martes, 19 de junio de 2007

Juventud en Estado Vegetal

¿Hacia dónde mirar si el horizonte se haya obscurecido y tenebrosas nubes de egoísmo se apegan a la tierra?

¿Dónde beber si las fuentes de ejemplos están secas y las vertientes soledañas escasean o simplemente no existen?

¿Dónde conocer hecha carne, la lealtad, la franqueza, la honradez?

La juventud necesita de buenos modelos y noble compañía, y hoy está sola como nunca lo estuvo en otros períodos. Su fuerza, que siempre hizo apurar el tranco al progreso en todas sus secciones, deambula, perdida hoy, en “boites”, asambleas de partido y diversiones del minuto: lejos el cumplimiento de su obligación biológica y moral.

Sola y desorientada, vuelve los ojos a sitios que siempre acogieron sus ímpetus los encauzaron en provecho de la comunidad pero tiene que rotarlos con rapidez al tropezar con el cuadro desolador: políticos chiquitos que se tuercen apenas suben un peldaño y hacen pactos y celebran uniones con no importa quiénes, si estos tales, afirman su hacienda, su parcela y sus ahijados.
Maestros apurados en terminar su clase del verbo irregular o la anécdota napoleónica, sin tiempo para intimar con el alumno e influir en su constitución anímica: la tienda se cierra temprano en el partido y es preciso estar “en la línea”, listo para el vuelo del ascensor que no lleva rezagados ni tímidos...

Intelectuales y artistas – élites del espíritu en pasadas épocas- disputan y luchan por el puesto en el “ránking” de los 10 mejores. Y la lucha no es con obras de creación verdadera ni con ejemplos de línea moral, recta y viril, sino con torpes críticas al vecino y cantos de egolatría patológica.

Por último están los dirigentes obreros – constructores de la sociedad del mañana- haciendo tragarruedas de molino al proletariado que quiere libertarse : retardando, entorpeciendo su revolución con concesiones al enemigo secular, mientras los vientres importantes cobran volumen y se ven las cadenas de oro – cadenas siempre - que los surcan de lado a lado con su brillo burgués.

En este medio falso la juventud de hoy se mantiene y vegeta, desoyendo las voces esporádicas que claman en el desierto por la redención humana. Y si alguien – como nosotros- quiere señalar un rumbo a esta juventud sin timón, un rumbo que la aleje del caciquismo político y de la maquinaria partidarista, a ese alguien se le llamará “amargado”, “amarillo”, en los círculos que todo lo controlan. “Oh, pobrecitos perdidos, habitantes eternos de la luna”, dicen entre dos eructos los comerciantes de fauces insaciables y los hombres “prácticos”, amigos de la “realidad”... de la realidad personal y posesiva.

¿Cómo hacer entonces?

La juventud debe mirar lejos. Hacia atrás en la historia y hacia el futuro por encima de la actualidad corrompida. De aquella saquemos el ejemplo para formar éste grande y generoso. De las cenizas tantas veces manoseadas en vano de Balmaceda y Recabarren, de Lastarria y Letelier, hagamos surgir un horizonte de luz para las virtudes tan perdidas, tan olvidadas por el hombre de hoy: lealtad, franqueza, honradez.

Hoy es necesario comenzar la edificación del mañana.

Escrito por Raúl González Labbe, en mayo de 1943

Barinia Vidal A

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