dignidad de esposa, mi primer consejo es, que ya que es esposa no abandone, ni olvide la preciosa reserva que fue suya cuando era doncella, que no se permita aparecer como greda común después de haber sido siempre porcelana fina; no deje de dar la misma recepción cortés y graciosa bienvenida con que recibía al amante. No descuide su persona; ponga esmero en el peinado y toilette. En sus chiffones y zapatos, acostúmbrese a arreglarse con esmero, como deber de conciencia. No quejarse jamás a extraños. No tener confidencias con nadie, si su Juan la ofende. Si es que tiene agravios no los confíe, ni a madre, ni a tía, ni a su amiga más querida. Su hogar debe de ser un santuario no debe quejarse ante cualquier sufrimiento que él le ocasiona.
Bien sé que eso es muy difícil, pero también sé que desde el momento que una esposa se permite quejarse de su marido a extraños, ella hecha por tierra un baluarte inexpugnable y abre camino para que entre todas clases de sinsabores al campo del hogar. Tampoco hay que ser demasiado sumisa y sin espíritu, ni sufrir en silencio, de modo que el buen esposo se convierta inconscientemente en un tirano doméstico; pues la consecuencia de un marido déspota y una esposa demasiado humilde, es la muerte del amor conyugal.
Sea como fuere, no regañes ni andes con murria. No se desconsuele si su marido llega atrasado a la hora de comer, ni se oponga si trae un amigo a comer de improviso; en ese caso recíbalo con el mayor agrado; disimulando las fallas que pueden haber, pero sin excusas ni turbación.
Trate que el esposo le dé una suma fija para el gasto de la casa y ponga todo esmero en no contraer deudas.
Manifestar agrado con los regalos.
No hay que regañar a Juan cuando lleve cajas de bombones o flores; al contrario, se deben recibir los regalos con expresiones de agrado. Muchas esposas por motivos de economías reprimen en los maridos el gusto de llegar con regalitos, pero casi siempre es un error; economice en cualquier otra cosa, pero menos en detener los regalos de Juan para usted.
No hay que preocuparse demasiado por los niños, que puede resultar en descuidar al esposo. Los niños necesitan de sus cuidados, pero Juan también necesita de usted.
Si desea que su esposo ame a su madre y padre de usted, cuídese, señora mía, de recibir siempre con cariño y agrado a la familia y parientes de él.
Hay que tener presente que el hogar es más que un abrigo, más que un museo, o un almacén de muebles y trajes lujosos, es el depósito de goces o penas, es el refugio para la familia lejos del mundo indiferente.
Dos personas se han elegido para compañeros de la vida, y ambos han formado un hogar. Ahora, repito a ambos, si desean felicidad completa en esta tan estrecha y sagrada unión, eviten la primera querella, pues si no hay nunca un primer disgusto, tampoco habrá un segundo. Si hubiere un desagrado, jamás guardar resentimiento, pues la vida es demasiado incierta y aún para los más felices no faltan dolores imprevistos para que los esposos se separen encolerizados. En el matrimonio debe haber siempre indulgencia y perdón.
Espero que mis lectores tengan paciencia y den oído a estos consejos que son inspirados únicamente en mis buenos deseos, para la felicidad de muchos y evitar lo que he presenciado en matrimonios cuya felicidad he visto naufragar por pequeñeces que aconsejo evitar.
Onix
Revista Familia
1911
Carola Moya

martes, 29 de mayo de 2007

No es fácil morir sapos


La cárcel. Los nómades con cuchillo. La libertad. Aniceto Hevia (Manuel Rojas) escupe su bronca con la vida desde un pulmón herido. Defiende su estirpe callejera y repele a quienes controlan las vidas de los caminantes.


Creo que primero o después estuve preso. Nada importante , por supuesto: asalto a una joyería, a una joyería cuya existencia y situación ignoraba e ignoró aún. Tuve, según parece, cómplices, a los que tampoco conocí y cuyos nombres o apodos supe tanto como ellos los míos; la única que supo algo fue la policía, aunque no con mucha seguridad. Muchos días de cárcel y muchas noches durmiendo sobre el suelo de cemento, sin una frazada; como consecuencia, pulmonía; después, tos, una tos que brotaba de alguna parte del pulmón herido. Al ser dado de alta y puesto en libertad, salvado de la muerte y de la justicia, la ropa, arrugada y manchada de pintura, colgaba de mí como de un clavo. ¿Qué hacer? No era mucho lo que podía hacer; a lo sumo, morir; pero no es fácil morir. No podía pensar en trabajar y menos podía pensar en robar: el pulmón herido me impedía respirar profundamente. Tampoco era fácil vivir.


"POLICÍAS, CONDUCTORES DE TRENES, CÓNSULES, CAPITANES, PATRONES Y OTROS TANTOS E IGUALES ESPANTOSOS SERES ESTÁN AQUÍ, ESTÁN ALLÁ, ESTÁN EN TODAS PARTES, IMPIDIENDO AL SER HUMANO MOVERSE HACIA DONDE QUIERE Y COMO QUIERE"

(...)
Llegamos a Valparaíso con ánimo de embarcar en cualquier buque que zarpara hacia el norte, pero no pudimos; por lo menos yo no pude; cientos de individuos, policías, conductores de trenes, cónsules, capitanes o gobernadores de puerto, patrones, sobrecargos y otros tantos e iguales espantosos seres están aquí, están allá, están en todas partes, impidiendo al ser humano moverse hacia donde quiere y como quiere.

(...)
¿Escribir? ¿A quién? Menos absurdo era proponerse encontrar un camello pasando por el ojo de la aguja que un pariente mío en alguna de las ciudades del Atlántico sur, preferidas por ellos. Mis parientes eran seres nómadas, no nómadas esteparios, apacentadores de renos o de asnos, sino nómadas urbanos, errantes de ciudad en ciudad y de república en república. Pertenecían a las tribus que prefirieron los ganados a las hortalizas y el mar a las banquetas del artesanado y cuyos individuos se resisten aún, con variada fortuna, a la jornada de ocho horas, a la racionalización en el trabajo y a los reglamentos de tránsito internacional, escogiendo oficios -sencillos unos, complicados o peligrosos otros- que les permiten conservar su costumbre de vagar por sobre los trescientos sesenta grados de la rosa, peregrinos seres, generalmente despreciados y no pocas veces maldecidos, a quienes el mundo, envidioso de su libertad, va cerrando poco a poco los caminos.


Fragmentos de la novela “Hijo de ladrón”

La chilena ¿soltera obligada?

Siete mujeres para cada hombre
En Santiago, por Ahumada, por las calles del Barrio Alto o en las decenas de restaurantes del área céntrica, pasean diariamente una cantidad indeterminada de mujeres y hombres. Se confunde, se cruzan, van por rumbos diferentes. Así, a primera vista, ¿quién podría calcular cuántas personas pasan al día por un determinado lugar? ¿Y quién podría decir que las mujeres son más que los hombres?
Hace ya mucho tiempo que se viene hablando del aumento más rápido de la población femenina. Aumento observado con alegría por los hombres y temor por las mismas mujeres. Sin embargo, no se sabía hace poco hasta qué punto era realidad eso de que para cada varón “hay siete mujeres”. Ahora, nos llega una confirmación. De “La Muestra Nacional de Hogares”, estudio estadístico de la población chilena realizado por la Dirección de Estadísticas y Censos que han revelado significativas cifras que ilustran lo que decimos. La población chilena es de 8.883.900 personas. De ellas, 4.312.800 son hombres y 4.571.100 mujeres. Y así podemos ver que existen en el país un total de 258.300 más mujeres que varones.

La soltería obligada
Desde que la mujer se encumbra en los 16 ó 17 años, ya está su vida girando en torno a la idea del matrimonio, del hogar y de los hijos. No cuentan las ideas modernistas ni los deseos de trabajar; ante todo, se quiere formar un hogar.
La chilena no es una excepción. Quizás sea cierto que está más incorporada al trabajo que sus demás congéneres de América latina. O quizás goce de mayor libertad en lo que se refiere a los asuntos sentimentales. Pero estos factores no influyen en su dedicación preferente a lo que se llama “la caza del marido”, término un tanto sarcástico, pero que encierra algo de verdad también.
El solterón, y a un hombre se le llama solterón desde los 38 ó 40 años en adelante, es un personaje curioso. Vividor, alegre, con muchos amigos y amigas, nadie le tendrá lastima ni sentirá pena por su forma de vida. Por el contrario, más de alguno se la envidiará.
La solterona, en cambio, y solterona es una mujer a partir de los 29 ó 30 años, es una figura triste, amargada que es objeto de comentarios burlescos o compasivos.
Es por esta situación que una mujer siente que debe casarse, sea como fuere.
“Deseo casarme por amor, naturalmente. Pero si llegada cierta edad sigo soltera, no me importaría cómo ni con quién, con tal de casarme”. Quien tan fríamente planifica su futuro es una muchacha como muchas. Tiene tan sólo 21 años y no nos quiere decir su nombre. Su amiga, en cambio, desea hablar y habla distinto.
“Yo soy Eugenia. También tengo 21 años pero ni aunque tuviera 30 me casaría sin estar enamorada. Creo que es mejor la soledad antes que estar unida a alguien que no me gusta siquiera. Pero reconozco que es difícil casarse. Ambas trabajamos y todos nuestros compañeros son casados. Hace mucho que dejamos el colegio y ya no vemos a esos grupos que frecuentábamos. Y estar sola es terrible. Pero prefiero esperar. . . estoy convencida que hay alguien destinado a mí”.
¿Pero dónde está ese alguien?, se preguntan muchas.
Tan sólo en Santiago, donde se concentra la mayor parte de la población del país, existen 130.400 más mujeres que hombres. Claro que en esta cifra están comprendidas personas de todas las edades, desde ancianas hasta menores de edad.
La población mayor de 20 años (es decir, que está en edad de contraer matrimonio) y que aún permanece soltera llega a 1.123.700 entre varones y mujeres. 558.900 son hombres y 564.800 mujeres. Es decir, aquí la diferencia es menor, pero siempre en contra de las mujeres. Y la población femenina sigue aumentado a mayor ritmo.

