lunes, 28 de mayo de 2007

El Crimen de la calle de Santa Rosa


- Santiago. 8, Abril, 1900.

Lo que al principio pareció un vulgar hecho de policía, un asesinato como hay tantos en este país, ha resultado formar una intrincada madeja que ni Dios entiende.
Un detalle sangriento, de sumo ingenio, novelesco casi, la huella de la planta del asesino marcada con sangre en el suelo, y descubierta por uno de los agentes de pesquisas, vino a revelar como la manos sangrientas de Macbeth la genial y trágica concepción de Shakespeare, que había allí una persona que usaba calzado francés de última moda.
No era, pues, la brutalidad del roto la que había inmolado, al tajo del corvo, al anciano Troncoso; era el solapada cálculo del hombre decente que había sacrificado a bastonazos la débil existencia del pobre viejo.
Gran misterio se ha hecho alrededor del asusto. Los que han podido mirar a través de la entreabierta mampara de la sala del juez, en los momentos de interrogación y careo, ha visto un paletó azul, que se mostraba a los declarantes... Qué signifique en el proceso esa pieza, qué prueba forme, por qué se aduzca, son cosas que aun no se pueden averiguar del mutismo calculado de los funcionarios que conocen el asunto.
Se ha susurrado que los agentes de pesquisas que trabajan en la investigación del crimen se quejan de que no se les deje las manos libres y se le cortan los caminos que ellos creen conducen á la luz. Puede ser que todo esto fuese fantasía y que los jueces no tengan interés ninguno en echar sobre el asunto la tierra del estilo.
Pero es un amargo hecho que en Chile sólo son misteriosos y lentos los procesos de crímenes en que figuran delincuentes de levita.
Cuando se averigua todo y se les quiere apresar, ya han encontrado asilo en cualquier país con el que no tengamos tratado de extradición.
Ojalá el misterio de este crimen cese enteramente. Es demasiado breve, demasiado sencillo, para que se cierna tanta oscuridad y tanto enredo sobre él.
Entre tanto esa casa de la calle de Santa Rosa guarda en secreto del crimen, que presenciaron mudas paredes y el piso que recibió desplomado y sangriento el cadáver del anciano.


INSTANTANEAS
Semanario Festivo, Literario, Artístico y de Actualidad

por Francesca Roccatagliata

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