lunes, 11 de junio de 2007

Campaña de Desinfección de Cesantes

"-La miseria y la higiene no están reñidas-. Así nos decían algunos funcionarios de la Oficina de Cesantes, dependiente de la Dirección del Trabajo, mientras nos dirigíamos a ver la forma en que se realizaría el aseo de los cesantes del Cerro Blanco, en la Casa de Limpieza de la calle Bellavista.

La miseria en el Cerro Blanco
En las canteras abandonadas del Cerro Blanco y en los lugares que puede presentar amparo para el frío nocturno, se habían refugiado alrededor de 500 cesantes, aquellos que estaban más afectados por la miseria y cuyas ropas eran verdaderos andrajos (...)

Se arbitran medidas
Ante aquel cuadro de miseria, se arbitraron rápidas medidas tendientes a evitar el desarrollo de enfermedades contagiosas que ya manifestaban claamente sus signos en muchos de los habitantes de Cerro Blanco (...)
En esta situación, la Oficina de Cesantes ordenó el traslado de todos estos cesantes hasta la Casa de Limpieza, donde fueron sometidos a una especial higiene, siendo todos bañados, afeitados y haciéndoseles un corte general de pelo.

Se reparten ropas
A fin de evitar que las personas que iban en tal estado de miseria continuaran en aquel estado, después de la higienización de sus personas, fueron obsequiadas con buenos trajes y camisetas (...)

Aquellas ropas que aun podían ser utilizadas, fueron desinfectadas en hornos desidratadores (sic), mientras las restantes, o sea aquellas que eran verdaderos andrajos, fueron incineradas.

A trabajar
Limpios y afeitados, los cesantes fueron trasladados en camiones especiales a la Cuesta de la Patagüilla y otras obras públicas de la provincia de Santiago. Todos estos cesantes fueron llevados con un salario determinado y bajo el control de la Dirección del Trabajo".

Fuente: Reportaje de Revista Zig Zag. Santiago. Número 1420 (7 mayo 1932) p. 42 y 43.
Incorporado por B. Burgos

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