La solución de alternativas
La mujer debe elegir. Según su carácter, según su afición o su terror a la soledad escogerá una forma de ser. Todos los seres humanos, por naturaleza, necesitan de la convivencia en otros seres.
Pero hay algunos que tienen una mayor tendencia a aceptar e incluso a buscar la soledad.
Pero la soledad de toda una vida es diferente. Que sea o no sea el matrimonio la institución ideal para que el hombre y la mujer luchen contra esta soledad y formen un hogar, no es el caso de discutirlo. Lo que sí nos interesa ahora es saber cómo la mujer soltera se enfrenta a un porvenir sentimental incierto.
Hay algunas, como Doris, aún joven y atractiva, pero que ya es considerada solterona (a los 32 años), que habiendo encontrado una profesión o actividad que les ha satisfecho, han dedicado por entero su vida a ella. Sin permitir alteraciones de su ritmo normal d trabajo, difícilmente se encuentra alguien que esté dispuesto a ser sólo algo secundario después del trabajo. Pero, si se piensa dos y tres veces, se llega a la conclusión de que Doris, por muy apegada a su trabajo que haya estado, posiblemente lo habría dejado de lado en parte si hubiera encontrado un varón suficientemente interesado en ella.
Hay otras que quieren gozar al máximo de la vida. Nada es demasiado audaz o novedoso. Todo lo ensayan y no quieren compromisos sentimentales que las aten y priven de la diversión. Pero de pronto se dan cuenta que ya no hay más diversión.
Y también están las mujeres, como todas o la gran mayoría de las mujeres, que llevan una vida en la que se divide bien el tiempo entre el trabajo, la diversión y el amor. ¿Por qué ellas se quedan solteras? Nadie podría decirlo.
“Yo creo haber sido una muchacha de normal comportamiento; Ud. Me ve, no soy tímida ni fea, tengo una figura aceptable. Salí regularmente pero nunca mis relaciones con algún muchacho, fueron más allá de un pololeo simple. Había algo que los alejaba de mí antes de llegar a lago serio”. Maria Cristina ya muestra la tristeza al hablar, la amargura de una solterona. Nos cuenta que tiene pocas esperanzas. Los hombres –nos dice- me ven mayor y tienen poco interés en mí, como si estuviera marcada.
“Cuando yo sentía que mi relación con el sexo opuesto no se desarrollaba felizmente en la mayoría de los casos, me hice una pregunta: ¿es acaso necesario que yo cambie mi modo de ser y me entregue de lleno al trabajo y al estudio, o por el contrario, me inclinaré mejor a una vida más libre, más “entretenida”, sin contar para nada los principio morales que he aprendido? Estos dos caminos no me parecieron solución. Continué actuando normalmente, es decir, sonriendo a los amigos, conversando, coqueteando un mínimo, arreglándome otro poco. Pero continúo soltera”.
Ante estas confesiones ¿podría llegar a disculparse la afirmación de la muchacha, que decía que se casaría como fuera y con quien fuera antes de quedarse soltera? Creemos que muchos la disculparían e incluso compartirían si opinión.
Esta es la triste alternativa de muchas mujeres. Construir una vida sola, sin apoyos fuera del que se puede contar siempre en el plano amistoso y familiar. Pero no un amor. O bien, elegir una vida matrimonial, elegir el estar acompañada. ¿Pero bien acompañada? ¿Hasta qué punto se puede encontrar una persona que resulte digno de vivir como su compañero si no sostiene una relación que permita conocerse antes?. Pero a la mujer soltera y mayor, esta relación no le interesa. No desea esperar, sólo quiere casarse y huir de la soledad diaria lo más pronto que pueda.
Sin embargo, hay un tercer camino de salida. La mujer no debe buscar cualquier compañía. Tiene que preocuparse primero de culturizarse hasta donde pueda. No sólo subsistir día a día, debe encontrar nuevas fuentes donde entretenerse, nuevos trabajos, estudios que le sirvan para desarrollar su inteligencia y su personalidad.
Esto, es cierto, no le ayudará a llenar su vida completamente. Nada puede reemplazar el afecto que le proporciona el ser querido. Pero si le servirá para retomar el interés hacia aspectos valiosos de la vida, ya sea el arte, la literatura, algún trabajo diferente. Así sentirá de pronto que vale más como persona. Sentirá que huye en gran parte esa sensación de amargura y frustración propia de una mujer sola y quizás en estas actividades que emprende pueda con el tiempo, conocer a alguien que se convierta en su compañero.
No importa que la población femenina crezca más o menos. De todos modos, si la mujer se sabe valorar y compartir esto con los demás, esté seguro que podrá decir que nunca sentirá la soledad.

Revista "Mi Vida"
año 1968
Beatriz Contreras O.

¡NO SE SORPRENDAN SI NOS CORTAN EL GAS!... reloaded














Estimados:
Prat no sólo fue un héroe, sino que un gran observador y visionario. Lo que observó y dijo hace 229 años de nuestros vecinos hoy se ve tan cierto y cercano como nunca.
Debido a los últimos acontecimientos sucedidos con el Gobierno argentino y su constante indiferencia hacia los acuerdos y tratados comprometidos con Chile en el tema del suministro de GAS NATURAL me veo en la obligación de re editar esta columna, hoy más vigente y oportuna que nunca.

COLUMNA DE OPINIÓN

Más bullangueros que valientes y en política más pérfidos que hábiles, difícil encontrar un pueblo en que más se mienta. La doblez y la falsía forman el fondo del carácter argentino y de su sistema de gobierno. (Arturo Prat, por Gonzalo Vial / Prat y los argentinos. El tratado Fierro-Sarratea)

Esta república, siempre en efervescencia, se encuentra actualmente sin aliados y rodeada más bien de enemigos que de indiferentes y por eso busca la alianza del Perú, que puede proporcionar escuadra y distracción para nosotros en el pacífico pues, comprende que, mientras nosotros somos casi invulnerables, ellos son accesibles por todas partes (Informe al gobierno chileno en su calidad de agente confidencial de Chile en Montevideo).

No será demás que exponga la opinión que personas avezadas a la política siempre doble y desleal, de la república argentina, se han formado sobre la suerte probable que correrán los tratados recientemente celebrados. (Comunicación dirigida el 12 de diciembre de 1778 a Alberto Blest Gana, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia y Gran Bretaña).

Arturo Prat Chacón

Posteado por Giorgio Montalbetti.

Corvo del Ejército de Chile


Estimados(as):

Luis mostró cómo eran los corvos a fines de 1700; yo les muestro cómo son a principios del 2000.
Atte... Giorgio Montalbetti

Los corruptos no van a la escuela

"La instruccion primaria, antídoto poderosísimo, remedio eficacísimo en muchos casos, no es ni un preservativo inerrable ni un correctivo seguro de todos los vicios i torpezas. No todo el mundo que sabe leer i escribir está armado de una escudo contra todos los impulsos de las malas inclinaciones, contra todas las tentaciones del crímen, como no todo el que está vacunado se halla forzosamente libre de ser acometido por la viruela; pero todo el que sabe leer i escribir tiene muchísimas mas garantías que el ignorante contra la corrupción, como el que está vacunado se encuentra infinitamente mas asegurado que el que no lo está contra el contajio de la peste.
La verdad de esta aseveración es evidentísima.
La asistencia sola a la escuela donde se enseñan la lectura i la escritura, i la disciplina que se observa en ella, propenden activamente a la educación del corazon de los alumnos. Los niños, jeneralmente hablando, contraen en la escuela hábitos de órden, de sumision, de trabajo continuado e incesante, que mas tarde no pueden olvidar. En el taller, o en cualquier otra parte, desplegarán las mismas virtudes que en la escuela. El alumno acostumbrado a llenar sus deberes con exactitud, a desempeñar una tarea cada día, a sufrir un castigo si no cumplen con ella, a recibir un premio si se porta con la constancia i aplicacion debidas, será con toda posibilidad un individuo honrado, que no faltará nunca a su palabra, que ejecutará sus obras con método, que no se dejará arrastrar por la pereza, que se esforzará por imprimir el sello de la perfeccion a cuanto salga de sus manos.
Esta preparacion moralizadora es un excelente noviciado para la vida".

Miguel Luis Amunátegui.
"De la instrucción primaria en Chile: lo que es, lo que debería ser".
(Obra premiada por el Gobierno de Chile, 1856)

Por Marcela Escobar.

Rafael Valentín Valdivieso, El Carrivari, 1867


Victoria Reyes

Cual será el mejor ladrón, El Padre Padilla, 1883


Victoria Reyes

18 de septiembre, 1800-1910, El Fígaro


Victoria Reyes

Conversación con Joaquín Edwards Bello



Advertencia.

Esta conversación de ultratumba" no debe ser mirada como una arbitrariedad, sino como resultado de un natural acercamiento de lector a un autor que, repetimos, a través de su amor y pasión por la vida conquistó –no nos parece prematuro decirlo– una definitiva permanencia como testigo y actor de nuestro existir.


-¿Qué lleva replegado en lo más secreto de su espíritu?

Se trata de un sueño que tuve hace algunos años. No todos nos atrevemos a contar esta clase de rarezas. Los hombres importantes creen que si cuentan sus rarezas se disminuyen. No las cuentan pero las tienen. Yo no soy un hombre importante. Voy a contar mi caso. Hace algún tiempo tuve un sueño muy impresionante. Soñé que iba en un asiento aislado del tren a Valparaíso. De pronto el tren se detuvo con fuerte golpe de ferralla, de palancas, de freno y de rieles. Se escucharon gritos agudos de pánico. Aparecieron por las puertas del fondo unos individuos con las caras tiznadas y pistolas apuntando a nuestras cabezas. No hice caso de sus gritos de arriba las manos. Todos hicieron caso menos yo. Saqué mi revólver Smith y Wesson, heredado de mi padre, que ahora mismo veo, Número 222746. Patente enr. 24-66, reissue 82.
Sigo con el sueño. En vez de levantar los brazos apunté a uno de los bandidos. Lo maté. El otro me hirió de un balazo en el pecho, pero seguí disparando y lo derribé. Entonces caí muerto, como he deseado, de pie y en pocos segundos, no en cama, entre chatas, potingues y frascos.

-Durante más de medio siglo estuvo usted continuamente poniendo el dedo en la llaga en los vicios nacionales. Entre las malas costumbres cotidianas chilenas, ¿cuáles le parecen particularmente detestables?

En días de lluvia parece que los paraguas fueran fantasmas movidos de por sí, sin conciencia. Se dan unos a otros tremendos encontronazos.
El W.C. público es inmundo. El que habla por teléfono público no se ocupa del que podría esperar a que termine su pololeo. Simplemente se cuelga del teléfono. En ciertas calles no se puede pasar, porque unos cuantos ociosos se detienen a calumniar al Presidente en medio de la vereda.
En los teatros la gente tardía se abre paso a codazos y cabezazos. La gente carece del sentido de la discreción y de la oportunidad... No se puede tener oficina visible a causa del latero nacional.

-Cual más, cual menos, todos sufrimos o hemos sido "lateros". ¿Cuál es su definición de tal espécimen?

El latero pertenece muchas veces al renglón de los monocordes, obsesos con un solo tema. La obsesión es tan fuerte que le hace olvidar la posibilidad de que los pacientes "escuchadores" puedan tener, asimismo, preocupaciones de carácter parecido, aunque momentáneas. Parece olvidar también que la persona empleada en una oficina acude a ella para dedicarse a su trabajo, el que no puede realizar ni en su casa ni en la calle.
En el café, en el bar o restaurante, el latero suele ser entretenido, ya hablé de eutanasia, de comunismo, de planes para salvar al país o cosas por el estilo. Su charla sirve de entretenimiento o estímulo. En las oficinas o en las calles, a las horas de trabajo, el latero es peligroso.

-Con elecciones a la vista, recordamos que usted fue testigo de innumerables de ellas. Nos gustaría saber su opinión sobre tal aspecto de nuestra vida política.

Nunca he podido comprender cómo hay gente que cree en el advenimiento de paraísos de origen político, a menos que se trate de candidatos o canonjías. Tan absurdas que me han parecido las elecciones pre-electorales como las desilusiones de más tarde, que cualquiera persona de edad madura habrá previsto. La exuberancia de las luchas electorales en nuestra tierra es pariente cercana de la Fiesta de los Estudiantes. Sus explosiones o desahogos de un pueblo ausente de esperanza en sus propias actividades. Espera la salud de la fábula del "entierro", de la lotería, de las carreras y los cambios de gobierno. Las desilusiones del pueblo después de las luchas electorales, cuando comprende que las rivalidades exaltadas de los candidatos eran falsificaciones momentáneas, se transforman en estados de silencio taciturno, más peligrosos que las crisis mismas.

-¿Para quién escribió usted sus novelas?

Yo no escribo para literatos, sino para escritores. Al literato no le puede agradar ese género. Parece que estuviera esbozado, en síntesis. ¡Si supiera con cuanto empeño traté de que fuera así! He borrado poco más de la mitad. Un libro pesado, profundo, tardaría muchos años en llegar al público lector de El Peneca. Yo quiero que me entiendan ahora y no dentro de un siglo.

-¿Qué recomendaciones daría a los escritores jóvenes en su lucha por la vida en nuestro medio?

En nuestra América –mujer ya no muy virgen– es preciso ser algo macucos, y al fin, no se crea que la macuquería es condenable en todo sentido. La acepto como valor nacional bajo ciertas condiciones. Desde luego, es un acicate útil para lanzarnos en la brecha. Sí, jóvenes escritores: ¡vayan a la brecha por todos los medios! Sobre todo, que no nos tilden de debilidad. Aprovechemos la virtud de la macuquería, no como aprovechada por la mafia, sino como hombres convencidos de que la bondad panglossiana es incompatible por el pobre mundo. Seamos malos un minuto, para producir bondad de años enteros.

-¿Y en relación a las mujeres?

Las mujeres, amantes de la vida y no de la posteridad, amantes de la fuerza zoológica visible y no de las virtudes esotéricas, me producen, siempre que las oigo discurrir, el deseo de irrumpir, promovido por los arrestos de fiera que pudieran quedarme de las épocas prehistóricas. La madre ama siempre al hijo pródigo, al más tenorio, al más diablo. Es preferible ser alcalde de Renca, macuco de pueblo, antes que artista puro cuyas cartas un diputado no respondería siquiera.

-A propósito, ¿qué significó París para usted?

Si yo no hubiera vivido en París la guerra 1914-18 sería otro. Seguiría creyendo en eso de la aristocracia castellano–vasca y otras paparruchas por el estilo. Habría un gran vacío en mí. ¡Viva la guerra de 1914!

-¿Qué opina de nuestros vecinos argentinos?

Es un pueblo eminentemente macho y ha querido dirigirse solo.

-¿Cuál sería un signo característico de la vida popular chilena?

El signo de la vida mexicana es la calavera escrita: "Viva la muerte". En la vida popular chilena es el invunche, esto es la deformación hacia lo monstruoso o repulsivo... Si alguien descubrió el culto de la fealdad antes de 1922, entonces le concedo la prioridad. El chileno es un ser que se pone en ridículo y pone en ridículo a sus compatriotas

-¿Qué piensa acerca del divorcio?

La campaña pro divorcio implica la ingenuidad de buscar un medio de felicidad a lomos de ley, lo cual es tan absurdo como cualquiera forma artificial de encontrar la felicidad. Ni en el cambio ni en lo estático seremos felices, más vale resignarse. Lo que está ausente del matrimonio en esta hora es el espíritu de sacrificio, el reconocimiento de la superioridad del hombre y su admiración por el marido en la mujer.

-En una de sus crónicas usted cuenta un duelo de juventud ejecutado a puño limpio. ¿Qué corolario sacó?

He sacado lecciones. No se debe pelear a trompadas con individuos más fuertes y más altos. Es la regla del matón y nunca me gustaron los matones. Son despreciables.

-¿Cuál es su opinión acerca de los militares en los países latinoamericanos y del armamentismo?

El Ejército de Chile es el primero de nuestra América; la Marina, lo mismo. Pero tenemos oficialidades para un país de cincuenta millones de habitantes. Si no construimos aquí ni los fusiles, ni los cañones, ni los barcos de guerra, entonces las fuerzas armadas latinoamericanas son puramente locales. No podrían sostener una guerra con potencias industriales europeas, ni con Norteamérica. Para los norteamericanos es un buen negocio la agresividad sudamericana, a manera de mercado para el excedente inservible de sus armamentos. No veo remedio para el mal. Lo cierto es que contamos con cien generales por cada millón de habitantes. En la misma proporción, y con una escuela militar en cada Estado, los norteamericanos podrían contar con más de quince mil generales.

-Por último, y para terminar tocando los mitos sobre las razas, y sobre la composición de nuestra pretendida raza chilena?

Estamos sufriendo con la prédica racial la peor de las sugestiones, la que engendra el derrotismo, sobre todo en esta América ingenua e impresionable. Defendamos a nuestra raza. Demos oportunidad. Demos oportunidad al pueblo y veremos. Seamos sal de la tierra.
Para el chileno que no salió de Chile, y que se sirve para comparar de los países vecinos, en el que el porcentaje de indígenas o negroides es considerable, nuestro país es blanco. El europeo no nos ve así. Para ellos, en el momento de dar el juicio mejor, el de la llegada, somos un país "tostado", de apariencia oriental, esto es, de Extremo Oriente...


Las chilenas más bonita de la clase alta son las de origen afrovasco, esto es, las que proceden de cruzamientos entre descendientes de vizcaínos y de mulatas, o de mezcolanzas con las familias que ahora han blanqueado bastante, pero en cuyos rasgos persisten las señales de los antepasados africanos: Egaña, Valdivieso, Montt, Cuevas, Blanco, Zañartu, Gandarillas, Valdés, Casanueva... Se trata, como vemos, de apellidos brillantísimos, y al enunciarlos se derrumba la supremacía de los blancos en América. Casi todos nuestros presidentes tuvieron la dosis africana que equilibra y entona. Otras familias de origen vizcaíno entroncaron en el bosque semítico: Matte, Jordán, Hertz, Salomón, Pinto.


La Bolsa, las antigüedades, los Bancos, la bibliofilia, son atracciones semíticas; la música, la heráldica, los títulos pomposos y las tendencias monarquistas, son afinidades africanas. Lo vasco es lo acérrimo: la soberbia, la gravedad, la elegancia corporal, la virilidad y un tono general duro, con tendencias a la burla demoledora. Yo creo que el chileno es el pueblo superior de nuestra América, sin mitos. Necesita leche y no mitos.

-¿Qué nos puede decir alrededor de un tema de continua actualidad, y de siempre viva presencia en sus escritos: ¿cuál le parece el porvenir de América Latina, en relación al de los vecinos del Norte?

Cuando el Continente Iberoamericano, o Indomediterráneo sea un país solo, cuando hayamos imitado de los yanquis la unión que es la mayor virtud nacional, entonces valdremos bastante más que ellos, a causa de la santidad de nuestras raíces, a causa del espiritualismo histórico.

En Árbol de Letras, Santiago, Nº 4 (1968), pp.30-31.


Victoria Reyes

Algunos textos de Joaquín Edwards Bello

Curioso homenaje al Presidente de México, en Chile, consistiría en llevarle una tarde de día festivo a observar en la entrada de algún teatro de barrio. Aquí, como en Valparaíso y otras regiones, el teatro de barrio es ochenta por ciento mexicano.

Superficialmente el asunto es banal. En el fondo es un drama.

Es el drama de un pueblo que no supo o no pudo cantarse así mismo. No nos engañemos. Engañarnos es pecado grave. Chile es un país hospitalario, cosmopolita, con costumbres y arte cosmopolitas. La parte popular de Chile, "los de abajo", diría Azuela, ha sido estrangulada por las inmigraciones sanas y progresistas de vascos, de alemanes, de ingleses, de italianos y de toda suerte de razas más preparadas para desplazar a la gente antigua. En México el pueblo presume de tener sangre india. A los rubios les llaman despectivamente hueros. Aquí ocurre lo contrario. He visto individuos morenos, con cabelleras negras, tiesas como alambres, enderezados con petulancia para proclamar: "Nosotros los vascos". La casta social que nuestro Encina llamó "aristocracia vasco-castellana” se separó de la más antigua casta con sangre india extremeña y andaluza, en verdad más aristocrática qué la nueva. Con un desprecio amable, muy hipócrita, se separó de dicha clase, burlándose de ella mediante apodos y expresiones despreciativas. En mi niñez la clase alta se decía la "gente decente". Esta clase rica, con sangre vasca, algo mezclada con africana y andaluza, se destacó de la clase pobre de manera comparativa. La antipalabra para decente es indecente. La aristocracia, más bonachona e infantil que sádica, se irguió feliz en su superioridad vistosa, más alta, más blanca y elegante. La mujer vasca es la más esbelta y elegante de España. Las expresiones patricias despectivas referentes al tipo y costumbres de la masa pobre profundizaron el barranco separador hasta ridículos e increíbles extremos, como las plazas públicas de aquellos pueblos con tres secciones limitadas, para la aristocracia, para la clase media y para el roto. El Día del Roto Chileno es un portento de hipocresía saludable.

El tipo de la gente popular y sus manifestaciones más expresivas han sufrido de burlas y de desprecios. Estas burlas serían criminales y odiosas si la parte de la aristocracia culpable de ellas hubiera tenido responsabilidad. La verdad es que dicha clase carecía de talento y de maldad. Las expresiones denigrantes para la masa popular provenían de un sector femenino frívolo e indiferente.

Típicas expresiones para opacar al pueblo hispano indio son la de tapamugre, para el manto femenino; la de chinas, para las sirvientas, y la de olor a patriotismo, para el aliento condensado de las masas populares en las fiestas patrióticas.


Joaquín Edwards Bello
Crónicas
1964



Santiago es una ciudad hermosa, con admirables perspectivas y buen clima. Su Alameda fue catalogada por el escritor Ripley como una de las siete calles más interesantes del mundo. Dijo así: "Le agradaría a usted deambular a la largo de la Alameda de las Delicias en Santiago de Chile. Este paseo tiene seiscientos pies de ancho. Cuando usted recuerde que la Quinta Avenida tiene setenta pies, entonces podrá apreciar la deliciosidad de ella". Otro escritor, el colombiano Germán Arciniegas, en su obra Entre la Libertad y el Miedo, escribió: "En la bellísima capital de Chile las familias altas conservan un estilo de vida en que todavía se advierten las huellas que la cultura francesa imprimió a la América latina en el 900”.

Uno de los mayores encantos de Santiago lo constituye el liberalismo de la mujer, su espíritu de colaboración y su cultura. El extranjero no tarda en encontrar compañía femenina. En esto es Santiago un petit Paris. Un extranjero en otra ciudad sudamericana, con ocho millones de habitantes, como en Buenos Aires, se aburrirá mortalmente. La mujer argentina es una diosa quimérica, una hermosa estatua que repite la dantesca negación: Lasciate ogni speranza.

Otros encantos de Santiago son el Congreso con sus jardines, el cerro de Santa Lucía, la cordillera, el Barrio Alto y los cercanos campos de esquí.

Ahora vamos a ver el lado feo de la ciudad. El conde de Keyserling notó nuestro cultivo de lo feo. Hay fuerzas secretas enemigas de la hermosura. Estas fuerzas son imbunchistas, de "imbunche". Son llamados así ciertos monstruos fabricados -expresamente por los indios sureños mediante deformaciones y mutilaciones atroces practicadas en niños antes sanos y robustos. Omito los detalles de la operación. Sobrepasa todo lo más horrible en el género de las películas de miedo. Actualmente la deliciosa Alameda no es deliciosa ni alameda. Ayer vi un trozo de ella convertido en polvoriento desierto. La historia es larga. El hermoso y monumental Puente de Cal y Canto no pudo salvarse de las fuerzas destructivas del imbunchismo. Estas fuerzas anónimas hieren sin aviso previo, como terremotos. Lo cierto es que el Puente de Cal y Canto reducido a polvo, cedió su lugar a monstruosos puentecillos imbunches.

La fuerza productora de monstruos es perspicaz y astuta. No tarda en descubrir lo bello para convertirlo en horrible. Así pasó con la Pérgola de las Flores de la Plaza de San Francisco. Esa joya fue mutilada y conducida al lugar más feo de Santiago.

Nuestro cerro de Santa Lucía, “piedra lírica nacional", parodiando a Ortega y Gasset, es otro monumento hermoso acechado por el imbunchismo. Poco a poco lo desnaturalizan. Le han colocado un jardín japonés en la base.

La Casa Colorada, el llamado Palacio Arzobispal, el Portal Edwards, las estaciones Central y Mapocho, han visto sepultar sus fachadas bajo kilos de avisos, de pinturas diversas y de telones comerciales de pésimo gusto. El canibalismo comercial, aliado del imbunchismo obstruye y deforma puertas, techos, ventanas, pilastras. En el Pasaje Matte, la bella arquitectura del interior ha sido imbunchizada mediante una hilera de quioscos que ocultan la perspectiva y deforman la línea.

Me pregunto: ¿Qué sería de Venecia si la hubieran regido nuestros imbunchistas, durante cien años? ¿Qué sería de la calle de Rivoli en París? ¿Que sería del Marble Arch y de Burlington Arcade en Londres?

¿Han pasado alguna vez por nuestro horrendo Puente de Manuel Rodríguez? Es el lado peor de la ciudad imbunche.
Nuestro Cementerio General es muy hermoso y podría ser, además, un museo de arquitectura funeraria, si el imbunchismo no hubiera roto su orden poniendo atroces monumentos nuevos entre los viejos.

La locomoción colectiva de Santiago es mala, vieja, desvencijada y sin orden.
Nuestro Correo Central espera la llegada de marineros yanquis o ingleses para que lo laven y lo pinten.
Los hoteles, los mercados y el Parque Zoológico están mal colocados. No hay un hotel con jardines y piscina artística en la Alameda, en El Golf o en el Santa Lucía.

Santiago tiene, sin duda, una tradición gloriosa. Es una ciudad bellísima y horrible a la vez, según se la mire. Parodiando a Voltaire en Versalles, es Santiago la ville de la gloire et de la merde.


Joaquín Edwards Bello
Crónicas
1964


¿Seria posible una miss gorda?

Cuando veo las fotografías de las misses de la belleza, me digo que esta moda de los cuerpos actuales ha de pasar como pasan todas las modas. Me refiero a la moda de la delgadez corpórea.

Esta moda quiere tipos uniformes de belleza. Un tipo sin imaginación ni variedad. Hagan el experimento. Miren de golpe al grupo de niñas aspirantes a misses, en fila en las fotografías. ¿No es verdad que son todas iguales? Por lo menos producen el efecto de haber sido fabricadas en máquinas, por docenas. Hay, en el origen del fenómeno, una causa que ya indicó el doctor Garafulic, cuando trató del asunto de las modas de París. La última moda no pudo ser ideada por un amante del bello sexo. Transforma a la mujer en un payaso ensacado.

Otro aspecto importante. El desdén por la gordura es una idea femenina. Los hombres primitivos, los más vigorosos y naturales, prefieren las gorditas.

Un caso: Estuvo en Santiago, la recitadora cubana Dalia Iñíguez. Cierta vez celebré el talento y la belleza de esta recitadora en presencia de dos damas elegantes. Una de ellas me miró con ese aire de conmiseración que toman las mujeres cuando creen sorprender en nosotros una ingenuidad. Con aire de madre que reprende a su hijo me preguntó:
-¿No ha notado usted el defecto de Dalia Iñiguez?
-¿Defecto?, pregunté extrañado.
-¡Claro!
-¿Qué defecto?
-Las nalgas.
-¿Qué tienen las nalgas de Dalia?
-¿No ha notado? Son muy gordas y grandes, dijo como si hubiera descubierto algo portentoso.

Estas damas elegantes, como muchas de su clase, han condenado las nalgas al rango de indeseables. No saben que en Nápoles hay una estatua famosa de la Venus Calipigia.

Las formas robustas y saludables de las Venus y las Dianas griegas se olvidan. Poco a poco hemos degenerado hasta el canon de belleza tísica, de la anguila humana de Hollywood. Con excepción, pero no mucho, de Marylin Monroe.

Aquí se cree que solamente los hombres ordinarios prefieren las gordas.
La encantadora gordita C. de Viña del Mar, no pudiendo evitar una gordura hereditaria, decía con tristeza:
-Ahora soy gusto de rotos.

No podía evitar andanadas de piropos populares. Yo le aseguro, para consolarla, que volverá el tiempo de las bellezas gordas del Tiziano y de Rubens. En el año 1995 el pintor Picasso será celebrado como el profeta de la moda de las mujeres gigantonas. ¿Han visto sus pinturas de esa clase de mujeres? Se trata de enormes damas con expresiones bovinas, con enormes brazos y manzanas, que no hay guantes para ellas.

Joaquín Edwards Bello
Crónicas del Tiempo Viejo
1943


La lectura de dos líneas en un periódico me ha sugerido el tema para hoy. En el periódico inglés South Pacific Mail dice en un rinconcito: Ask Doris Kleiman, esto es, Pregunte a Doris Kleiman.

La pregunta que traduzco del inglés es la siguiente: "¿Ha sido asesinado alguna vez un Presidente de Chile?" La respuesta es: "No".

Comento: Se conocen asesinatos de Presidentes en otras repúblicas americanas, pero no en Chile. Tres Presidentes de los Estados Unidos fueron asesinados: Lincoln, Garfield y MacKinley. Dos en Ecuador, según mis recuerdos. En Bolivia, lo menos siete: Blanco, Belzú, Córdoba, Morales, Melgarejo, Daza y Villarrroel.

En Chile, ninguno. Es un caso curioso. En vida, los controlamos, los analizamos demasiado. Los hostilizamos. Casi todos ellos salen de la modesta Casa Presidencial, a pie, por la misma puerta que franquearon para entrar, casi siempre pobres. Los casos de Balmaceda y de Pedro Montt son patéticos. Ningún Presidente de Chile ha escapado al extranjero con dinero tomado de las arcas fiscales. Don Alberto Cabero, al recordar la probidad de nuestros Presidentes, citó el caso del Cuerpo de Bomberos voluntarios, único en el mundo. O'Higgins, al abdicar, no tuvo dinero para irse a Inglaterra, como deseaba. Prieto salió de La Moneda al Ejército. Manuel Montt, a la magistratura; Germán Riesco, Antonio Varas, Domingo Santa María, al foro. Jorge Montt, a la Marina; Aníbal Pinto, como traductor del francés en un diario. Don Jorge Montt, enviado a Europa en comisión, tuvo que pedir dos meses adelantados. En los Estados Unidos, con motivo de ciertas compras para la escuadra, recibió como regalo de la casa constructora un automóvil, el que devolvió tan pronto como lo recibió. El Presidente Manuel Bulnes economizaba la luz en La Moneda. Errázuriz, Balmaceda, Santa María, Riesco, Sanfuentes, salieron pobres de la presidencia. Los hijos de Sanfuentes heredaron setenta mil pesos. Don Ramón Barros Luco viajaba a Valparaíso, en compañía de su esposa, después de comprar los boletos como todo el mundo. Pocos pasajeros se daban cuenta de su presencia.
El 14 de diciembre de 1955 don Darío Poblete escribió una carta a El Diario Ilustrado en que decía: "En los seis años de administración del Excmo. señor González Videla, jamás se adquirió ni siquiera un lápiz que no fuera por intermedio de la Dirección de Aprovisionamiento del Estado". Don Carlos Ibáñez, durante su alejamiento en Buenos Aires, vivió modestamente en una casa de pensión. Cierta vez recibió de Chile una encomienda grande: calzoncillos, calcetines y pijamas usados. Nunca hubo en La Moneda automóviles de lujo, ni siquiera modernos. Un profesor venezolano, de paso en Chile, me dijo:
-Cuando vi a un almirante chileno en un micro, comprendí la grandeza de esta tierra.

Somos sencillotes, sin estruendo, algo pedestres, si se quiere. Don José Joaquín de Mora nos hizo un terrible retrato, que me suena a recomendación y elogio:
Mezcla de grasa y de porotos, futres por fuera, por adentro rotos.

En otras repúblicas los Presidentes suelen ser adornados con nombres ponderativos y altisonantes: el Restaurador, el Mesías, el Egregio, el Regenerador, el Benemérito, el Heroico, el Pacificador. Aquí, más modestos, les llamamos el Chascón, el Negro, el León, el Caballo, Don Tinto, el Paleta... La risita socarrona mata al tropicalismo.

En vísperas del viaje del actual Presidente de Chile a los Estados Unidos, un diario de dicho país publicó una fotografía de él en que aparece de pie, solo, en una calle de Santiago. Debajo dice: Unnoticed during stroll on Santiago street. Quiere decir: "Inadvertido, durante su paso por una calle de Santiago". En la fotografía se ve gente que pasa sin notar al Presidente. En otra parte dice: "Es un hombre de costumbres sencillas. Vive en su pequeña casa, en un quinto piso. Bebe agua pura y no fuma. Camina todos los días de su casa al llamado Palacio Presidencial".

Joaquín Edwards Bello
Crónicas
1964

Por Javier Villagrán

El verdadero patriota

"Para hacer de Chile un país grande, el grito de guerra de todo verdadero patriota debe ser: ahogar, confundir al criollo en sangre rubia del norte de Europa".

Lo dijo el patriota Vicente Huidobro.
En el diario La Nación, 29 de abril de 1925.
Por Marcela Escobar.

Lo de los brujos de Chiloé no es una pelea de perros

Existe en Chiloé, desde época muy remota, una asociación de brujos llamada entre ellos con el nombre de "La Recta Provincia". Esta institución llegó a hacerse temible no sólo para los indígenas, que fue entre los que tuvo origen, sino también para la gente ilustrada y hasta para las autoridades.

Declaración de Juan Esteban Carimonei.-
Cuando el padre de Chiguai, Diego Chiguai, llevó el cadáver de su hijo, dijo:
"Adónde irá la persona que envenenó a mi hijo. No pasará ésta otra semana sin que tenga que llorar como yo lloro ahora."
Como al mes después de esto, su mujer cayó enferma, hinchándosele la barriga con disentería y detención de orina. Duró ocho días y al fallecer estaba en extremo hinchada.

Calculando que su mujer hubiera sido envenenada, vio a Domingo Coñuecar, que era Presidente de la Recta Provincia para que le confesara quién era el que le había hecho la muerte.


Ramón Espech en
Copias de algunas piezas del proceso
de los brujos de Chiloé
,
texto dirigido a Benjamín Vicuña Mackenna en 1882.




lunes, 28 de mayo de 2007


Revista Cascabel, 1895. Los comentarios, que creo no se leen, se me ocurre mejorarlos con fotoshop.

Taller Paula Escobar - Perfiles

Perfil:

- Se podrían definir como artículos concentrados en las vidas y logros de individuos famosos, infames u ordinarios, que han sido publicados en revistas americanas desde que se fundaron en 1741.
- La palabra Profile fue acuñada por The New Yorker durante 20 años, e incluso está registrada. Pero la palabra pasó a la vida cotidiana para referirse a un artículo que detalla la vida de un individuo, mostrando quien es esa persona.
- Es muy anglosajón. La revista madre es The New Yorker. Fue creado por Harold Ross y William Shawn y su fantástica curiosidad por el ser humano.
- Han hecho escuela en eso. Sus perfiles son memorables, históricos, y en ellos utilizan mucho las técnicas y herramientas literarias. Son grandes trabajos autorales.
- El formato en USA sigue vigente: Vanity Fair, Rolling Stones, New Yorker, Atlantic, lo hacen. Pueden ser profundos como este, o una entrevista escrita en forma de reportaje, más corta y no tan completa.
- En Chile no hay tradición, porque el formato más usado es la entrevista.
Se dice una entrevista-perfil, y se asume que no será escrita como pregunta y respuesta, y que habrán más fuentes. Este es el comienzo.

Tipos de Perfil:

- Puede haber dos tipos de perfil: Los que implican hablar con él o sin hablar. Pero se puede hacer de cualquiera de los dos modos.
- Incluso, haber tratado de hablar con él y no poder, es parte del relato. (Ejemplo: Frank Sinatra está resfriado, de Gay Talese)Pero siempre se debe INTENTAR hablar con el perfilado, aunque sea para chequear datos, percepciones, opiniones acerca de él.

Perfil:

- “A menudo observaremos-si realmente hemos tenido la información suficiente-que en la trayectoria de una persona, aunque abordemos distintos campos de su actividad, aparecen unas constantes que se repiten: la movilidad frecuente o la inmovilidad, el amor por el riesgo o las decisiones conservadoras, el espíritu ahorrador o la alegría invasora, la amabilidad o la antipatía, el éxito o el fracaso... las posibilidades suman centenares. Si damos con la suerte de hallar uno de esos rasgos que sobrevuelan toda una biografía, ahí tenemos un interesante hilo para construir nuestro reportaje. No hace falta que se trate de un aspecto capital de la vida, basta una anécdota que se repita para que podamos emplearla como recurso estilístico, como herramienta para unos párrafos y momentos diferentes”
(Alex Grijelmo: El estilo del periodista)

Características de un Perfil:

- Género: Interpretativo. Es una propuesta de interpretación sobre una persona. Un reportaje, pero en vez de que sean hechos, casos, el acontecer, el suceso, es sobre una persona.

- ¿Qué de esa persona?: Su carácter, su manera y modo de ser y de vivir. Sus fortalezas y debilidades profesionales. Y personales. Detalles de su vida. Todo aquello que sea revelador de quien es esa persona.
- Es un intento de profundizar acerca de alguien. No es una biografía. No es algo formal. No es sólo una dirección.
- Equidistante tanto del halago como del juicio crítico. No odiar ni amar al perfilado. No desde la república del odio, pero tampoco desde la admiración.

Modos de reporteo:

- Narrativa condensada: implica su historia, documentación y reporteo con otras fuentes de distintas áreas de su vida. Al menos cuatro.
- Narrativa: Escenas, diálogos relevantes.
- Descripciones de la persona: Su lugar, lo que lo rodea, él mismo.

Cómo convertirse en una mujer feliz en seis semanas

Por Carola Segrez

Myriam Carange acaba de inaugurar en Paris, unos cursos con una fórmula completamente nueva: enseña… los rudimentos indispensables para obtener felicidad.
Enseñar la felicidad es, en efecto, muy tentador… pero algo ilusorio, me parece. ¿Cómo enseñar una cosa tan difícil de definir?
“¡De ninguna manera!”-protesta Myriam Carange. Una mujer sabe muy bien lo que es la felicidad, una cosa muy compleja tal vez, pero que podría resumirse en una sola palabra: gustar. Y ¿qué es lo que hace falta para gustar? Ante todo ser bella. Muchas mujeres son bellas y podrían serlo aún más y más tiempo, también. ¡Y cuántas se creen feas o ignoran que la belleza se adquiere! Eso es lo que le enseñamos a nuestras alumnas.

Las entregamos primeramente a nuestro médico, pues la primera condición para tener belleza, es la salud, después les enseñamos a cuidar su cuerpo, su cara, sus manos y les damos al mismo tiempo, lecciones de dicción, de encanto, pues la belleza no es nada si no va acompañada de gracia y distinción.

Divertida aunque algo escéptica, pido autorización para asistir a los cursos.
Hay reunidas en una sala insospechada, doce alumnas. En medio de un estrado, la profesora en traje de baño, en el suelo, formando un semicírculo y alrededor las alumnas.

Es la lección de automasaje, a lo que seguirá la lección de cultura física o más exactamente, de moldeamiento del cuerpo, por medio de golpe. Las alumnas golpearán vigorosamente, cincuenta o cien veces seguidas, contra el suelo, la cadera, el muslo o la pantorrilla que han de “moldear”.

Después con un gran libro colocado sobre la cabeza y otro sujetado con ambas manos extendidas, dan por turno una vuelta a la sala, suben tres escalones y los bajan sin mirarse los pies, ejerciendo éste que ha de proporcionarles rápidamente unos andares nobles y elegantes.

Ahora el semicírculo se forma de nuevamente para dar la lección de sonrisa. A la voz de mando, las alumnas han de exclamar a coro, diez, veinte, cincuenta veces seguidas. ¡Un, deux, trois, cheese! “Traten de pensar en algo magnífico-les dice la maestra- y obtendrán una mirada alegre”.
Sin embargo, se adivina el efecto saludable de este ejercicio en las alumnas que veía sonreír hace unos instantes sin atreverse a descubrir unos dientes que no carecen de belleza.

Una joven estudiante parece gustar más de los “cursos de éxitos” que de los de derecho. Una madre de familia trabaja con ahínco; pues, a su hijo, le gustaría mucho que recuperar su “línea” y juventud. Su vecina ha venido animada por el mismo deseo que tienen sus pequeños ¡el de crecer!

El profesor indica los movimientos propios para cada temperamento, para cada anatomía y todas siguen sus consejos para afinar el talle, muscular, un hombro e incluso enderezar una pierna ligeramente zamba.

Y abandonan, no sin cierto sentimiento, esta clase para ir a vestirse. Pero una nueva experiencia las espera. La primera lección de dicción en la cual cada una de ellas ha de leer un poema de Geraldi, naturalmente, mientras su voz será registrada en un disco.
Sienten una gran emoción ante el micrófono, algunas tartamudean más todas empiezan precipitadamente con un tono monótono y seco, la emoción les aprieta la garganta y las frases más tiernas adquieren un acento amenazador.

Al día siguiente, otro profesor, un conocedor del alma femenina, empieza una serie de charlas durantes las cuales enseña o recuerda a sus alumnas, con muy buen sentido y firmeza, las cualidades que constituyen el encanto de la mujer.

Y habiendo de este modo aprendido a cuidar su cuerpo, su cara, sus manos, sus cabellos, a mejorar su andar, su porte, a perfeccionar su dicción, a cultivar su encanto, la estudiante-candidato a la felicidad, habrá saber encontrar su “estilo”. Un experto en cara y un gran modisto la ayudarán. Y cuando termine el curso, cada una llevará consigo un certificado de aspirante a la felicidad, con testimonios que demostrarán los progresos realizados, los discos registrados a la llegada y a la salida y las fotografías tomadas el primero y el último día.

Revista Alejandra
Año 2 Nº9
Página 30

Cony Jiménez

Vamos que se puede!

"Un país que apenas a los cien años de vida esta viejo y carcomido, lleno de tumores y de supuraciones de cáncer como un pueblo que hubiera vivido dos mil años y se hubiera desangrado en heroísmos y conquistas".

"El sesenta por ciento de la raza, sifilítica. El noventa por ciento, heredo-alcohólicos (son datos estadísticos precisos); el resto insulsos y miserables a fuerza de vivir entre la estupidez y las miserias. Sin entusiasmo, sin fe, sin esperanzas. Un pueblo de envidiosos, sordos y pálidos calumniadores, un pueblo que resume todo su anhelo de superación en cortar las alas a los que quieren elevarse y pasar una plancha de lavandera sobre el espíritu de todo aquel que desnivela el medio estrecho y embrutecido".

"(...) Y luego la desconfianza, esa desconfianza del idiota y del ignorante que no sabe distinguir si le hablan en serio o si le toman el pelo. La desconfianza que es una defensa orgánica, la defensa inconsciente del cretino que no quiere pasar por tal y cree que sonriendo podrá enmascarar su cretinismo, como si la mirada del hombre sagaz no atravesara su sonrisa mejor que un reflector".

"(...) Por eso Chile no ha tenido grandes hombres, ni podrá tenerlos en muchos siglos. ¿Qué sabios ha tenido Chile? ¿Qué teoría científica se debe a un chileno? ¿Qué teoría filosófica ha nacido en Chile? ¿Qué principio químico ha sido descubierto en Chile? ¿Qué político chileno ha tenido trascendencia universal? ¿Qué producto de fabricación chilena o que producto del alma chileno se ha impuesto en el mundo?
No recuerdo nunca en una universidad de Europa, ni en Francia, ni Alemania, ni en ningún otro país haber oído el nombre de un chileno, ni haberlo leído en ningún texto".

"Esto somos y no otra cosa. Es preciso que se diga de una vez por todas la verdad, es preciso que ni vivamos sobre mentiras, ni falsas ilusiones. Es un deber, porque sólo sintiendo palpitar la herida podremos corregirnos y salvarnos aún a tiempo y mañana podremos tener hombres y no hombrinos".

"Decir la verdad significa amar a su pueblo y creer que aún puede levantársele y yo adoro a Chile, amo a mi patria desesperadamente, como se ama a una madre que agoniza".

"Chile aparece como un inmenso caballo muerto, tendido en las laderas de los Andes bajo un gran revuelo de cuervos".

"El poeta inglés pudo decir: "Algo huele a podrido en Dinamarca", pero nosotros, mas desgraciados que él, nos veremos obligados a decir: "Todo huele a podrido en Chile"".


"Nuestra Justicia es un absceso putrefacto que empesta el aire y hace la atmósfera irrespirable. Dura o inflexible para los de abajo, blanda y sonriente con los de arriba. Nuestra Justicia está podrida y hay que barrerla en masa. Judas sentado en el tribunal después de la crucificación, acariciando en su bolsillo las treinta monedas de su infamia, mientras interroga a un ladrón de gallinas".

"Entre la vieja y la nueva generación, la lucha va a empeñarse sin cuartel. Entre los hombres de ayer sin más ideales que el vientre y el bolsillo, y la juventud que se levanta pidiendo a gritos un Chile nuevo y grande, no hay tregua posible. Que los viejos se vayan a sus casas, no quieran que un día los jóvenes los echen al cementerio. Todo lo grande que se ha hecho en América y sobre todo en Chile, lo han hecho los jóvenes. Así es que pueden reírse de la juventud. Bolívar actuó a los 29 años. Carrera, a los 22; O'Higgins, a los 34, y Portales, a los 36.
Que se vayan los viejos y que venga juventud limpia y fuerte, con los ojos iluminados de entusiasmo y de esperanza".


Fuente: Extractos de "Balance Patriótico", de Vicente Huidobro, publicado en Revista Acción, Número 4, del 8 de agosto de 1925.

Incorporado por B.Burgos.

Todos somos anarquistas

"Todo obrero, todo hombre que tenga un poco de sentido común, estará descontento con el estado actual de cosas. Hai quien sufre porque no halla trabajo; quien se lamenta porque está mal retribuido i el salario no le basta para aplacar su hambre; quien ve con espanto el mañana incierto; quien con terror ve acercarse las enfermedades producidas por un trabajo mortífero; i otros hai que precozmente viejos, se ven arrojados de las fabricas i no tienen otra perspectiva que morirse de hambre en mitad del arroyo.

I esto no es todo aún. Otros mil problemas se agolpan a nuestra mente. Si nos fijamos en las grandes riquezas acumuladas por algunos individuos en todos los países, nos preguntamos cómo es posible que un hombre haya trabajado i producido en su vida tanto como no son capaces de producir millones de hombres.

Y nos preguntamos aún, qué uso puede hacer un millonario de sus riquezas, qué satisfacciones puede de ellas sacar, cómo es posible pueda ver morir de hambre al vecino de al lado sin que la conciencia le remuerda?" (sic)

Fuente: Artículo "¿Por qué somos anarquistas?", escrito por S.T. Merlino, en el periódico anarquista El Rebelde, Santiago de Chile, 20 de noviembre de 1808.

Incorporado por B.Burgos.

Gente que Lee Como Uno

"-¿Y cuáles son las tendencias que se han manifestado en el Círculo?
-Sus fines, me explica, son de leer en común a los buenos autores, comentar las novedades intelectuales y aumentar la cultura de la mujer chilena por todos los medios que estén a su alcance, como dicen nuestros estatutos. Yo creo, prosigue ella con entusiasmo, que el "Círculo de Lectura" está llamado a ensanchar el hogar intelectual de toda mujer que piensa, que lee o que escribe. Entre nosotras, ella podrá encontrar siempre una palabra de aliento, jamás un gesto de indeferencia o de desprecio. Daremos, además, preferente atención a todo lo que concierne a la mujer (...)
-¿Y todos estos ideales encuentran eco en todas las socias? preguntamos interesadísimas.
-Indudablemente, responde la amable señora. La mujer chilena de nuestros días prueba su capacidad en todo orden de cosas. Yo creo que sin exageración puede comparársela a la europea o a la norteamericana (...)
-Permítame Ud. otra pregunta. ¿Cuál es la atmósfera espiritual del círculo?
-Netamente cristiana y democrática. Tratamos que reine entre nosotras la más perfecta igualdad y que toda mujer inteligente y buena encuentre en el Círculo una cariñosa acogida. Hemos fijado a propósito una cuota muy módica para que la falta de fortuna no sea óbice para venir con nosotras.
-Entiendo que ustedes llevan algún tiempo de sesionar. ¿Podrían decirnos a qué se han dedicado ustedes de preferencia?
-(...) Hasta ahora hemos consagrado particular atención a nuestro idioma, a la hermosa lengua castellana, contra la cual hemos pecado tantas veces. Porque es cosa sabida que los sudamericanos, parte a causa de nuestros frecuentes viajes a París, y a la corriente de libros que recibimos de Francia, solemos descuidar lamentablemente nuestro idioma. Yo, por ejemplo, he leído más en inglés y francés que en español. El caso mío es el de la mayoría. Es rara la señora piadosa que no vaya a misa sin un libro de oraciones en francés. (...)

Fuente: Con la Presidenta del "Círculo de Lectura" de señoras, la señora Sofía Eastman de Huneeus. Revista Familia, octubre de 1915.

Incorporado por B.Burgos

Chile Magazine

Publicidad. Julio 1921.
Por Francesca Roccatagliata.

Chile Magazine

"Para distraerse, los cigarrillos Cabañas. Son los mejores"
Publicidad. Julio 1921
por Francesca Roccatagliata

El Crimen de la calle de Santa Rosa


- Santiago. 8, Abril, 1900.

Lo que al principio pareció un vulgar hecho de policía, un asesinato como hay tantos en este país, ha resultado formar una intrincada madeja que ni Dios entiende.
Un detalle sangriento, de sumo ingenio, novelesco casi, la huella de la planta del asesino marcada con sangre en el suelo, y descubierta por uno de los agentes de pesquisas, vino a revelar como la manos sangrientas de Macbeth la genial y trágica concepción de Shakespeare, que había allí una persona que usaba calzado francés de última moda.
No era, pues, la brutalidad del roto la que había inmolado, al tajo del corvo, al anciano Troncoso; era el solapada cálculo del hombre decente que había sacrificado a bastonazos la débil existencia del pobre viejo.
Gran misterio se ha hecho alrededor del asusto. Los que han podido mirar a través de la entreabierta mampara de la sala del juez, en los momentos de interrogación y careo, ha visto un paletó azul, que se mostraba a los declarantes... Qué signifique en el proceso esa pieza, qué prueba forme, por qué se aduzca, son cosas que aun no se pueden averiguar del mutismo calculado de los funcionarios que conocen el asunto.
Se ha susurrado que los agentes de pesquisas que trabajan en la investigación del crimen se quejan de que no se les deje las manos libres y se le cortan los caminos que ellos creen conducen á la luz. Puede ser que todo esto fuese fantasía y que los jueces no tengan interés ninguno en echar sobre el asunto la tierra del estilo.
Pero es un amargo hecho que en Chile sólo son misteriosos y lentos los procesos de crímenes en que figuran delincuentes de levita.
Cuando se averigua todo y se les quiere apresar, ya han encontrado asilo en cualquier país con el que no tengamos tratado de extradición.
Ojalá el misterio de este crimen cese enteramente. Es demasiado breve, demasiado sencillo, para que se cierna tanta oscuridad y tanto enredo sobre él.
Entre tanto esa casa de la calle de Santa Rosa guarda en secreto del crimen, que presenciaron mudas paredes y el piso que recibió desplomado y sangriento el cadáver del anciano.


INSTANTANEAS
Semanario Festivo, Literario, Artístico y de Actualidad

por Francesca Roccatagliata

Marca Chancho


El origen de la Marca Chancho

No creo que exista otra marca comercial más típicamente chilena que la "marca chancho". Esta expresión, que se usa para referirse peyorativamente a productos de origen o manufactura fraudulenta, se remonta a un producto de la década del 20.
Entonces existía una popular cerveza de nombre "Pig" (chancho en castellano). Unos fabricantes de cigarrillos de Valparaíso, basados en este curioso concepto, comenzaron a vender cajetillas de dudosa calidad y a precios muy bajos bajo la "Marca Chancho".
Llegaron incluso a ser muy populares entre los mineros del salitre, en el norte de Chile.

Ojo con los eslóganes: "Aviso a los señores fumadores: aseguramos que estos cigarrillos valen mucho más de lo que cuestan. Nota de la fábrica" y "Rehusad indignados las imitaciones siempre aconsejadas por el interés".

Fuente: Pasado a humo, de Oscar Aedo. Artículo publicado en la revista Patrimonio Cultural de la Dibam. Número 28, año VIII Invierno 2003

Subido por B.Burgos.

¿Faldas largas o cortas?

He aquí la inquietante pregunta de estos días, en que la guerra parece un llama en aires de maldad. ¿Qué puede importarnos este dilema, cuando es la sangre preciosa del hombre la que está, nuevamente, en juego?

Pero, no: en verdad, también, nos importa la pregunta y la réplica que se le dé: ¿faldas largas o cortas…?
Nosotros contestaríamos:
-Faldas bien puestas-, dándole a la respuesta la entera grandeza de su significación vital. Pero, no se trata de ello: se trata de fijar un rumbo moral en este problema, que ha sido analizado, deportivamente por uno, y superficialmente por otro.

Somos partidarios de la falda corta, no porque ella nos ofrezca espectáculo, sino que porque ella nos sugiere economía, sensibilidad, economía de inteligencia en la tristísimo economía de Chile.

La pollera larga supone mayor género. Y mayor género implica un desembolso más duro a las faltriqueras casi exánimes de la patria…

Lo que necesitamos es mujeres con faldas rectas: rectas en el sentido del alma, de una pieza, certeras, puras, feraces, creadoras.

Esa especie de plumero andante que es la pollera larga- y la larguísima- además de su dádiva de vejez que otorga a las que la llevan, plantea un retrato de cuerpo entero de quienes la cargan: Allí va (grita la pollera hiperbólica) una mujer que prefiere la moda a la alegría, o a la comodidad, de su hogar.

Los metros de más de la pollera larga representan un juguete menos o una golosina ausente, de la casa en que ella impera con su tonta apariencia de cola de pavo real…

Combatimos la pollera larga, porque creemos que no es de esto de lo que debe hablarse en estos tiempos: ¿qué interés presenta para el futuro de la patria el que las mujeres muestren más o menos tobillo? Sin duda que ninguno. Lo que sí debe absorbernos es la pregunta:
-¿Cómo servir a Chile, a nuestra América y al Mundo?, haciendo con ellos apostolado de mujer nueva, que es apostolado de economía bien entendida, de gracia y de ímpetu hacedor.

Una pollera larga indica, parafraseando a Schopenhauer:
-Mientras más larga es una pollera, más corta es la ternura de su dueña…

En vez de aquellos metros excesivos, ahorremos júbilo para nuestro hogar, aportando a él no la moda peregrina, sino que la placidez de una sonrisa, de una atención, o de una alegre carcajada de niño satisfecho.

En el ruedo de las polleras largas va quedando la sombra y el polvo del despilfarro feroz de un país ferozmente pobre…


Revista Alejandra
Año 2 Nº11
Página 25

Sección: Crónica de mujeres

Cony Jiménez

Epopeya


Carta del Comandante Miguel Grau a Doña Carmela Carvajal viuda de Prat


Monitor "Huáscar", Pisagua, Junio 2 de 1879


Dignísima señora:


Un sagrado deber me autoriza a dirigirme a usted y siento profundamente que esta carta, por las luchas que va a rememorar, contribuya a aumentar el dolor que hoy, justamente, debe dominarla.


En el combate naval del 21 próximo pasado, que tuvo lugar en las aguas de Iquique, entre las naves peruanas y chilenas, su digno y valeroso esposo, el Capitán de Fragata don Arturo Prat, Comandante de la "Esmeralda", fue, como usted no lo ignorará ya, víctima de su temerario arrojo en defensa y gloria de la bandera de su Patria.


Deplorando sinceramente tan infausto acontecimiento y acompañándola en su duelo, cumplo con el penoso deber de enviarle las, para usted, inestimables prendas que se encontraron en su poder y que son las que figuran en la lista adjunta. Ellas le servirán indudablemente de algún pequeño consuelo en medio de su gran desgracia, y para eso me he anticipado a remitírselas.


Reiterándole mis sentimientos de condolencia, logro, señora, la oportunidad para ofrecerle mis servicios, consideraciones y respetos con que me suscribo de usted, señora, muy afectísimo seguro servidor.


Miguel Grau
__________________________




Respuesta de Doña Carmela Carvajal a la carta del Comandante Miguel Grau


Valparaíso, 1° de Agosto de 1879


Distinguido Señor,


Recibí su fina y estimada carta fechada a bordo del "Huáscar", en 2 de Junio del corriente año. En ella, con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted a acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraron sobre la persona de mi Arturo, prendas para mí de un valor inestimable, por ser, o consagradas por su afecto, como los retratos de mi familia, o consagradas por su martirio, como la espada que lleva su adorado nombre.


Al proferir la palabra martirio, no crea usted, señor, que sea mi intento inculpar al jefe del "Huáscar" de la muerte de mi esposo.


Por el contrario, tengo la conciencia de que el distinguido jefe que, arrostrando el furor de innobles pasiones, sobreexcitadas por la guerra, tiene hoy el valor, cuando aún palpitan los recuerdos de Iquique, de asociarse a mi duelo y de poner muy alto el nombre y la conducta de mi esposo en esa jornada, y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo, poniendo en mis manos una espada que ha cobrado un precio extraordinario por el hecho mismo de no haber sido rendida; un jefe semejante, un corazón tan noble, se habría, estoy cierta, interpuesto, a haberlo podido, entre el matador y su víctima, y habría ahorrado un sacrificio tan estéril para su Patria como desastroso para mi corazón.


A este propósito, no puedo menos de expresar a usted que es altamente consolador, en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales que hacen revivir en esta América las escenas y los hombres de la epopeya antigua.


Profundamente reconocida por la caballerosidad de su procedimiento hacia mi persona, y por las nobles palabras con que se digna honrar la memoria de mi esposo, me ofrezco muy respetuosamente de usted atenta y affma. S.S.


Carmela Carvajal de Prat.


Fuente: http://www.directemar.cl/noticias/1999/0599/mes_mar/Carta_Grau.htm
http://www.directemar.cl/noticias/1999/0599/mes_mar/Carta_Carmela.htm

Incorporado por B.Burgos.

Chile estancado en el materialismo y la insensibilidad.

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Existe, en primer término, una tendencia mundial que filosóficamente se la podría llamar positivismo o materialismo bastardo, de últimas aguas; positivismo de decadencia, que ha llevado a las mentes la idea de que todo debe reducirse a conquistas materiales, a la producción en serie, al confort, a cifras y estadísticas de producción y que lo intelectual, lo estético, es una superestructura inútil, que se puede suprimir sin menoscabo del cuerpo social.

Por Luis Durand.


Corría el año 1942. Un grupo heterogéneo en cuanto a las edades de los intelectuales que lo integraban, reducido, pero reflexivo, escuchó, con serenidad, las más diversas aspiraciones del ambiente chileno y las llevó al seno de cierta entidad nacional de escritores chilenos, aunque repugnaba a sus fundadores la dispersión gremial.

Mas, ¿qué pretendía este grupo de luchadores intelectuales? Algo muy simple. Mantener la cultura creadora, artística en un plano de libertad. Todos, de partida, eran enemigos de la cultura dirigida. O sea, coincidían con las grandes concepciones del liberalismo mundial sobre el respeto e independencia del creador. Pero añadían algo más: pedían protección material, económica, para el escritor, y no aceptaban que la creación literaria fuese una mercadería sin mercado, sin consumo, sin paga adecuada. Entonces, si el nivel cultural de país, si su densidad de esta índole eran escasos, nada más justo que fuese el fisco quien diera su apoyo. O sea, que actuase como un discreto mecenas, o como un señor que promueve el ambiente cultural mediante la obra por encargo. Si bien en la obra por encargo, se cercena en algo la libertad creadora, pues se le fija un objetivo preciso al artista, no es menos cierto que queda con plenos poderes para realizarla como sea de su agrado(…).

Fieles a estos planteamientos, los renovadores de 1942, lanzaron sus bases. He aquí algunas de ellas: creación de una gaceta chilena de cultura, con colaboraciones debidamente remuneradas; adictos culturales en las principales legaciones o embajadas para difusión y canje cultural, propaganda de Chile, del turismo y productos esenciales del país; amplio fomento de la industria editorial privada para competir en el exterior; creación de una editorial didáctica fiscal, a fin de difundir la cultura y hacer labores, que si bien dejan utilidad, no interesan a la industria del libro; formación de un fondo editorial a base de subvención fiscal, a fin de publicar libros que por motivos comerciales –no estéticos- carecen de editor; nueva ley de propiedad intelectual en el sentido de que los derechos de autor ya prescritos –de Homero, verbigracia- pasasen a incrementar una cuenta de ayuda a los escritores y a la cultura contemporánea, por ser la misma indivisible.

Al poco tiempo de dada la batalla, se vio que un escritor que dirigía cierta gacetilla dominical, se opuso, sin fundamento, a los adictos culturales. Que en el congreso, un político torcía la moción de los adictos hacia el campo obrero –producía más votos- y pensaba en los adictos obreros, que ya han dejado en la diplomacia mundial tan malos recuerdos por sus torpes concomitancias políticas…De la gaceta chilena no se pudo hablar…Tampoco del proyecto de que los edificios de cierta monta, tuviesen pintura mural y decorados en un tanto por ciento de su costo. Sólo se ganó –tal vez por el empeño que pusieron en ello los editores- que el Fisco diese una suma ínfima para fomento de libros meritorios, pero sin editor. Y se fijó la suma de quinientos mil pesos anuales. Dio excelentes resultados, pero…un empleado administrativo cualquiera acordó hacer economías…y empezó por las partidas que él repuntaba inútiles…y la primera que tarjó fueron esos quinientos mil pesos, suma ínfima en un presupuesto de miles de millones. Y un político tuvo la desacertada idea de suprimir la dirección general de informaciones y Cultura, que tantos esfuerzos y sacrificios había costado a través de años, para funcionar, al fin, sin elementos, ni presupuesto adecuados. Y vano sería continuar este lamentable inventario.

Por eso, la falange renovadora, después de diez años de labor infructuosa, se ha reunido para analizar las causas de esta notoria insensibilidad chilena hacia su pauta de trabajos, y sus conclusiones son las siguientes:

Existe, en primer término, una tendencia mundial que filosóficamente se la podría llamar positivismo o materialismo bastardo, de últimas aguas; positivismo de decadencia, que ha llevado a las mentes la idea de que todo debe reducirse a conquistas materiales, a la producción en serie, al confort, a cifras y estadísticas de producción y que lo intelectual, lo estético, es una superestructura inútil, que se puede suprimir sin menoscabo del cuerpo social. Y así tenemos que Chile, en el lapso 1939-1952, ha realizado una revolución industrial sin precedentes: producción de acero, electricidad, cobre elaborado, etc., etc.; que también ha revolucionado su educación creando la Universidad Técnica del Estado, pero vemos, con dolor, que su revolución cultural, estética, ni siquiera esta planeada, a pesar que urge hacerlo.

Por otra parte, la falange de escritores renovadores de 1942, acusa a la pedagogía nuestra de ser, en parte, la culpable de la insensibilidad de los políticos y del medio, para allegar recursos libres a favor de la cultura. Estima que el liceo y la escuela pública, no forman, ni siquiera en una mínima parte, la conciencia estética de los alumnos, pues no existe, todavía, paralelo al concepto de la educación física, el de la educación estética, tan necesaria, como cualquiera otra para sobrellevar la vida, cuando se piensa que el confort y la creación de bienes materiales, sin un trabajo esclavo, es cada día más difícil realizarla, en gran escala, debido a los aumentos muy notorios de la población. Se arguye que el liceo da nombres, que obliga a los alumnos a memorizar varias literaturas. Sin duda que lo hace. Pero el alumno no convive con el arte. En suma, ni en la escuela ni en el liceo, se crea el futuro mercado estético, el futuro amor y sensibilidad hacia el arte. Sólo así se explica que un conocido político contemporáneo chileno, un día le preguntase a uno de nuestros escritores de la legión renovadora de 1942: -¿qué es eso de la pintura mural de que me esta hablando?...Y el escritor repuso:-La que se pinta en los muros, señor…Miguel Ángel, El Ghiotto, el Ucello, fueron pintores murales. Sin embargo, este político tenía en su casa reproducciones de Portinari, el brasileño, y de los mexicanos…todos los cuales eran pintores muralistas. Pero los creía de caballete al mirarlos en los álbumes.

(En revista “Atenea- Revista Mensual de Ciencias, Letras y Artes”- Título del original: “Puntos de vista : un decenio de lucha infructuosa Julio- agosto de 1952)

Publicado por: Francisca Cifuentes

domingo, 27 de mayo de 2007

Malestar de la Cultura: otra mirada de 1910 y el Centenario


Fuente: Universidad de Chile
Contexto Centenario
Ya publicaré las Cartas de Venegas o Doctor Valdés Canje.

A Inés Echeverría, en septiembre de 1910, saliendo de Chile en plena celebración, se le atribuye -desvelada en el coche dormitorio del tren transandino- la siguiente reflexión: "Mis amigos intelectuales impugnan este derroche excesivo e inútil del centenario: ¿Qué hemos hecho realmente en este siglo por el desarrollo y bienestar de todos los habitantes de nuestro país? Tancredo Pinochet, Nicolás Palacios, Francisco Encina, Luis Galdames, Alejandro Venegas...critican ácidamente a la sociedad gobernante; la necesidad de una industria nacional; los vicios de la educación; la amarga e injusta situación popular. En general el arte y la "inteligencia" hacen un profundo auto análisis que entrega una visión muy distinta a la de los discursos oficiales, inauguraciones, primeras piedras y fuegos artificiales". Se trata de expresiones del malestar de la cultura ante los desafíos de la modernidad, desafíos que han sido hasta ese momento asumidos según los patrones de la modernización oligárquica.
De todos los autores mencionados Alejandro Venegas (1871-1922) es sin duda el que con mayor vehemencia y de modo más explícito vincula su postura crítica a la celebración del centenario. Egresado del primer curso del Instituto Pedagógico (1889-93) Venegas ejerció como profesor en liceos de Valdivia, Chillán y Talca. Con el objeto de tener un conocimiento de primera mano de los problemas sociales recorrió desde la araucanía hasta las salitreras, disfrazado de campesino, de mercader o de simple viajero despreocupado. Con el seudónimo de Dr. Julio Valdés Canje, practicó el género "cartas al gobernante", en la perspectiva de hacer el diagnóstico de los males del "reino", de dar consejo y advertencia.
Un año antes de la celebración del Centenario, en Cartas al Excelentísimo D. Pedro Montt (sobre la crisis moral de Chile en sus relaciones con el problema económico de la conversión metálica), de 1909, Venegas utiliza ya el campo metafórico en el que va a instalar al centenario: por una parte la apariencia engañosa, la cáscara que encubre la realidad; y, por otra, la metáfora de la enfermedad (tan cara al positivismo finisecular). Se trata del paradigma de los dos Chiles: el Chile oficial o público (al que semantiza con imágenes como "manto de seda", "barniz", "bombos y platillos", "oropeles" o "piel") y por otra el Chile íntimo, el país enfermo y putrefacto que requiere cirugía (al que semantiza con imágenes como "órgano gangrenado" "el pecho carcomido por el cáncer", la "charca cenagosa", las "acequias pestilentes").
Más tarde, en 1911, Venegas publica Sinceridad, Chile íntimo en 1910. Se trata de 26 cartas dirigidas al presidente Ramón Barros Luco. El autor ofrece el libro como una contraparte de "sinceridad" a la imagen oficial y pública que emerge en torno al centenario: "Acabamos de celebrar -dice- nuestro Centenario y hemos quedado satisfechos, complacidísimos de nosotros mismos. No hemos esperado que nuestros visitantes regresen a su patria y den su opinión, sino que nuestra prensa ha ..empuñado el incensario y entre reverencia y reverencia nos ha proclamado pueblo cultísimo y sobrio, ejemplo de civismo, de esfuerzo gigante, admirablemente preparado para la vida democrática, respetuoso de sus instituciones...en una palabra, espejo milagroso de virtudes en que deben mirarse todos los pueblos que aspiran a ser grandes...". Frente a esta euforia y "cuando aún no se apagan los ecos de las salvas, ni los acordes de las músicas marciales que pregonan nuestra mentida grandeza" el autor se propone rasgar el tupido velo, "para mostrar el pecho carcomido por el cáncer" y llevar "a los altares de la patria una ofrenda sincera" que permita "estampar la verdad desnuda".

Su punto de vista es el del caminante (de hecho Venegas recorrió a pie casi todo el país). Cuando se mira "la llanura desde las cumbres" -dice- "hasta el ojo más experto está expuesto a engañarse: desaparecen los detalles, los contornos se suavizan, los objetos se confunden; el arroyo puro y transparente y la charca cenagosa y putrefacta brillan con la misma nitidez de la plata bruñida...pero el que por esa misma llanura camina a pie, cansado y sudoroso...ve las cosas de modo muy diverso". Desde esa mirada de caminante, pero con la mente empapada de ideas que provienen de dos corrientes intelectuales que se trenzan en la época (el ideario laico y positivista, el cientificismo y el darwinismo social por una parte y el arielismo y el humanismo cosmopolita, por otra). Son ideas que casi le impiden -como ocurre con todo caminante- acceder a lo imprevisto; Venegas, con ese punto de vista e instalado en la llanura, pasa revista a distintos aspectos del país, mostrando en las 26 misivas un "Chile íntimo" que no se corresponde con el que aparece en el Baedecker del centenario.
Santiago, más allá de los afeites, aparece como una ciudad que no puede ocultar "sus calles mal pavimentadas y cubiertas de polvo, sus acequias pestilentes, sus horrorosos conventillos...sus interminables y desaseados barrios pobres". "Nuestras mejores ciudades son un amasijo de mármol y de lodo, de mansiones que aspiran a palacios y de tugurios que parecen pocilgas, de grandeza que envanece y de pequeñez que averguenza". "Si vos pudiérais (señor Presidente) dejar por unos días los palacios y descender a los conventillos de las ciudades, a los ranchos de los inquilinos, a las viviendas de los mineros o a los campamentos de los salitreros, vuestro corazón se enternecería y vuestro rostro se enrojecería al ver la vida inhumana que llevan tres cuartas partes de nuestros conciudadanos". Datos:
El anuario estadístico de 1909 da cuenta de 1251 conventillos, 17.314 habitaciones,en Santiago.

Se refiere luego a la marcada diferencia entre la "clase alta y la de los proletarios", al "despotismo de los magnates" y al "despojo de los débiles". Hay coincidencias entre estos planteamientos de Venegas y una conferencia dictada por Luis Emilio Recabarren, en septiembre de 1910, en Rengo, con el título de "Ricos y pobres a través de un siglo de vida republicana". "La fecha gloriosa de la emancipación del pueblo no ha sonado aún" dice Recabarren. "Las clases populares viven todavía esclavas, encadenadas en el orden económico, con la cadena del salario, que es su miseria; en el orden político con la cadena del cohecho, del fraude y en el orden social con la cadena de la ignorancia y de sus vicios, que les anulan para ser considerados útiles a la sociedad en que vivimos". La perspectiva de Recabarren -más sistémica y de filiación marxista- contrapone lo que llama "el progreso económico de la burguesía" que ha "significado crímenes y vicios en toda la sociedad" con el no progreso de los "proletarios". En cuanto al progreso intelectual dice que sólo se ha dado en la clase media. La utilización algo rígida de la categoría de clase y de conceptos como "burguesía" diferencian claramente el punto de vista de Recabarren del de Venegas.
El Dr. Valdés Canje toca aquí y allá el tema de la moral y de la carencia de espíritu cívico. La crisis moral es "el síntoma más alarmante de esta sociedad enferma; casi me atrevería a decir que más que un síntoma es la dolencia misma". Da ejemplos de corrupción: cita el caso de un caballero perteneciente a la Inspección General de Instrucción Primaria, que murió "a consecuencia del abuso de los placeres sexuales" obtenidos utilizando desde su cargo una suerte de "derecho a pernada". Fustiga el "patrioterismo vocinglero" y el militarismo chauvinista, y se declara partidario de un patriotismo profundo de corte pacifista y cosmopolita, que se alimenta del "amor a la humanidad". Critica, en la tradición del positivismo laico y cientificista, a la religión y al comercio, a los que opone la ciencia y la industria. Se pliega, por otra parte, al arielismo, al criticar a quienes pretenden inculcar en la enseñanza secundaria y Recabarren, en septiembre de 1910, en Rengo, con el título de "Ricos y pobres a través de un siglo de vida republicana". "La fecha gloriosa de la emancipación del pueblo no ha sonado aún" dice Recabarren. "Las clases populares viven todavía esclavas, encadenadas en el orden económico, con la cadena del salario, que es su miseria; en el orden político con la cadena del cohecho, del fraude y en el orden social con la cadena de la ignorancia y de sus vicios, que les anulan para ser considerados útiles a la sociedad en que vivimos". La perspectiva de Recabarren -más sistémica y de filiación marxista- contrapone lo que llama "el progreso económico de la burguesía" que ha "significado crímenes y vicios en toda la sociedad" con el no progreso de los "proletarios". En cuanto al progreso intelectual dice que sólo se ha dado en la clase media. La utilización algo rígida de la categoría de clase y de conceptos como "burguesía" diferencian claramente el punto de vista de Recabarren del de Venegas.
Las reformas propuestas van por el camino de enfatizar la moral cívica, la educación y la enseñanza en todos los ámbitos, incluso la enseñanza agrícola e industrial en las cabeceras de provincia. También una legislación obrera que reglamente la jornada de trabajo y los derechos de los asalariados. Medidas contra el alcoholismo, desarrollo de la industria, reformas económicas (conversión metálica) e inmigración controlada (sólo de alemanes). Ideas, en fin, que no son nuevas, que se encuentran y circulan en el ensayismo social e incluso en las novelas de la época, ideas que señalan que un modelo de sociedad se agota y requiere urgentes correcciones, preparando así el clima cultural que va a confluir en la elección de Arturo Alessandri Palma y en el fin de la república parlamentaria.

Rosario Garrido